El exdirector de la Dirección de Investigación y Evaluación de la Carrera Policial (DIECP), Óscar Manuel Arita Aguilar, murió el sábado de un paro cardiaco.
Arita, quien se desempeñaba como magistrado de la Corte de Apelaciones de Francisco Morazán, se encontraba en una visita familiar en Valle de Ángeles cuando sufrió una insuficiencia en el sistema cardiaco.
Inmediatamente fue llevado a una clínica privada de esa ciudad, donde perdió la vida. El profesional del derecho se convirtió en el primer titular de la DIECP en diciembre de 2011, pero dimitió al cargo el 29 de febrero de 2012 aduciendo razones personales.
La DIECP es un organismo creado para investigar a la Policía Nacional como parte de un proceso de depuración del organismo.
El entierro estaba previsto para a las 3:00 de la tarde en el cementerio de la comunidad de Las Casitas, Francisco Morazán.
La elección de Arita como director de la DIECP se produjo mediante concurso público en el que participaron varios abogados.
Al final fue nombrado él como titular de la DIECP y como subdirector al también abogado Eduardo Villanueva.
En una entrevista con EL HERALDO, en la sección Tic Tac, en diciembre de 2011 dijo que aceptaba el cargo de director de la DIECP porque “si la patria me llama para un servicio, acudo orgullosamente”.
El inicio de Arita en la carrera profesional fue en 1990, cuando fue nombrado juez de letras en La Mosquitia.
Luego laboró en la Escuela Judicial y en 2002 se le nombró magistrado de la Corte de Apelaciones de Santa Bárbara, donde estuvo cinco años.
Posteriormente fue magistrado de la Corte Segunda de Apelaciones (que era una corte civil), luego, en 2007, pasó a la Corte Primera de Apelaciones.
El hoy occiso, aunque justificó que la renuncia de la DIECP obedecía a asuntos de salud, puso de manifiesto roces con el entonces subdirector Eduardo Villanueva, quien luego de la renuncia de su jefe asumió la titularidad de la entidad.
Arita manifestó, luego de su renuncia, que resentía la actitud poco honesta de Villanueva, pues cuando trabajaron juntos en la institución este le prometía apoyo y cuando dimitió lo culpó del retraso en el proceso de depuración.
“Es increíble la actitud del abogado Villanueva, ya que este señor todos los días llegaba a mi oficina y casi se hincaba a decirme que era mi amigo y él compartió todas las estrategias conmigo y ahora sale echándome la culpa de que no hice el trámite y de que yo no impartía instrucciones para que se actuara”, dijo Arita en marzo de 2012.
También hizo serios cuestionamientos por el deficiente apoyo presupuestario que recibió la DIECP en la etapa en que se estaba estructurando la entidad.