Tegucigalpa, Honduras.- Cuando María Antonieta Mejía comenzó en la política, no imaginaba que algún día aspiraría a ser designada presidencial. “Empecé desde abajo, pegando afiches, abanderando y siguiendo a muchos diputados que hoy están en el seno del Señor y otros que aún siguen”, contó en el pódcast de EL HERALDO, La Prensa y Gotv, “Hablemos de Política”.
Han pasado 26 años desde que abrazó la militancia en el Partido Nacional, un camino en el que ha ocupado diversas posiciones y ha enfrentado desafíos, especialmente por ser mujer en un entorno dominado por hombres.
“Las mujeres en política somos descalificadas desde el inicio”
Para Mejía, la política sigue siendo un espacio difícil para las mujeres. “Nos tratan de ‘p’ para arriba, nos descalifican por el simple hecho de ser mujeres”, denunció. También señaló que muchas se retiran porque el ambiente es hostil y plagado de prejuicios.
En este sentido, hizo un llamado a que más mujeres ocupen espacios de poder. “Necesitamos más diputadas, más mujeres en las alcaldías y más candidatas a la presidencia”.
También arremetió contra la Comisión de Género del Congreso Nacional, asegurando que su presidenta, de la bancada oficialista, ”no ha hecho absolutamente nada por las mujeres”.
María Antonieta Mejía dice que tenía claro que no se postularía nuevamente al Congreso. Sin embargo, su camino tomó otro rumbo cuando Nasry “Papi” Asfura la llamó personalmente para sumarla a su fórmula presidencial.
“Ya les había dicho a mis autoridades que no iba a postularme, pero Papi me llamó y me pidió que me sumara a la planilla presidencial. Lo tomé como una señal”, explicó.
Al hablar sobre su trayectoria, Mejía también abordó los rumores que ha enfrentado a lo largo de su carrera política. Al preguntarle cuál ha sido el más absurdo, no dudó en responder:
“Que Lisandro Rosales es mi esposo. Esa locura”, dijo entre risas.
También, aceptó jugar en la “Urna secreta” y reveló qué piensa de Luis Redondo, de Xiomara Castro y por qué se niega a apoyar a Ana García a la presidencia, pese a ser del mismo partido.