Una vía para dar la ciudadanía a millones de indocumentados en Estados Unidos, bajo condiciones, es esencial en cualquier reforma migratoria, declararon este jueves en conferencia de prensa legisladores de la mayoría demócrata en el Congreso.
Una audiencia esta semana en la Cámara de Representantes, dominada por los republicanos, mostró las diferencias de criterio respecto a la reforma migratoria entre ambos partidos, a pesar de una iniciativa bipartidaria que arrancó con ocho legisladores en el Senado.
“No vamos a hacer nada a trozos, eso se acabó”, declaró ante periodistas de medios hispanos el jefe de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid.
“Nada va a moverse a no ser que haya una vía para conseguir la ciudadanía”, añadió el senador por Nevada (oeste).
Los representantes republicanos en la audiencia del pasado lunes expresaron dudas sobre la necesidad de garantizar la ciudadanía a más de once millones de indocumentados.
Esa ciudadanía, sin embargo, no sería automática, sino que antes deberían registrarse oficialmente ante las autoridades, atestar que no tienen antecedentes, pagar una multa y aprender inglés.
“¿Hay alguna otra opción que podríamos considerar entre los extremos de una deportación masiva y una vía a la ciudadanía para los que no están presentes legalmente en Estados Unidos?”, preguntó durante la audiencia el jefe del comité de Asuntos Judiciales de la Cámara de Representantes, el republicano Robert Goodlatte.
“La ciudadanía no es una posición extrema, es la posición estadounidense”, replicó ayer uno de los senadores que lidera las negociaciones sobre la reforma, el demócrata Charles Schumer.
La rueda de prensa fue organizada por el caucus hispano del Senado, liderado por el cubanoestadounidense Robert Menéndez, quien se manifestó “cautamente optimista” sobre el avance de las negociaciones en esa cámara.
Menéndez añadió que la posición demócrata es que cualquiera que esté presente en Estados Unidos si se aprueba la reforma podría optar por pedir la ciudadanía algún día, incluidos los extranjeros que se acogen al programa de asilo temporal, conocido como TPS.
Los ciudadanos de El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua, Somalia, Sudán y Siria pueden acogerse actualmente al TPS, bajo cuotas que se renuevan regularmente.
El plazo para optar a la ciudadanía oscilaría en torno a los 10 años, añadió por su parte otro senador miembro del grupo de los ocho legisladores que lidera la discusión, Dick Durbin.