Hace 50 años, “Nico” comenzó a forjar su leyenda tras los micrófonos de Juticalpa. “No tiene mucho dinero, pero es el hombre más feliz de Olancho”, dicen en las calles de ese lugar.
A pesar de vivir con un brazo amputado, no le falta energía para hacer sus quehaceres hogareños y luchar en la vida.
Este hombre de 78 años ha sido un personaje activo en el deporte y el periodismo.
Por su laboriosa y simpática actitud reconocen a Nicolás Bonilla, el garífuna que se roba el cariño de los olanchanos.