Tegucigalpa, Honduras.- El doctor Salomón Nazar, médico, docente universitario, exmundialista de España 82 y actual entrenador de la Liga Nacional, quiere ahora jugar un nuevo partido: el del Congreso Nacional.
A sus 73 años, aspira a una diputación por el Partido Liberal en Francisco Morazán, con una promesa central que repite a lo largo de la entrevista: transparencia absoluta y cero tolerancia a la corrupción en el manejo de los recursos públicos.
Názar asegura que llega a la política después de haber servido al país en salud, educación y deporte, y ahora se propone hacerlo desde el Legislativo. Subraya que su principal motivación es “la oportunidad de servir al país” y que su participación nace de un arraigo liberal familiar, recordando que su padre fue diputado y firmante de la Constitución vigente.
El candidato se distancia de la práctica de que los diputados gestionen y ejecuten dinero del Estado desde el Congreso.
Lo califica de un error estructural que abre la puerta a abusos y opacidad en el uso de fondos públicos.
“Hemos prometido, de llegar al Congreso, trabajar con honestidad, con transparencia y con responsabilidad”, afirma, ligando su aspiración con una propuesta de política “limpia” y frontal contra la corrupción.
En Hablemos de Política, el foro transmitido por EL HERALDO, Názar también defiende la independencia de su campaña, niega acuerdos con grupos de poder y rechaza recibir dinero de fuentes irregulares.
Al mismo tiempo, plantea reformas en salud, educación y deporte, alerta sobre riesgos para la democracia hondureña y pide una participación masiva el día de las elecciones para blindar los resultados en las urnas.
De la cancha al Congreso
Salomón Názar se presenta ante el electorado como un rostro conocido fuera de la política tradicional. Fue parte de la histórica selección hondureña que disputó el Mundial de España 82, ha sido docente en el área de educación física y medicina, y es entrenador de equipos de Liga Nacional, incluido el club universitario con el que se mantiene activo en los banquillos.
Ahora, desde la casilla 73 —que coincide con su edad— busca un curul en el Congreso Nacional por el Partido Liberal.
El aspirante subraya que su decisión de competir en política viene de una historia familiar ligada al liberalismo.
Recuerda que su padre fue un líder en el departamento de Valle y diputado en dos ocasiones, además de firmante de la actual Constitución. A esa herencia suma su propia voluntad de “servir al país” desde otra trinchera, después de haber trabajado en educación, salud y deporte.
“Mi intención de participar en política ahora es para servir al país y servir a la comunidad”, explica.
Názar insiste en que su interés es genuino y no responde a una estrategia de imagen de los partidos para “verse frescos” usando figuras del deporte. Reconoce que su trayectoria como futbolista y entrenador aporta un “plus” mediático y empatía con parte de la población, pero recalca que no se limita a eso: también es médico y docente, y considera que puede aportar en esos campos a la formulación de leyes.
En lo personal, se define como un “luchador permanente” que suele cumplir lo que se propone. Dice estar jubilado, con cuatro hijos profesionales y tres nietas, y afirma que esta etapa de su vida la quiere dedicar a cerrar el ciclo sirviendo al país desde el Congreso.
El desafío, admite, será combinar el trabajo legislativo con sus responsabilidades como entrenador, en caso de resultar electo, aunque aclara que “de momento, ningún diputado ha dejado su profesión de lado”.
Democracia y desconfianza
Názar es crítico con la situación actual del Congreso Nacional y del clima político previo a las elecciones.
Califica de “terrible” el funcionamiento del Legislativo y considera que la población ha perdido la confianza en la clase política porque, en lugar de impulsar leyes en favor del bien común, los congresistas se concentran en “situaciones partidarias o que benefician a grupos o personas”.
A juicio del candidato liberal, el país vive un ambiente negativo para la celebración de comicios, alimentado desde el poder.
“Creo que es el primer gobierno que genera un ambiente negativo para las elecciones”, asegura, aunque confía en que la ciudadanía mantenga su convicción de acudir a las urnas.
Pide que las votaciones sean limpias, transparentes, con Fuerzas Armadas imparciales y con seguridad para todos, y manifiesta su deseo de que haya una participación masiva para legitimar los resultados.
Sobre las acusaciones de un presunto plan de fraude electoral, divulgadas en audios por el Ministerio Público, Názar se muestra escéptico y las ve como posibles distractores.
Señala que, históricamente, “quien promueve los fraudes en un país para conseguir los votos es el partido en el poder” y advierte que ciertos actores parecen interesados en generar caos para evitar que se realicen las elecciones.
También cuestiona el uso político de las instituciones: “Creo que el poder del Estado en estos momentos está dirigido a beneficiar al partido en el poder, sin duda, y la mayoría son persecuciones políticas”.
Frente a la polarización y el discurso de odio, propone cambiar el tono del debate. Considera que el gobierno ha generado conflictos que absorben a la oposición en la confrontación y restan espacio a la presentación de propuestas.
Por eso plantea que los partidos deben enfocarse en reconstruir la confianza ciudadana con ideas concretas y un llamado a votar masivamente como antídoto frente a cualquier intento de deslegitimar las elecciones.
Cero tolerancia
El eje discursivo de Salomón Názar gira en torno a la corrupción, a la que califica sin matices como el principal mal del país.
Retoma datos del Consejo Nacional Anticorrupción sobre los millones que se pierden al año en actos ilícitos y se pregunta cuánto se podría hacer en las comunidades si esos recursos se utilizaran correctamente.
“El mayor flagelo del país es la corrupción”, resume, y promete enfrentarla desde el Congreso.
Una de sus posiciones más firmes es su rechazo a que los diputados manejen dinero del Estado desde el Legislativo, incluidos fondos para obras sociales. “Estoy en contra de que los diputados manejen dinero a través del Congreso”, afirma, y diferencia claramente el rol de legislar del rol de ejecutar.
A su criterio, la gestión y ejecución de los recursos deben recaer en el Poder Ejecutivo y en las alcaldías, no en los parlamentarios.
Názar defiende que cualquier apoyo a la población debe hacerse por vías institucionales y transparentes, no mediante fondos discrecionales.
“Cualquier centavo del Estado tiene que manejarse de forma transparente y el que incumple esa norma tiene que responder ante la ley, no hay duda”, advierte. Por ello, insiste en fortalecer la independencia de los municipios en el manejo de recursos, para que sean las autoridades locales quienes ejecuten las obras, según sus prioridades y bajo control.
En coherencia con ese discurso, el candidato asegura que su campaña política es austera y financiada con su propio patrimonio y el de su familia, sin grandes aportes externos.
“No tengo ningún compromiso. Nadie ha colaborado en mi campaña, ha sido con mi patrimonio, el de mi familia”, sostiene, y agrega que ha evitado endeudarse porque está “ya de salida” en su vida profesional.
Afirma que no quiere compromisos con nadie y que prefiere mantener “independencia de criterio para tomar las mejores decisiones”.
Propuestas
Además de su cruzada contra la corrupción, Názar coloca en el centro de su agenda tres áreas que conoce de cerca: salud, educación y deporte.
Señala que las condiciones del sistema sanitario son “deplorables” y recuerda que, según criterios internacionales, debería haber un médico por cada mil habitantes, mientras que en Honduras hay uno por cada diez mil.
Subraya la paradoja de contratar médicos extranjeros teniendo miles de profesionales nacionales desempleados.
Para revertir esa situación, plantea reforzar centros de salud y hospitales con personal suficiente, mejores métodos diagnósticos y, sobre todo, abastecimiento de medicamentos.
“La salud es un derecho, no es un lujo”, recalca, al denunciar que la población nunca ve satisfechas sus necesidades de fármacos.
A la par, impulsa un enfoque preventivo: campañas de salud que comiencen en la niñez, con médicos y educadores físicos contratados en escuelas y colegios públicos para promover hábitos saludables y reducir el costo de la medicina curativa.
En el terreno del deporte, propone “municipalizar” la gestión, de modo que las alcaldías, con apoyo técnico, puedan desarrollar infraestructura y programas según la realidad de cada comunidad.
También aboga por masificar todas las disciplinas, no solo el fútbol, y utilizar el deporte como herramienta para prevenir la violencia y fortalecer principios y valores en jóvenes y niños.
Entre sus ideas, destaca la incorporación de los deportistas federados al sistema del seguro social para mejorar su protección en salud.
En el ámbito económico y de empleo, Názar considera clave impulsar la agricultura, la ganadería, la pequeña y mediana empresa y los emprendedores, además de ofrecer incentivos a la inversión nacional y extranjera.
Afirma que muchas de las demandas que escucha en sus recorridos por municipios, barrios y colonias se resumen en una palabra: trabajo. Desde el Congreso, dice, buscará respaldar políticas que generen desarrollo y oportunidades, evitando prometer lo que no se puede cumplir.
“No acostumbro a mentir. No podemos generar falsas expectativas porque caemos en el error de los políticos tradicionales”, comenta.
Campaña austera y empleo
En su contacto con la militancia y la ciudadanía en Francisco Morazán, describe un escenario de pobreza, desconfianza y cansancio frente al discurso político tradicional.
Relata que en muchos municipios lo que más se le pide es empleo y que existe un fuerte reclamo para que se detenga la corrupción “a todos los niveles”.
Vincula la falta de oportunidades con la salida de inversiones por la inseguridad jurídica que perciben las empresas.
El candidato liberal reconoce que parte de la cultura política hondureña se basa en expectativas de ayudas económicas directas de los políticos hacia los votantes, pero se niega a alimentar esa práctica con dinero del Estado o de su propio bolsillo como moneda de cambio.
En su lugar, ofrece trabajar por condiciones que permitan a la gente conseguir un empleo digno y sostenible para ellos y sus familias.
Názar también hace una lectura crítica de la campaña en general. Considera “preocupante” la confrontación del gobierno con la empresa privada y con opositores, y afirma que a la ciudadanía ya no le interesa escuchar tanta descalificación, sino propuestas claras.
A su juicio, algunos sectores oficiales han utilizado recursos del Estado para competir políticamente, mientras siguen pendientes problemas básicos como generación de empleo, seguridad y servicios públicos.
Al final de la entrevista, el aspirante resume por qué pide el voto: dice que ya sirvió al país en salud, educación y deporte y que ahora quiere hacerlo desde el Congreso, siendo “la voz de los que no la tienen” y promoviendo leyes que generen cambios positivos para las comunidades.
Reitera su compromiso de actuar “con transparencia, con humildad, con responsabilidad” y respalda el proyecto presidencial de su partido, al que ve como la mejor opción anticorrupción para Honduras en este momento.