Fenómenos climáticos extremos afectan la producción y encarecen la canasta básica

Informes señalan que cada año Honduras se vuelve más vulnerable a sequías extremas, tormentas tropicales y huracanes, que afectan la producción de granos básicos y otros alimentos

  • 01 de julio de 2025 a las 00:00

Tegucigalpa, Honduras.- Sequías extremas, tormentas tropicales o huracanes: Honduras es uno de los países más vulnerables a estos fenómenos que cada año amenazan las cosechas y ponen en riesgo el costo de los productos.

El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) expone en su “Informe Especial sobre Cambio Climático y Derechos Humanos” cómo “el cambio climático alteró los patrones de producción agrícola, reduciendo el rendimiento de cultivos esenciales como el maíz y el frijol, alimentos básicos en la dieta hondureña”.

El documento hace una radiografía de la situación del país frente a fenómenos extremos, evidenciando que solo en 2023 más de 2.4 millones de personas en Honduras experimentaron inseguridad alimentaria, de acuerdo con estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Esta situación se agrava por eventos climáticos extremos que afectan la producción agrícola, encareciendo el costo de producción y reflejándose en los precios de venta en los mercados.

“Las comunidades rurales, dependientes de la agricultura de subsistencia, fueron las más afectadas por estos cambios, lo que incrementó la migración forzada en busca de medios de subsistencia”, señala el documento.

Para Franc Cruz, coordinador de la defensoría de pueblos indígenas y afro hondureños del Conadeh, los fenómenos climáticos extremos impactan no solo en los costos de producción, sino también en los cultivos, los costos de venta y la puesta en el mercado.

“La afectación que hay en la zona sur es más por sequías, pero en la zona atlántica es más por inundaciones, donde los productores están siendo afectados gravemente, en el sentido de que primero no tienen ni semillas adaptadas ni tampoco resilientes a los efectos negativos del cambio climático, o por olas de calor, que entonces la semilla pues no produce, o por inundaciones también, pues es imposible que el cultivo se pueda producir cuando hay inundaciones”, lamentó.

El experto afirmó que identificaron cinco departamentos como los más vulnerables, sobre todo en la zona sur, en el Corredor Seco: Valle y Choluteca. También mencionaron la zona occidente, en Intibucá, y la zona atlántica: Cortés y Atlántida.

Lamentó que en Intibucá, por ejemplo, los productores tuvieron pérdidas por la helada (bajas temperaturas que llegan hasta un grado). Solo en 2024 hubo pérdidas en la producción de fresas, papas y frijoles.

Sequía somete a Honduras y a Centroamérica a la escasez

Fenómenos recientes

La vulnerabilidad de Honduras a sequías tiene mayor impacto en los municipios del Corredor Seco, donde todos los años existe emergencia alimentaria.

Las sequías son parte del ciclo climático natural, pero son exacerbadas en muchas zonas por la quema de combustibles fósiles, que está calentando el planeta y agravando los fenómenos meteorológicos extremos. En Honduras el impacto es evidente.

“La sequía prolongada durante la época de siembra de postrera a finales de 2023, que se extendió hasta principios de 2024, limitó la producción y rendimiento de los cultivos y el acceso de agua para consumo humano”, menciona parte del informe Honduras, necesidades humanitarias y plan de respuesta, publicado en febrero de 2025 por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA, por sus siglas en inglés).

“La disminución de la cosecha provocó una escasez temprana de reservas alimentarias para muchos hogares, lo que obligó a que familias recurrieran a la compra de alimentos, reduciendo el poder adquisitivo de la población más vulnerable”, indica el documento.

También expone que en ese mismo año, el país se vio afectada por la tormenta tropical Sara, que dejó casi L3,000 millones en pérdidas, sobre todo en los departamentos de Atlántida, Colón, Olancho, Santa Bárbara, Ocotepeque y Copán.

“Las pérdidas en el sector agrícola son significativas con un estimado preliminar de L2,468 millones; estamos trabajando arduamente para cuantificar las pérdidas exactas y diseñar un plan de rehabilitación que permita a nuestros productores recuperar sus cultivos y sus medios de vida”, lamentó en ese entonces Laura Suazo, titular de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG).

En 2020 pasó prácticamente lo mismo: las tormentas Eta y Iota, que golpearon al país con apenas algunos días de diferencia, ocasionaron unos L35,000 millones en pérdidas.

“Pese a una ligera mejora desde 2023, la situación de inseguridad alimentaria se vio agravada en la segunda mitad de 2024 debido a las afecciones de Sara y una temporada de lluvias con precipitaciones por encima de lo normal”, analiza el organismo internacional a través del informe.

Las estimaciones de la SAG en ese entonces decían que cerca del 80% de los cultivos de maíz y frijol fueron afectados por los excesos de lluvias durante la época de postrera, afectando la disponibilidad y el acceso a los alimentos en este 2025.

“Poco falta para que comiencen a huir por falta de agua”: Sequía se agudiza

De acuerdo con Liliana Castillo, expresidenta del Colegio de Economistas de Honduras, cuando los fenómenos climáticos son fuertes impacta en el decrecimiento en la economía o la desacelera, porque “normalmente se afectan productos como el banano, los granos básicos, o sea, la mayoría de productos que consume la población. Entonces, eso hace que como no se produce lo que se esperaba, entonces hay menos producción y los precios suben”.

La experta en temas económicos puso de ejemplo las tormentas tropicales Eta y Iota, que provocaron millonarios daños en el país, especialmente en el área de producción, entonces hubo inflación y la canasta básica se encareció.

Recordó que estos fenómenos casi siempre golpean zonas clave para la producción, sobre todo en el norte, centro y sur del país.

Solo en Comayagua, detalló, se producen mangos, hortalizas, verduras, pepinos, en muchos casos para exportar, así como granos básicos.

“El problema que tenemos en nuestro país con las inundaciones sí hay que hacer, porque si se construyeran las represas que hacen falta en la zona norte toda esa agua se utilizaría para generar energía, pero como no hay esas represas entonces esa agua de la superficie produce esas inundaciones, pero en el caso de las sequías, el fenómeno contrario, como no tenemos sistema de riego por goteo, sino que esperamos que nos caiga el agua cuando llueve, entonces, si no llueve, igual se pierde esa producción, y ahí es donde está esa disparidad”, condenó Castillo.

Esto provoca que sea más barato para Honduras exportar productos que consumir los que se producen en el país, dejando rezagados a los productores que sufren los efectos del cambio climático y que no tienen los fondos ni las estrategias para mitigar los daños.

Honduras también es vulnerable a las sequías extremas, sobre todo en los municipios del Corredor Seco.

Sequía extrema no solo afecta a Honduras

El The New York Times recientemente publicó un reportaje evidenciando cómo las sequías extremas amenazaban cosechas clave en el mundo.

Por ejemplo, en Brasil, las plantaciones de café sedientas han afectado los precios de los lattes en todas partes. En el medio oeste de Estados Unidos, años de escasas lluvias han obligado a los ganaderos a sacrificar cabezas y elevado los precios de la carne de res a sus niveles más altos en la historia.

Una de las principales regiones productoras de trigo de China, la cuenca del Río Amarillo, se está marchitando bajo condiciones inusualmente cálidas y secas. Alemania tuvo su primavera más seca desde 1931, aunque las lluvias de las últimas semanas han disipado las preocupaciones sobre sus cosechas de trigo y cebada.

Ucrania y Rusia, rivales en el campo de batalla, también enfrentan la amenaza de la sequía para sus cultivos de trigo. Ambos países son el sustento de millones de personas. Los conflictos en Gaza y Yemen también han trastornado la cadena de suministro, incluso aumentando los costos de envío. Ahora hay un nuevo conflicto entre Israel e Irán.

Los riesgos de la sequías crecen a medida que la producción de alimentos importantes se concentra cada vez más. Por ejemplo, gran parte del café mundial proviene de Brasil, el cacao de Costa de Marfil y Ghana en África Occidental, y el maíz de Brasil, China y el Medio Oeste de EU.

En todo el mundo, la mayoría de las personas obtiene sus calorías de tres granos básicos —arroz, trigo y maíz—lo que significa que los riesgos climáticos en los lugares donde se producen pueden tener grandes repercusiones. El mal tiempo en una o dos de esas regiones puede desestabilizar el suministro mundial.

El Banco Central Europeo estimó en un estudio en mayo que las sequías amenazaban con eliminar casi el 15 por ciento de la producción económica del bloque, con el mayor riesgo en el sur de Europa.

En un tiempo, alrededor de 100 especies de café crecían de forma silvestre. Hoy se cultivan principalmente dos: arábica y robusta. Dos países dominan el cultivo: Brasil y Vietnam.

Brasil representa el 40 por ciento del cultivo mundial, lo que genera beneficios porque se pueden cultivar grandes volúmenes de ciertas variedades en grandes extensiones, ofreciendo economías de escala. Pero esto también magnifica los riesgos de concentración en la era del cambio climático.

“Cuando perturbaciones climáticas como sequías o lluvias excesivas afectan estas zonas, la cadena de suministro global sufre las consecuencias”, afirmó Andrea Illy, director ejecutivo de Illy, la compañía global de café.

Illy explicó que su empresa intentaba obtener variedades de café de productores de diferentes regiones. Pero el café es una planta caprichosa. Incluso un poco más de calor y un poco menos de lluvia pueden ser devastadores.

Brasil ha sufrido su peor sequía en 40 años. El año pasado, el clima cálido y seco también afectó a Vietnam, el segundo mayor productor. Los precios se dispararon.

El trigo se ha convertido en uno de los cereales más consumidos del mundo, sólo superado por el arroz. Esto lo convierte en uno de los cultivos más vigilados.

Debido a una intensa ola de calor en el 2022, el Gobierno indio prohibió las exportaciones de trigo para guardarlo en casa. Este año, India espera producir cosechas récord de trigo, pero no planea levantar el veto a la exportación debido a la preocupación por las fluctuaciones de precios.

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Redacción web
Redacción

Staff de EL HERALDO, medio de comunicación hondureño fundado en 1979.