La expresión “dar atol con el dedo” se utiliza en varios países hispanohablantes, principalmente en México y Centroamérica, para referirse a engañar o manipular a alguien, especialmente mediante promesas falsas o ilusiones.
Es una forma coloquial de decir que se está tratando a alguien como un niño, alimentándolo con engaños en lugar de darle información o soluciones reales. Yo opino que eso fue lo que ocurrió con las elecciones internas y ahora de cara a las generales con la no inscripción de nuevas opciones políticas. Prácticamente a los hondureños nos están obligando a votar por las mismas caras y figuras que ya todos conocemos.
Gente cuestionada tanto por haber participado en la realización de una consulta popular que era ilegal pues ya estábamos convocados a elecciones generales, otros por armar y desarmar partidos políticos en el que sus fundadores y seguidores al final salían corriendo por diferencias con su fundador.
La utilización ahora de dos partidos políticos por “candidatos” que no tienen militancia reconocida en estas instituciones y, por el contrario, se sabe que son afines a otros partidos, entonces se puede presumir o sospechar que sus aspiraciones más bien son un negocio particular y de antemano también se sabe que los pocos militantes de estas instituciones no les van a dar el voto a personas a las que no les costó su “nuevo partido político”.
¿Qué dirían los fundadores de esos partidos -Aguilar Paz o Corrales Padilla- sobre estos advenedizos?
En el PL ocurre algo similar, y en el Nacional, pues se sabe que Nasry sí es azul desde siempre, pero lo cuestionable es que va con “los mismos de siempre”, algunos llevan más de un cuarto de siglo en cargos de elección popular y como vimos en el juicio de Nueva York, no se sabe a ciencia cierta si gozan del calor popular o son expertos en fraude.
Entonces a los hondureños ya ratos nos están dando “atol con el dedo”.