El ferrocarril fue considerado el motor del desarrollo en la zona norte durante el siglo XIX. Entre 1990 y el 2014, aquella empresa fue destruida hasta llevarla a la desaparición. En el taller de San Pedro Sula aún quedan unas locomotoras como recuerdo del pasado.
Algunas personas se ampararon en el artículo 31 inciso i de la obsoleta Ley del Ferrocarril y en decretos legislativos como el 200-95 y 160-2000 para acabar con esta empresa.