Tegucigalpa, Honduras.- A pocos días de las elecciones generales, representantes de la sociedad civil analizan el papel del Consejo Nacional Electoral (CNE) y el liderazgo de su presidenta, Ana Paola Hall, en medio de las tensiones internas entre dos de sus consejeros.
En entrevista con EL HERALDO, el analista y exdirector del Instituto Holandés para la Democracia Multipartidaria (NIMD), Luis León, valoró la importancia de la estabilidad institucional y destacó los principales desafíos que enfrenta el órgano electoral para garantizar un proceso transparente y con credibilidad.
¿Qué valoración hace usted sobre el liderazgo de Ana Paola Hall al frente del CNE y su capacidad para fortalecer la institucionalidad electoral?
Mire, yo creo que primero hay que valorar que en esa guerra de consejeros la presidenta no se ha involucrado.
Mientras los otros dos consejeros están librando una batalla campal entre ellos, ella está tratando de avanzar en algunos procesos en los cuales puede hacerlo, está comunicándonos las decisiones que se toman, y eso es importante.
Creo que ella puede ser un agente catalizador para que la elección salga bien y creo que es importante respaldarla a ella, a los consejeros y a la institucionalidad.
Al final del día, la estabilidad del país depende de lo que esa institución haga, y entrar a un debate político partidario por parte nuestra sería abonar aún más al conflicto interno del CNE.
Así que creo que es importante considerar que ella puede impulsar una agenda a favor de las elecciones, y esperemos que su rol se consolide a la hora de dar un primer corte de resultados el día de las elecciones.
¿Qué espera la sociedad civil de la presidencia del CNE para recuperar la confianza ciudadana en los próximos procesos electorales?
Terminar los procesos pendientes, avanzar en la agenda de planificación o cronograma electoral.
Ya estamos a 30 días de las elecciones, tarde, pero prepara todo lo que hace falta de tal manera que no haya obstáculos el día de la elección. Creo que eso puede generar cierto nivel de confianza.
Que se encuentren en tiempo y forma los materiales en los centros de votación, que no haya retraso alguno, que se abran los centros de votación en tiempo y forma, que se transmitan los resultados que se van a transmitir.
Ya se contrataron las antenas, ya se contrató a los proveedores del servicio de internet, entonces, creo que hay que avanzar en los simulacros y que esos simulacros salgan bien para que haya certeza de que va a haber buena transmisión.
Así que yo creo que lo que se puede hacer por parte de la presidenta es empujar a que todos los faltantes estén listos.
¿Qué tipo de apoyo o acompañamiento debería brindar la sociedad civil al CNE para garantizar un proceso transparente y participativo?
Ser veedores del proceso, llamar a la sociedad a una votación y participación masiva, tratar de dar un discurso pro institución, no sumarnos al debate político que hay y, sobre todo, poner a disposición el recurso humano si es necesario.
Creo que al final el pueblo debe entender que las elecciones son de nosotros, no de los partidos, y es ahí donde el rol que juguemos será fundamental.
¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta el CNE para encarrilar el proceso electoral y devolverle credibilidad ante la ciudadanía?
Los desacuerdos internos, la lucha de poder, los intereses partidarios, esos son los desafíos.
Depende de la madurez y el profesionalismo de los consejeros, de los cuales no dudo, pero siento que se han dejado llevar en una agenda innecesaria, porque el pueblo no quiere ese problema en la institucionalidad. Suficiente con que los partidos lo tengan para trasladarlo a la institución.
Así que creo que ahí el desafío es lograr sortear todos estos obstáculos y llegar al día de la elección mínimamente listos.
¿Qué llamado haría la sociedad civil a la clase política para contribuir a la estabilidad democrática y salir de la actual crisis institucional?
Que respeten al pueblo, que respeten la voluntad del pueblo, ya sea que gane la izquierda, la derecha o el centro. Que sea el pueblo quien lo decida. Que dejen de dividir y fracturar más a la sociedad, que dejen de seguir sembrando todo ese discurso de odio que se siembra, de división y de guerra.
Yo le pediría a la clase política que entienda que los partidos políticos son la minoría en este país. Las mayorías no marchamos a su ritmo y no queremos esos problemas.
¿Cómo perciben las organizaciones sociales el papel del CNE en un ambiente político marcado por los ataques y la desconfianza?
Un papel, digamos, no muy bueno. Creo que son los llamados a darnos certeza, confianza y credibilidad, y es lo menos que han estado haciendo.
Pero aun con esos demoles creo que están ahí, están luchando, y eso es importante.
¿Qué acciones concretas podría emprender la presidenta del CNE para promover mayor apertura, rendición de cuentas y diálogo con la ciudadanía?
Yo creo que el rol que tiene que cumplir la presidenta es informarnos de lo que se está haciendo en el CNE. Ya los otros dos consejeros nos tienen muy ocupados con sus problemas.
Entonces, que ella nos informe qué está pasando, cómo están avanzando los procesos, qué victorias se van teniendo, qué preparación se va logrando, de tal manera que nos dé por el lado de ella la mayor confianza posible.