Recreando una versión más moderna de la película Total Recall, que ya había protagonizado Arnold Schwarzenegger, Colin Farrell revive en cine la realidad virtual con la realidad de haberse cruzado virtualmente en la misma convención Comic Con de San Diego, donde Arnold justamente había estado el día anterior para presentar su vuelta al cine con la segunda película The Expendables.
Y mientras Colin bromeaba imitando la voz de Schwarzenegger, comenzamos nuestra entrevista preguntando “virtualmente” la “realidad” de ese encuentro, antes de seguir con la realidad de su vida como padre, lejos del alcohol o las drogas, mucho más cerca del éxito.
¿Llegaron a hablar personalmente con Arnold Schwarzenegger sobre la nueva versión de Total Recall?
No, no me escribió ni me llamó. Ni siquiera me mandó una paloma mensajera, nada (risas). Su teléfono todavía debe estar sonando, ni siquiera atiende el contestador automático. Ya no sé que hacer (le cuesta parar de reír).
Hablando en serio, ¿trató de llamarlo realmente? ¿Alguna vez se encontró con Schwarzenegger?
No, pero lo conocí hace algunos años atrás en un torneo olímpico. Es un hombre muy grande... en todo sentido. Vi todas sus películas, desde The Running Man hasta Red Heat con James Belushi, Predator y todas esas.
¿Es verdad que usted se la pasaba imitando a Arnold en el estudio de filmación?
Yo soy el mejor imitador de Arnold Schwarzenegger, cuando hago sus gruñidos (entre risas, imita algunos gruñidos con la voz de Arnold) puedo hacerlo muy bien. Pero nunca uso ningún diálogo cuando lo imito. Solo fue una forma de divertirnos mientras hacíamos la película.
¿Qué opina de la competencia ahora que la nueva versión de Total Recall se estrena en Estados Unidos justo una semana antes de otra superproducción tan parecida como The Bourne Legacy?
Es mejor que estrenar las dos el mismo día, porque originalmente íbamos a salir los dos juntos el 3 de agosto, hasta que hace dos semanas movieron una semana a The Bourne Legacy.
Todos lo vieron como un triunfo, pero yo no me adelantaría tanto. Soy un admirador de Jeremy (Renner) y todas las películas de Bourne. Solo espero que mi película funcione bien, así de simple. Uno trata de no competir, pero los paralelos son inevitables y hay que tomarlos en cuenta.
Y así como en la película Total Recall pasa por un mundo virtual, ¿como superestrella se da cuenta que la gente piensa que usted realmente no vive en un mundo tan real como los demás?
Solo porque yo soy un sinónimo de Hollywood (Risas).
La verdad, trato de no fijarme lo que piensa o siente la gente. Es un juego peligroso donde pasaría a juzgarlo todo. Dejame ver... no siempre fui famoso, antes de todo esto solía tener una vida normal.
Y me acuerdo de haber admirado otras celebridades que podían ser famosas por jugar al fútbol, cantar o actuar. Y estoy seguro que yo también llegué a pensar que sus vidas probablemente iban más allá de la realidad que vive la gente normal como yo lo era en aquel entonces, pero no es verdad.
¿Cómo reaccionan ciertas personas cuando de repente se dan cuenta que están encerrados en un elevador con Colin Farrell?
Se horrorizan. “Paren, me quiero bajar”, dicen. “Te vi en una película y quiero que me devuelvas mi dinero” (Risas).
Es muy gracioso porque a veces se hacen los distraídos, como si estuvieran mandando un mensaje de texto, pero en verdad levantan un poco el teléfono para sacarme una foto.
Pero después, yo voy a Starbucks y cuando veo a alguien famoso, digo “Mira quien está ahí”. Es difícil tomarlo en serio, porque todos los seres humanos somos ridículos, pero muy graciosos.
¿Realmente piensa que las superestrellas son tan normales como el resto del mundo?
Todos morimos, todos pasamos por alguna enfermedad, todos perdemos gente que amamos.
Este tema de la fama, ser una celebridad por trabajar como actor, que me hayan pagado muy bien en los últimos diez años, me ha permitido cosas increíbles, pasar mis vacaciones por los mejores hoteles del mundo o lustrarme bien las uñas (Risas). No, pero hablando en serio, cuando mis abuelos estaban viejitos, pude conseguirles un buen hogar donde vivir.
Eso fue lo mejor. No lo hubiera podido hacer si no fuera por la actuación y un poco de fama.
Por eso, no lo sé, individualmente solo sé que soy un hijo de p... con suerte.
En plena capital de Irlanda, Colin James Farrell nació el 31 de mayo de 1976.
Y habiendo pasado por una de las mejores escuelas dramáticas de Dublín, en su país ya se había hecho famoso al protagonizar la serie de la BBC Ballykissangel, cuando aterrizó en Hollywood con la película Tigerland sobre un grupo de soldados a punto de pelear en Vietnam.
Empezando el nuevo milenio con el pie derecho, apenas un año después, ya estaba protagonizando el sorpresivo éxito de la película Phone Booth con la dirección de Joel Schumacher, mientras filmaba la superproducción Minority Report con Steven Spielberg y Tom Cruise.
Era justo la época en que Colin se había casado con la actriz inglesa Amelia Warner, con un matrimonio que apenas duró cuatro meses (se casó el 17 de julio del 2001 y se divorció en noviembre, aunque todavía le quedan rastros del tatuaje con el nombre de ella en uno de sus dedos).
Y mientras en la vida personal parecía haber fracasado, en su carrera profesional Colin Farrell encontró el perfecto camino al éxito. Con Al Pacino filmó The Recruit y pudo mantener su acento irlandés en Daredevil al lado de Ben Affleck, justo antes de llevar al cine las diferentes versiones de las series de TV SWAT y Miami Vice.
En un tiempo también se dijo que Colin Farrell había tenido un romance con Angelina Jolie, cuando juntos protagonizaron la película Alexander que dirigió Oliver Stone sobre la historia de Alejandro Magno.
En el camino también tuvo las escenas más apasionadas de la película Ask the Dust con Salma Hayek. Y Woody Allen en persona lo llamó para acompañar a Ewan McGregor en la película Cassandra’s Dream. Intercambiando las superproducciones con diferentes producciones independientes, también protagonizó la película In Bruges, que estuvo nominada al Oscar como Mejor Guión Original.
Y con la película Ondine, también en la realidad Colin se enamoró de la protagonista Alicja Bachleda-Curus. Juntos tuvieron un hijo, Henry Tadeusz Farrell, en octubre de 2009, aunque aquella relación tampoco duró más de un año.
La buena noticia para sus admiradoras: Colin todavía sigue soltero. Demostrando su buen corazón, Farrell donó su salario completo para la hija de Heath Ledger cuando trabajó en la producción de The Imaginarium of Doctor Parnassus que Heath nunca llegó a terminar, por su muerte.
Es que Colin ya había vivido antes al borde del abismo, cuando no supo distinguir los límites de la vida y en diciembre de 2005, tuvo que ser tratado por una seria dependencia a unos calmantes que le habían recetado después de un problema de columna y él mismo decidió internarse en un secreto centro de rehabilitación de alcohol y drogas.
¿Ser padre cambió su forma de pensar en la vida?
Eso espero.
¿Se siente más humano?
No sé si me siento más humano... Pero con hijos, uno siente un nivel de fuerza mucho más grande, de la misma forma que también aumenta el nivel de miedo que uno tiene en la vida. Los dos extremos se expandieron.
Y quiere decir que el corazón y la mente también se expandió, en todo. Para mí ha sido la experiencia más increíblemente enriquecida que tuve. Claro, sí, amo a mis hijos y espero que sigamos igual, porque al parecer ellos también me quieren a mí.
En una parte de la película Total Recall, Kate Beckinsale cuestiona: “¿Quién consigue todas las fantasías que uno tiene?”.
En su caso, ¿ las consiguió? ¿Si conseguí todo lo que quise? A ver, un momento que me está llamando mi sponsor (del centro de rehabilitación). Yo creo que todo en moderación, es la mejor clave para vivir. Ciertamente pienso que la saturación, en todo, es algo malo. He logrado muchísimo en mi vida, algunas cosas buenas y otras... no veo la hora de dejarlas atrás.
¿Diría que llegó a cumplir todas sus fantasías?
(Risas) El sexo es la ruta del hombre. De chico lo hice y casi me mata. Basta.
¿Es cierto que hace yoga como una fórmula para evitar tomar alcohol?
No, bueno, yo solía tomar alcohol ocho horas al día y cuando dejé de tomar necesité encontrar algo... como el yoga. Seriamente, es lo mejor.
La gran razón por la cual hay gente que vuelve al alcohol es por puro aburrimiento. Por eso es necesario ocupar el día sin buscar una adicción que tape otra adicción, sino ocupar un lugar propio de sucesos, con otros.