Pidió un minuto para adoptar una postura que permitiera mantener su innata elegancia que dejó ver en su rostro una de sus mayores virtudes: su firmeza.
Su nombre es Lícida Zelaya de Vásquez (42), quien desde hace 25 años contrajo matrimonio con el general Romeo Vásquez Velásquez, aspirante a la presidencia por el partido Alianza Patriótica.
Pese a que años atrás consideraba que la política era para “mentir y abusar de los humildes”, hoy en día considera que es una oportunidad para “servir”.
Sin embargo este criterio no cambió al analizar su entorno, sino al conocer y compartir con su esposo el deseo de ver a una Honduras libre de violencia.
Liz, como su esposo le dice, es la tercera de cinco hermanos procreados en el hogar de Don Tulio Zelaya (QDDG) y Doña Juana María Lobo, ambos originarios de Olancho.
Para la también licenciada en administración de empresas, sus padres, que son familiares de los dos últimos presidentes de Honduras (José Manuel Zelaya y Porfirio Lobo) han sido la mayor bendición que formó la mujer que es ahora.
“Le agradezco a Dios por los padres que me dio y sobre todo porque me infundieron ese amor a Dios y al prójimo”, comentó Zelaya en entrevista exclusiva con EL HERALDO.
A esta bendición se une también haber conocido a su esposo con el que inició ese cuento de princesas en búsqueda de la felicidad.
“Conocí a Romeo en una fiesta de unos amigos de mis padres, anduvimos un año dos meses de novios después él me pidió matrimonio en Olancho, y yo decía que me llevaba 12 o 13 años, es un militar, pero aprendí a quererlo, a conocerlo”, recordó entre sonrisas picarescas.
“Me encantó su forma de ser: un hombre que sabe lo que quiere, un hombre que a medida que lo fui tratando me fui enamorando de él y estoy agradecida con Dios por el hombre que me dio, por el padre que le dio a mis hijos”, agregó.
Al tener la bendición de Dios, sus planes se enmarcaron en procrear tres hijos sin embrago el destino les daría uno de los golpes más duros diez años después de unir sus vidas.
“Tuvimos tres hijos dos varones y una niña, el mayor tendría hoy 23 años pero Dios nos lo llevó hace 15 años”, recordó con voz quebrantada.
Por unos minutos permaneció en silencio y continuó su relato:
“Falleció en un accidente en Olancho, ha sido uno de los momentos más difíciles, era un niño alegre que dependía mucho de su padre, para Romeo fue muy difícil porque mi hijo murió en sus brazos fue muy doloroso, la verdad no nos gusta recordarlo porque es muy triste”, explicó.
Su gran amor
Bien dicen que para el amor no hay edad, un ejemplo de esto es esta pareja que han logrado complementar la experiencia y la juventud pese a los 15 años que existen de diferencias de edades.
“Romeo es mi gran amor, es una persona que me ha enseñado mucho, he aprendido muchísimo de él, he aprendido de él que se puede hacer algo con lo poco que uno tiene y en el lugar donde uno se encuentra”, comentó con notable inspiración.
Su rol en política
Cinco años atrás la vida de Liz y Romeo se desarrollaba alrededor de su familia y en caso del general al servicio de las Fuerzas Armadas de Honduras sin embargo, luego de la crisis política del 2009 sus vidas cambiaron y la política empezó a formar parte de su familia.
“Yo le decía a Romeo cualquier cosa te apoyaría menos política porque para mí la política era ser mentiroso y aprovecharse de los pobres para andar haciendo política pero ahora entiendo que la política es servicio”, aseguró.
“Pero Romeo Vásquez es un hombre que ama a Honduras, que se identifica con los problemas de Honduras que es de porte firme pero con un gran corazón”, dijo.
“Conozco las debilidades de Romeo es un hombre que lo mueve la necesidad del pueblo”, comentó.
Es esta necesidad de más de ocho millones de hondureños que motiva ahora a esta pareja a enfrentarse en los comicios electorales para llegar administrar de una forma diferente las finanzas del país.
“Nosotros tenemos una empresa familiar en Olancho que la dirige mi esposo y eso mismo es lo que queremos para los hondureños administrar bien esta empresa si Dios y el pueblo le dan la bendición de administrar bien el Estado, somos un país rico pero hemos sido mal administrados y por eso tenemos la Honduras que hoy tenemos”, reflexionó.
Como Primera Dama
De obtener este objetivo, su plan de gobierno como Primera Dama de la Nación se enmarcará en la ayuda a las mujeres a las que a su criterio son las que “más sufren”.
“La mujeres somos las que más sufrimos porque nuestros hijos andan en las calles y no sabemos si van a ser reclutados por la delincuencia o van hacer asesinados en las calles, sufrimos porque vamos a comprar y no tenemos la suficiente plata para llevar la comida a nuestros hijos o para pagar su educación”, detalló.
“Las mujeres sufrimos porque un hijo se tiene que ir fuera del país a buscar una oportunidad que el Estado no le da, sufrimos porque nuestros esposos o las que son cabeza de familia no encuentran oportunidad”, añadió.
Otra de sus prioridades se enmarcará en la atención de la niñez y la juventud con su proyecto SOS un servicio de oportunidad para los jóvenes que nació luego de conocer las experiencias de cientos de niños en situación de riesgo.
“Una vez nos encontramos con un muchacho, Romeo, le preguntó que por qué estaba en la mara y él le dijo que donde más iba estar si no tenía oportunidades, nos contó que la mamá se fue del país y murió en el camino, la abuela tuvo que cuidar a sus otros hermanos y el por ser el mayor tiene que mantenerlos y en la mara le dan un salario”, relató.
“Era un niños de 15 años había matado tres personas ya Romeo le preguntó si él se saldría de la mara si tuviera una oportunidad y el niño le dijo que si y se puso a llorar, eso desgarró nuestro corazón”, manifestó.
Indicó que estos jóvenes son fácilmente reclutados por las maras y pandillas por lo que es necesario rescatarlos y capacitarlos para impedir que continúen en una vida delictiva.
“Este es uno de los proyectos principales que forman parte también del plan de como devolverle la paz a Honduras, la paz no la vamos a devolver con una Policía Militar o con cámaras en las calles, el tema de seguridad es más profundo y lo primero es quitarle esta juventud a los criminales”, señaló.
Zelaya aseguró que estas promesas solo serán una realidad si los hondureños en especial las mujeres reflexionan su voto y les dan la oportunidad de servir.
“Me pondré los zapatos de los que sufren de aquellos que no tienen medicamento, me pondré en los zapatos de esas 55 mil madres que han sido víctimas de la delincuencia común, de esos 250 mil niños que deambulan por las calles por falta de una protección del Estado”.
“Como esposa y como mujer tendrán a una mujer al lado de un presidente que le este diciendo eso esta malo o eso esta bueno”, concluyó.