Tegucigalpa, Honduras.- A veces se muestra como una ama de casa, en otras ocasiones se presenta como "la profe", también como abogada, pero su multifacética trayectoria se traduce en ser la candidata que busca la presidencia por el Partido Libertad y Refundación (Libre).
Dice que es una luchadora con conciencia social que espera continuar con el trabajo que inició la actual presidenta Xiomara Castro en la refundación, pero también quiere convertirse en la segunda mujer en gobernar Honduras.
Ella es la última ungida de la familia Zelaya Rosales para continuar en el poder por cuatro años más, pues “va a pagar la factura del Gobierno en el partido oficialista”, consideró el diputado liberal, Marlon Lara.
Con 60 años de edad, Rixi Ramona Moncada es una de los cinco aspirantes a la presidencia de Honduras para el periodo 2026-2030. Es la única mujer en la papeleta presidencial, por eso en la propaganda se muestra como madre, amiga, lideresa y política.
“Alístense que otra mujer los va a gobernar”, afirmó con tono fuerte, aunque con voz entrecortada, a finales de agosto en una concentración en San Pedro Sula, al norte de Honduras.
Es una mujer de carácter firme, aunque, cuando se trata de debates, prefiere elegir los espacios controlados para convertirlos en monólogos. Antes de ganar las elecciones primarias por Libre no era muy accesible a asistir a foros, debates o dar entrevistas. Ahora lo hace de forma selectiva, respondiendo con la misma retórica con la que basa su campaña: “Soy una mujer firme y sin dobleces”.
Precisamente esa es la justificación que da cuando en su discurso habla de democratizar la economía, con palabras que la hacen parecer “enemiga de la empresa privada, enemiga de las libertades, admiradora de un sistema que ha fracaso, un sistema socialista que solo ha generado pobreza”, lamentó Marlon Lara, del opositor Partido Liberal.
Sus discursos, en muchas ocasiones son ambiguos, no dan espacio para preguntas o cuestionamientos. EL HERALDO solicitó hablar con ella en varias ocasiones, pero nunca hubo respuesta.
Según el diputado Lara, en los últimos 20 años ha tomado posturas radicales a la extrema izquierda, lo que podría no ser tan favorable en su candidatura a la presidencia.
Para el analista Augusto Aguilar, su discurso confrontativo es parte de su “estilo de liderazgo”, pero con su candidatura lo único que queda claro es que no solo ha sido una funcionaria de confianza para Manuel Zelaya Rosales, sino también de Xiomara Castro.
“La profe” que aspira a la presidencia
Nacida el 13 de febrero de 1965 en Talanga, Francisco Morazán, la candidata de Libre procede de una familia de clase media. Se crio con su mamá, su papá y abuela paterna. A los 17 años se convirtió en maestra normalista, luego se profesionalizó en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) licenciada en derecho. En la Universidad de Salamanca, en España, también se especializó en derecho Penal y Constitucional.
Fue maestra de educación media, pero también impartió clases en la UNAH. En los 90 se desempeñó por cuatro años como jueza de Letras de lo Criminal y también magistrada de la Corte Primera de Apelaciones.
Casada con Enrique Arias, con quien procreó dos hijos: Marcela Arias Moncada y Ramón Ernesto Arias Moncada, Moncada siempre supo sobrellevar su labor como profesional, madre y esposa. Así lo deja ver en la propaganda que comparte en sus redes sociales, cuando se muestra cocinando y recordando cómo lo hacía cuando sus hijos eran niños.
Su nombre comenzó a tomar notoriedad cuando formó parte del equipo legal del desaparecido Banco Hondureño de Crédito y Servicios, S.A. (Banhcreser), que ganó las demandas por varias acusaciones. Posteriormente, se convirtió en asesora del Ministerio Público y también del fiscal general, Edmundo Orellana.
Para 2006, Moncada empezó a trabajar en el gobierno de Manuel Zelaya Rosales como asesora legal, pero después, debido a su cercanía y convicción con el Partido Liberal, fue nombrada como secretaria de Trabajo. También fue gerente de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), donde fue señalada de estar involucrada en dos actos de corrupción. Ninguno de los casos procedió, mientras que ella aseguró tener todo lo necesario para demostrar su inocencia.
“Ustedes me conocen: como profesora, como abogada, como jueza, como magistrada, como gerente de la ENEE. Me conocen en todo el país, y saben quién soy: una mujer firme y sin dobleces”, dice constantemente en los mítines políticos como candidata a la presidencia, recordando su trayectoria.
Para Lara, Rixi no es la misma que él conoció en el gobierno de Manuel Zelaya Rosales en 2006, pues “la consideraba una persona democrática y razonable, por eso me extrañan sus posturas radicalizadas hacia una extrema izquierda”.
"Siempre que tuvimos pláticas era en el plano democrático, de respeto a la Constitución y sus leyes, pero creo que todo eso ha cambiado. Creo que la Rixi que conocí en ese periodo es diametralmente opuesta a la Rixi que hoy la vemos, radicalizada con una ideología de izquierda que solo ha sembrado miseria y odio entre la sociedad hondureña", comentó Lara.
Mano derecha de “Mel”
Rixi Moncada ha estado en diferentes cargos públicos, lo que evidencia su versatilidad como lideresa, consideró Angélica Álvarez, compañera de fórmula de Moncada.
“Rixi es una mujer de convicción y principios”, dijo en entrevista con medios de comunicación cuando comunicó que dejaba su cargo como secretaria de Derechos Humanos para convertirse en Designada Presidencial de Moncada.
Ambas comparten la misma ideología basada en un sistema socialista. En el caso de Moncada, lo fue forjando desde 2006, cuando siendo secretaria de Trabajo fue enlace para mostrar el interés del Gobierno de Honduras para ser parte de Petrocaribe (acuerdo regional de adquisición de petróleo entre Venezuela y los estados miembros del Caribe) y el ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América–Tratado de Comercio de los Pueblos).
Allí se reunió con el fallecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez, el mismo que años después ayudó al exmandatario hondureño Manuel Zelaya Rosales cuando recibió un golpe de Estado por impulsar el proyecto de la Cuarta Urna.
“Ella ha sido una de las funcionarias de mayor confianza, no solo en este gobierno sino que en el anterior también, en el gobierno de Manuel Zelaya; ella fue una de las principales figuras y entonces entiendo que se ha ganado la confianza, tanto del presidente Zelaya como de la presidenta Xiomara. Y por supuesto que se ha ganado esa confianza, entonces por eso ha recibido el apoyo”, afirmó el analista Aguilar, dejando claro que por eso es la candidata del oficialismo.
Para Aguilar, desde el inicio de la gestión de Zelaya en 2006, Moncada fue pilar fundamental, incluso en proyectos como la Cuarta Urna, una consulta para que la población decidiera sobre una nueva Constitución. Moncada era la encargada de promover y organizar el proyecto en Choluteca.
Para ese proyecto fueron extraídos 40 millones de lempiras del Banco Central de Honduras en carretillas, por eso se le conoce como “carretillizo”. Al menos 260 mil lempiras, según las investigaciones del Ministerio Público, fueron encontrados semanas después en la habitación de un hotel donde se hospedaba Moncada en Choluteca. El dinero tenía los mismos números de series insertados y coincidían con uno de los lotes.
“Por la carretilla ofrezco mi vida y mi libertad, porque la carretilla no es un hecho constitutivo de delito”, defendió en entrevista en 2018 en Frente a Frente, donde dijo que el dinero nunca se les depositó en cuentas a los funcionarios, sino que era para el proyecto de la Cuarta Urna.
Moncada, además admitió que ella tiene varios procesos judiciales abiertos, de los que aseguró “los voy a vencer con la verdad y con documentos”, porque “yo en este país no he cometido ningún delito”.
Según Moncada, este proyecto solo vislumbró los intereses políticos de la oposición para quedarse en el poder, pues Manuel Zelaya Rosales recibió un golpe de Estado, mientras ella, así como otros exfuncionarios, tuvieron que huir debido a lo que llamó una persecución sistemática.
“La abogada era una de las piezas más buscadas por los golpistas, ella planificaba, coordinaba, era parte del cerebro de la resistencia, no todo el mundo puede estar en eso”, dijo a un medio institucional Bertha Olvida, coordinadora del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh).
Esta situación, solo la acercó más a la familia Zelaya Rosales, pues ella sirvió de enlace en las negociaciones con organismos internacionales, países vecinos, así como autoridades hondureñas para que en 2011, “Mel” Zelaya retornara al país.
Pieza clave en el triunfo de Xiomara Castro
La gestión de Moncada, así como sus conocimientos en la normativa hondureña, no solo permitieron que “Mel” lograra retornar a Honduras, sino que una facción del liberalismo le apostara a la creación de un nuevo partido: Libre.
Moncada estuvo detrás del proceso legal para conformar al partido de la bandera rojo, blanco y negro, pero también fue parte del equipo que logró inscribirlo en las elecciones de 2013, cuando Xiomara Castro se lanzó por primera vez como candidata a la presidencia. En ese entonces, las elecciones fueron ganadas por Juan Orlando Hernández, del Partido Nacional (preso en Estados Unidos por narcotráfico).
Aunque Moncada no aspiró a un cargo de elección popular, ocupó la secretaría de la institución política por un buen tiempo. Posteriormente, se convirtió en la representante del Libre ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), cargo que ocupó en medio de fuertes polémicas.
Primero, estuvo como consejera del órgano electoral, hasta que en 2021 asumió la presidencia. En su gestión, Moncada denunció que en las elecciones de 2017, cuando Castro cedió su candidatura a Salvador Nasralla (hicieron una alianza política entre Libre y el Partido Salvador de Honduras), hubo fraude y que en los comicios de 2021 (cuando nuevamente se concretó la alianza, solo que la candidata fue Castro) no iban a “robarse la voluntad del pueblo”.
En ese proceso electoral también hubo retrasos en el cronograma electoral y un clima político tenso por presiones de los mismos partidos políticos, al punto que muchas de las decisiones no fueron tomadas en el Pleno de Consejeros, sino por mayoría de votos.
Para los analistas, fue Moncada quien puso las reglas del juego dentro del CNE: lo hizo con el Sistema de Transmisión de Resultados (TREP), la depuración del censo electoral, así como otros procesos necesarios para la transparencia de las elecciones.
En 2021, en su tercer intento, Castro se convirtió en la primera mujer presidenta de Honduras. Moncada no estaba al lado ni atrás de Castro, pero sí la tomó en cuenta para dirigir unas de las secretarías más importantes de Honduras: Finanzas.
Tres años después, en 2024, la nombró como secretaria de Defensa, donde le dio la facilidad, incluso, de utilizar fondos para compras directas.
En ese mismo año, el Partido Libre la oficializó como la precandidata que tenía la venia de la familia Zelaya Rosales de cara a las elecciones generales. Rixi es la persona en quien yo confío y que va a continuar lo que estamos haciendo... Yo confío en ella”, dijo Castro en abril de 2024 cuando visitaba una carretera entre Danlí y Patuca.
Fue así como en marzo de 2025 se enfrentó en las primarias de Libre contra Rasel Tomé, a quien venció con el 92.64% de los votos. Según la diputada del Partido Liberal, Beatriz Valle, Moncada nunca tuvo competencia
En mayo de 2025 renunció a su cargo en la Secretaría de Defensa asegurando que lo hacía en tiempo y forma, según la ley. Desde entonces ha visitado gran parte de los departamentos de Honduras, vestida de rojo, rosa y blanco, replicando una retórica diferente a la de Castro, pero afirmando que continuará con el trabajo de la actual presidenta de Honduras.
Candidata de Libre
“Honduras tiene una nueva presidenta, y esa presidenta es la profesora Rixi Moncada”, dijo Rixi Moncada en un mitin realizado en San Pedro Sula, Cortés, la ciudad que forma parte de la estrategia de Libre para ganar adeptos.
En esa misma ciudad se presentó, una vez más, el pasado 23 de octubre en el conversatorio “De Frente”, organizado por la Universidad de San Pedro Sula (USAP). En el evento, Moncada se salió del protocolo de los organizadores para concretar lo que suele hacer en la mayoría de eventos: imponer sus reglas.
No quiso estar sentada frente al estrado, ella le pidió a su equipo que colocara una silla de madera tapizada de tela floral en medio del escenario. En el suelo, a pocos metros de donde se sentó, pidió que colocaran flores rojas (rosas), las mismas que suele utilizar enviando un mensaje que ella es “la flor de la esperanza” para Honduras.
Ese día se vistió de negro, pero en su camisa se puso un pin en forma de flor. Así se presenta casi siempre frente a sus simpatizantes, con quienes, sin dudarlo, comparte sus principales propuestas de campaña de forma ambigua: eliminar la central de riesgo, mayor acceso al crédito, mejorar la producción nacional (construcción de carreteras, energía y educación) y democratizar la economía.
En sus discursos, incluso, ha generado polémica, al decir que el CNE debe declararla ganadora de los comicios del 30 de noviembre o que desconocerá los datos que salgan del Sistema de Transmisión de Resultados (TREP).
Aguilar consideró que estas propuestas son normales en quienes buscan un cargo de elección popular, pues tratan de presentar situaciones, proyectos o programas de beneficio para el pueblo. “Yo creo que esa es la idea de casi todos, la diferencia está en cuáles son las decisiones que van a tomar, los cambios que se pueden realizar” y su gabinete cuando ganan las elecciones. Para él, Rixi tiene “las características favorables”.
La opinión de Aguilar contrasta con la de otros expertos o políticos, quienes cuestionan que Moncada ha utilizado un discurso radical y poco amigable con la empresa privada, pero también bastante ambiguo a las necesidades del país. Eso, según ellos, le generará anticuerpos y la convertirá en la apuesta más radical en la historia de Libre sin lograr ocupar la presidencia.