Tegucigalpa, Honduras.- Los dirigentes obreros se hicieron a un lado y cedieron su puesto a los máximos dirigentes del oficialista, Partido Libertad y Refundación (Libre), quienes ya hicieron suya la marcha del 1 de mayo, Día Internacional del Trabajo.
La creatividad, letanías y demandas se van apagando con el paso del tiempo en la principal manifestación de la clase obrera, pocos se atrevieron a decirle de forma disimulada a las autoridades de gobierno cuáles son los problemas que enfrenta el país y sus necesidades.
Los reclamos fueron contados, llamando la atención en el mar de banderas rojas con el selló de Libre, la doctora Floridalia Aguilar, quien se manifestó en traje de baño, reclamando que Honduras está sin salud.
Aunque los mismos dirigentes de Libre, reconocieron en entrevistas realizadas por EL HERALDO que la falta de empleo y de inversión en el país son un problema, el mensaje de algunos dirigentes de las centrales obreras, es que son "territorio Libre".
Los sindicatos se comenzaron a formar desde las 6:00 de la mañana frente al Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) del barrio La Granja, con pancartas, banderas de libre y algunas que otras quejas.
En primera fila estaban el diputado y dirigente obrero, Juan Barahona, también el dirigente campesino, Rafael Alegría, quienes coordinaban a la gente mientras daban entrevistas a los medios de comunicación.
En el paso peatonal de La Granja se colocó una enorme manta que decía "viva la unidad popular latinoamericana", y a la par destacaba la bandera nacional, azul turquesa.
Barahona declaró que llegaron centenares de trabajadores y la base de Libre también, porque es una fecha histórica donde se conmemoran los 71 años de la huelga de los trabajadores de 1954, donde está la raíz de las conquistas y derechos de los trabajadores.
"Derechos que la narcodictadura nos quiso eliminar vía decreto con la Ley de Empleo por Hora, y que lo rescatamos cuando se derogó a inicios de este gobierno, porque los derechos de los trabajadores no pueden ser derogados, siempre son progresivos", destacó Barahona.
A eso de las 8:13 de la mañana, la marcha comenzó a caminar, pero sin la tradicional presencia de los máximos dirigentes de la Central General de Trabajadores (CGT), de la Confederación de Trabajadores de Honduras (CTH) y otras.
Ministros y diputados
Quienes se ganaron la notoriedad fueron algunos ministros, como Eduardo Enrique Reina, de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el viceministro de Educación, Edwin Hernández y diputados como Jari Dixon, Rasel Tomé y Marco Eliud Girón.
En el mar de las banderas rojo y negro de Libre, apareció una pancarta cargada por el ciudadano Norman Mondragón, que decía: "prometieron y no cumplieron, sigue el narcotráfico con Carlón, corrupción con familión e impunidad con johelón".
Los primeros en salir fueron los integrantes del Sindicato de Trabajadores de la Medicina, Hospitales y Similares ( Sitramedhys), quienes con las canciones de las marchas que escuchaban después del golpe de Estado de 2009, motivaban a los trabajadores.
Igual sucedía en otras ciudades del país, donde salieron maestros, empleados de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) y de otras instituciones a reclamar por sus derechos.
En Tegucigalpa los obreros y simpatizantes de Libre recorrieron el bulevar Comunidad Económica Europea, con música, bailas y detonando poderosos morteros y cohetes que se elevaban al cielo.
Durante el recorrido se pudo leer en las pancartas, mensajes como "no a la violencia sindical, yo apoyo la CICIH contra la impunidad, no al acoso laboral, no al acoso sexual en la ENEE, respeto a los contratos colectivos, basta a la violencia sindical en el ICF y no al aumento de la canasta básica".
Los trabajadores de la ENEE si fueron director con el ministro de Energía y le dieron en una pancarta, "Erick Tejada, el problema no es la ENEE, el problema es usted", mientras que los maestros solicitaron jubilaciones dignas y los enfermos renales mejorar su atención.
Políticos
La marcha obrera se vio numerosa y avanzaba a paso lento, mientras el sol se hacía sentir, igual que los políticos que a eso de las 9:00 de la mañana aparecieron de enmedio de las sobras, recibiendo en respaldo de la gente.
El expresidente, José Manuel Zelaya, y coordinador general de Libre, apareció como lo ha hecho en los últimos años, en una carro tipo Jeep, acompañado del ministro asesor de Comunicaciones del gobierno, Milton Benítez.
En la parte de atrás iban el titular de la Secretaría de Relaciones exteriores, también el asesor presidencial, Enrique Flores Lanza, quienes hondeaban sus manos para saludara a la gente que se aglomeraba alrededor.
El vehículo del expresidente iban bien resguardado por efectivos de seguridad, quienes hicieron una cadena para evitar que las personas se acercaran, por lo cual, los periodistas luchaban para poder entrevistar al exmandatario.
La Policía Nacional, desde temprano conformó un fuerte anillo de seguridad por la ruta de la movilización y el helicóptero de la Policía Nacional, sobrevoló varias veces la ruta de los obreros.
Entre algunos de las pancartas a favor del gobierno se pudo leer, "somos el pueblo hecho gobierno", con una fotografía de la mandataria, Xiomara Castro.
Antes de llegar a la plaza central de Tegucigalpa, la candidata presidencial de Libre, Rixi Moncada, también se incorporó a la movilización de clase obrera.
Así llegaron a la concha acústica de la Plaza Central, donde se apoderaron del estrado principal y el manifiesto se leyó con interrupciones, por los discursos de los políticos.
Gilberto Ríos, dirigente de Libre, justificó que desde que se constituyó ese partido político, siempre tuvieron presente a la clase trabajadora, por eso siempre la Resistencia los acompaña los 1 de mayo.
Por su parte, Luis Murillo, presidente del Sindicato de Trabajadores del Patronato Nacional de la Infancia (Sitrapani), lamentó que la marcha de 1 de mayo ahora esté infiltrada de políticos.
"Sabemos que el Partido Libre nació de las calles y se nutrió de las calles, pero se volvieron políticos, no escuchan a la clase trabajadora", sentenció al momento que caminaba a la plaza central.
A eso de las 11:00 de la mañana, toda la dirigencia de Libre había ocupada la concha acústica del parque central, en especial el expresidente, Zelaya Rosales, quien llevaba en la mano el nuevo libro del Golpe de Estado, que se leerá de forma obligatorio en el sistema educativo del país.
Zelaya Rosales, señaló que “los ladrones, los sinvergüenzas, los que violaron la Constitución de la República, los criminales, los asesinos, no quieren que Xiomara Castro publique el libros del Golpe de Estado”.
Dijo que la presidenta ya autorizó que se publique en forma gratuita el libro, e hizo la entrega a Carlos H Reyes, presidente del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Bebida y Similares (Stibys).
Al mismo tiempo destacó que "este libro tiene la impronta de una compañera que estuvo desde el primer lugar con la Resistencia, un ejemplo para las nuevas, presentes y futuras generaciones, estamos hasta la muerte con la clase obrera, Rixi Presidenta, coautora de este libro del Golpe de Estado”, sentenció.
Reyes por su lado, recibió el escrito y llamó a los trabajadores a votar en noviembre contra el neoliberalismo, contra la oligarquía y sus partidos y a seguir en resistencia, entregando a la vez el manifiesto de las centrales obreras.
"Rixi sí, otro no", gritaron los obreros que presenciaron el discurso, al igual que lo hicieron durante la caminata en el transcurso de la mañana.
En una parte del manifiesto leído por Roberto Sevilla, representante de la Central de Trabajadores de Honduras (CGT), los obreros solicitaron desmontar el sistema de impunidad que impera en el país.
También pidieron derogar las atribuciones del Consejo Nacional de Defensa Nacional y de la Dirección de Inteligencia Nacional, además de crear una ley para pasar a la Policía Militar de Orden Público (PMOP) al régimen civil.
Los trabajadores también solicitaron que se respete la independencia de la Corte Suprema de Justicia, del Ministerio Público y el Tribunal Superior de Cuentas (TSC).
Demandaron además, devolver el Congreso Nacional al pueblo, simplificar el procedimiento del juicio político, aprobar la segunda vuelta electoral y fortalecer la institucionalizar del Consejo Nacional Electoral (CNE), así como crear una Corte Constitucional en materia de derechos humanos.
Otra de las peticiones fue, enviar con urgencia al Congreso Nacional, una ley para la cesantía de empleados públicos, docentes y trabajadores del servicio civil, que sin ningún motivo han sido excluidos de esos derechos.
