Puro desecho nos parece buena porción de nuevos aspirantes a diputados en gran parte de los partidos políticos que irán a elecciones primarias y generales el próximo año, lo que devela una falta de cautela de sus “estrategas”, quienes sienten “elegancia” postular fachosos (as) para enfrentar los enormes desafíos de la nación.
Vemos bailarines, conductores de programas musicales y de nuevo un chorro de periodistas, exjugadores de fútbol y cantantes buscando una curul en el Congreso Nacional para suceder a una ristra de momias que llevan entre dos y tres décadas calentando sillones, cobrando salarios, subsidios, dietas y sus tres tiempos de comida.
Cualquier “cambio” o renovación de cuadros políticos es sano y plausible, pero una cosa es suplir a viejos congresistas por juventudes que, aunque merecen nuestro respeto como promesas, no tienen el tonelaje para ocupar tan exigente tarea de legislar con patriotismo, con tino y con seso. No tomen de changoneta el país, sean cautos.
En medio de nutridas exigencias, con un pueblo superempapado de las acciones de sus autoridades, no es perdonable que altos dirigentes de todos los partidos con deseos de mantenerse o retomar el poder nos vengan con la “novedad” de nominar aspirantes a diputadillos cuya única experiencia es saltar en escenarios de reguetón.
Si estamos cansados de cantidad y calidad de “padres de la patria” que en campaña dicen una cosa y en la butaca nos meten gato por liebre, es ofensivo que de uno y otro bando salgan reemplazando caras arrugadas y podridas por rostros lozanos sin experiencia para “solventar” los mayúsculos problemas nacionales.
Ninguna tierra avanza con “modelos”, hombres o mujeres que aparte de su color político, deben sentir vergüenza de aceptar un cargo antes de pretender hacer el ridículo en una cámara legislativa que debe ser un entarimado de acato, con gente responsable y no compuesta de payasos sin gracia.
Tal vez estas letras hieran la escama de muchos, pero creemos con firmeza que lejos de necesitar excéntricos, urgimos de gente con cerebro, seria y coherente.
*Periodista