Tegucigalpa, Honduras.- Las elecciones primarias en Honduras son un proceso de votación interno dentro de los partidos políticos.
Bajo este mecanismo, los militantes o ciudadanos eligen a sus candidatos para los distintos cargos de elección popular; presidente, diputados y alcaldes.
Los comicios tienen como objetivo seleccionar a los representantes del partido en las elecciones generales.
El sufragio se realiza durante el tercer año de gobierno de la actual administración, específicamente el segundo domingo de marzo de cada cuatro años, ocho meses antes de las elecciones generales, según el artículo 113 de la Ley Electoral de Honduras.
Además, estas elecciones fortalecen la democracia interna en los partidos, ya que permiten que los afiliados ejerzan su derecho a elegir a sus autoridades partidarias.
La importancia de estas primeras votaciones también radica en el hecho de que son un mecanismo para evitar que las decisiones sobre las candidaturas sean tomadas de forma unilateral por los partidos.
En otras palabras, contribuyen a reducir el control de las cúpulas partidarias y a promover una mayor participación y representación de las bases del partido.
Aunque las elecciones primarias como tal son relativamente recientes en Honduras, existían de manera informal antes de ser institucionalizadas.
Fue en 1985 cuando se aprobó una reforma a la Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas, lo que marcó el inicio formal de este tipo de comicios en el país.
En este año, el presidente liberal Roberto Suazo Córdova intentó mantenerse en el poder mediante una constituyente. Al no lograrlo, trató de imponer a su candidato oficial, Óscar Mejía Arellano. Sin embargo, otros aspirantes se opusieron a ello, lo que llevó a una crisis institucional entre los poderes del Estado.
Finalmente, la firma de un acuerdo político permitió que los aspirantes presidenciales del Partido Liberal, Partido Nacional, Partido Democracia Cristiana y Partido Innovación y Unidad (PINU) participaran en las elecciones generales de 1985.
El resultado de los escrutinios de noviembre fue que José Azcona, del Partido Liberal, fuera elegido presidente. Esta crisis política fue el catalizador para la institucionalización de las elecciones primarias, que quedaron reguladas por la Ley Especial Relativa a las Elecciones Internas Directas y Generales de Autoridades Supremas y Municipales, aprobada el 5 de junio de 1985.
El Partido Liberal fue el primero en utilizar las elecciones internas, en 1987, para elegir a sus autoridades.
Para esta ocasión, Carlos Flores derrotó a Carlos Montoya, quien en ese momento era presidente del Congreso Nacional.
Sin embargo, no fue sino hasta 1988 cuando se celebraron las primeras elecciones primarias con carácter formal, donde Carlos Roberto Flores resultó ganador dentro del Partido Liberal, enfrentando a otros contendientes como Carlos Montoya, Jorge Roberto Maradiaga, Ramón Villeda Bermúdez, William Hal Rivera y Carlos Roberto Reina.
Y dentro de este mismo proceso, en el Partido Nacional se celebraron primarias “simbólicas” debido a que solo tenía un candidato: Rafael Leonardo Callejas.
Las elecciones primarias de 1992, previas a las generales de 1993, presentaron un panorama diferente en el Partido Nacional.
Ya que, para estos comicios electorales, figuras como Nora de Melgar, Rodolfo Irías Navas, Roberto Martínez Lozano y Carlos Kattán se perfilaban como aspirantes presidenciales.
A pesar de que Nora de Melgar ganó las elecciones internas, la cúpula del partido, influenciada por Callejas, optó por apoyar a Oswaldo Ramos Soto en un acuerdo político que dejó de lado a la primera mujer que se perfilaba como candidata presidencial.
En el Partido Liberal, el ganador de las primarias fue Carlos Roberto Reina, quien se impuso a Jaime Rosenthal Oliva, Ramón Villeda Bermúdez, Gloria de Jalil y Rodolfo Pastor Fasquelle.
Para 1996, tanto el Partido Liberal como el Partido Nacional llevaron a cabo nuevas elecciones primarias. En esta ocasión, Nora de Melgar se consagró como la primera mujer en participar en una elección presidencial en Honduras, dentro del Partido Nacional.
A su vez, en el Partido Liberal, Carlos Flores derrotó a figuras como Jaime Rosenthal Oliva y Ramón Villeda Bermúdez.
Elecciones del nuevo siglo en Honduras
En el siglo XXI, nuevos actores emergieron en la arena política de Honduras.
En el 2000, tanto el Partido Nacional como el Partido Liberal celebraron elecciones primarias. En el Partido Nacional, la contienda estuvo entre Ricardo Maduro, Héctor René Fonseca, Elías Asfura y Carlos Kattán, resultando ganador Maduro.
Por su parte, en el Partido Liberal, el movimiento de Rafael Pineda Ponce triunfó sobre otras corrientes, lideradas por figuras como Manuel Zelaya, Jaime Rosenthal y Jorge Arturo Reina.
En las primarias celebradas el 20 de febrero de 2005, el Partido Nacional presentó a Porfirio Lobo Sosa, Gilberto Goldstein, Jesús Flores y Miguel Pastor.
Lobo Sosa se consagró como el vencedor. En el Partido Liberal, Manuel Zelaya resultó ganador, superando a varios contendientes de peso, como Jaime Rosenthal y Rafael Pineda Ponce.
Después del golpe de Estado en contra del otrora presidente José Manuel “Mel” Zelaya, las elecciones primarias se reanudaron y tuvieron lugar el 30 de noviembre de 2008.
Por el Partido Liberal, los candidatos fueron Eduardo Maldonado, Elvin Santos, Roberto Micheletti, Miguel Nolasco y Marco Ramírez, resultando Elvin Santos como el ganador.
Por el Partido Nacional, la contienda se dio entre Porfirio Lobo Sosa, Mario Canahuati, Mario Facussé y Jesús Flores, siendo Lobo Sosa el triunfador.
Luego las elecciones primarias tuvieron cabida en el 2012, donde por primera vez el partido Libre se sumaría a este acto para elegir sus autoridades.
El Partido Nacional se presentó con siete corrientes, pero las favoritas fueron las del exalcalde de Tegucigalpa, Ricardo Alvarez; la del expresidente del Congreso, Juan Orlando Hernández, y la del exministro de Transporte Miguel Pastor, donde Hernández logró imponerse como claro ganador.
Por el Partido Liberal, los principales contendientes fueron el empresario Yani Rosenthal y el también abogado Mauricio Villeda, quien se llevaría la victoria sobre el hombre de negocios.
También se sumó Libertad y Refundación, impulsado por el expresidente Manuel Zelaya, donde se definió como su candidata presidencial a la esposa del exmandatario, Xiomara Castro, con cinco corrientes internas, que pelearon por sus candidaturas a los cargos de elección popular.
Para los comicios de 2017, los tres partidos se fueron a las urnas para elegir a sus candidatos presidenciales, diputados y alcaldes.
Por el Partido Nacional se inscribió el Movimiento Nacional Rafael Callejas (Monarca), con el precandidato Roberto Ramón Castillo, y Unidos por Más Cambios y Juntos por Una Nueva Honduras, que proponen a Juan Orlando Hernández, quien salió ganador.
Mientras que en el centenario el Partido Liberal compitió con el Movimiento Alianza Popular Progresista de Carlos Montoya, Nueva Actitud de Eduardo Martell, Por Honduras Por Nosotros de Luis Zelaya, Unámonos de Enrique Ortez Sequeira y Nuevo Liberalismo de Gabriela Núñez, donde Zelaya resultaría ganador
El Partido Libre llevó tres aspirantes a la candidatura presidencial: Nelson Ávila por el Movimiento 5 de Julio, Rasel Tomé por el Movimiento Renovación del Partido y Xiomara Castro, esposa del expresidente Mel Zelaya, respaldada por seis movimientos que le darían su victoria como candidata.
Para el 2021, competirían los mismos tres partidos. Aunque esta vez Juan Orlando Hernández se quedaría afuera de los comicios, ya que en 2017 se reeligió como presidente de Honduras.
Los nombres que lucharon por la silla presidencial por parte del partido de la estrella solitaria fueron Mauricio Oliva, expresidente del Podce, y Nasry Asfura, otrora de la capital, Tegucigalpa, siendo este último el que encabezaría a su partido.
En la palestra rojiblanca estuvieron Luis Zelaya, Yani Rosenthal y Ángel Darío Banegas, donde el empresario daría un golpe de poder y se quedaría con el Partido Liberal.
Por el Libre buscaron la presidencia Xiomara Castro, Nelson Ávila, Carlos Eduardo Reina y Wilfredo Méndez; Castro se coronó por tercera vez como candidata a la presidencia de su partido.
Para 2025, siempre los mismos tres partidos políticos irán a elecciones primarias, pero esta vez solo los nacionalistas y liberales repiten a un precandidato por la presidencia.
Los azules tienen cuatro candidatos, entre los que se destacan: un bachiller en ciencias y letras, Nasry Asfura, que repite su precandidatura; un máster en derecho, Ana García, esposa del expresidente y declarado narcotraficante Juan Orlando Hernández; un licenciado en periodismo, Jorge Zelaya; y un ingeniero civil, Roberto Martínez, todos mayores de 50 años y con amplio recorrido político.
En el Partido Liberal son cuatro aspirantes a la presidencia, todos profesionales con un extenso recorrido. Dos de ellos son expertos en derecho: Maribel Espinoza y Jorge Cálix, el candidato más joven de las primarias con 40 años.
Junto a ellos compiten por la presidencia del partido dos ingenieros, Luis Zelaya, que vuelve a lanzarse con los rojiblancos, y Salvador Nasralla, conocido por su trayectoria en medios de comunicación.
Por su parte, el oficialismo, el partido Libertad y Refundación (Libre), presenta a dos abogados como candidatos a la presidencia: Rasel Tomé y Rixi Moncada, quien además es ministra de Defensa y es apoyada por la cúpula del partido.
El objetivo era que los partidos políticos contaran con un proceso democrático para elegir a sus candidatos, lo que también contribuiría a aumentar la confianza de la ciudadanía en el sistema político.
Uno de los cambios ocurrió en 2017, cuando se estableció que los partidos deben hacer elecciones primarias para todos los cargos electivos, incluidas las alcaldías y los diputados. Esto para dar mayor transparencia en todos los procesos electorales.
En la actualidad, las elecciones primarias son organizadas por el Consejo Nacional Electoral (CNE), antes llamado Tribunal Supremo Electoral (TSE) o Tribunal Nacional de Elecciones (TNE).
Además, el CNE tiene la responsabilidad de asegurar que el proceso sea transparente y cumpla con los principios democráticos.
Lo incluye la supervisión de la organización de las votaciones, la validez de los resultados y el cumplimiento de las normativas que rigen las elecciones primarias.
Y para votar en las primarias, hay que ser ciudadano hondureño y estar inscrito en el censo electoral. Este padrón es el registro oficial de los votantes habilitados para participar en las elecciones.
En las primarias, existe un censo específico de cada partido, que recoge a todos los miembros registrados de ese partido.
Es importante destacar que el censo no es solo para las primarias, sino que también se utiliza en las elecciones generales, donde cualquier hondureño con derecho a voto puede participar.
Cada partido tiene sus propios requisitos y procedimientos para que los ciudadanos se registren en su censo. Generalmente, es necesario ser miembro activo del partido, lo cual implica haber llenado un formulario de inscripción y, en algunos casos, haber cumplido con ciertos requisitos internos del partido.
Aunque no se necesita ser miembro o afiliado de un partido político, esta votación define a cada ciudadano al movimiento que apoya.
Es decir, que “queda marcado”; esto refiere a que, una vez que vota en las elecciones primarias de un partido, su afiliación política queda registrada en el censo de ese partido.
Esto se debe a que las elecciones primarias son un mecanismo interno para que los miembros del partido seleccionen a sus candidatos, y solo los afiliados pueden influir en esa selección.
En el día de las elecciones, se hacen los procesos similares a las elecciones generales.
Debe dirigirse al centro de votación que le corresponde, presentar su documento de identidad (como su tarjeta de identidad o pasaporte) y, al ser verificado su nombre en el censo electoral, puede emitir su voto por los candidatos del partido al que pertenece.
Las votaciones son en urnas y de forma secreta, igual que en cualquier otra elección.
Los miembros de un partido eligen a los candidatos que postularán para cargos como la presidencia, diputaciones y alcaldías en las elecciones generales.
Dependiendo de cada partido, puede haber una o varias rondas de escrutinios, pero en Honduras solo se practica una.
Los candidatos más votados en estas primarias son los que representan a ese partido en las elecciones generales.
Desde 1821 el país ha tenido 35 mandatarios -12 liberales, 12 nacionales, 1 de libre y 10 fueron reelectos constitucionalmente-, de los cuales 6 se eligieron bajo escrutinios democráticos.
