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Motagua invadió de felicidad al guerrero Luisito

Diego Vazquez y cuatro jugadores visitaron al pequeño de seis años en el hospital San Felipe. El oriundo de El Paraíso sufrió un tipo de hemofilia que le convirtió el cerebro en un coágulo de sangre

22.08.2017

Tegucigalpa, Honduras
Apenas ve cruzar por la puerta a sus cinco ídolos, Luisito se invade de euforia, se sacude de emoción en su silla de ruedas y entre la dificultad para hablar que le ha provocado la castatrófica hemofilia empieza a pronunciar el nombre de su amado equipo: '¡Motagua, Motagua, Motagua!'.

El guerrero, como le llama su médico de cabecera, hoy está muy feliz. ¿Y cómo no estarlo? Allí, en el Hospital San Felipe, están sus héroes. Diego Vazquez, Wilmer Crisanto, Juan Pablo Montes, Reiniery Mayorquín y Rubilio Castillo han llegado con regalos en mano para alegrarle el día al pequeño Luis José Castellanos: un motagüense de seis años que sufre esa devastadora hemofilia. Entrenador y jugadores le abrazan uno a uno y le entregan su obsequio. 'Hola, Luis, es tuyo', le saluda Diego entregándole un carrito y él responde con cortesía: 'Gracias, gracias'. En su rostro se dibuja una felicidad infinita, mientras recibe cada uno de los regalos (balón de fútbol, carrito, robot, camisa y bandera de Motagua).

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'Sangre azul, sangre azul, sangre azul', pronuncia con gran ahínco. '¿Cuál es el grito de guerra?', le consulta su pediatria Gustavo Hernández y él contesta con el grito más repetido de la cita: 'Sangre azul'... La Barbie y todos los presentes no pueden contener los aplusos, mismos que se volvieron a escuchar cuando Luis, ayudado por su madre (Katia Castellanos), desafió su silla para dar algunos pasos.

El pequeño José Luis Castellanos se emocionó al ver a sus ídolor frente a él (Foto: Marvin Salgado/EL HERALDO)

'¿Quíen es el niño más fuerte de la sala?', le pregunta su galeno y el infante replica con una postura propia de su fortaleza: rostro serio y brazos arriba para evidenciar su espíritu de gladiador. Fiel imagen que refleja lo fuerte que es este luchador. Este oriundo de San Matías, El Paraíso, ha vivido en una constante guerra por la vida.

Al nacer tuvo sangrado en el cordón umbilical, en su etapa de crecimiento tenía moretones y puntitos de sangre en la piel, a sus 24 meses sufrió un trauma a nivel frontal y a sus cinco años fue intervenido quirúrquicamente por un sangrado intracraneal muy severo.

'En pocas palabras, el cerebro se le volvió un coágulo de sangre', explica el doctor. Desde entonces ha tenido que estar viajando cada 45 días a Tegucigalpa para someterse a un costoso tratamiento que absorbido por el hospital San Felipe.

Pero a él nada ha podido derrumbarlo y hoy sigue luchando por volver a ser un niño normal, tal como lo fue en el pasado reciente.

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'Estamos pensando que primeramente Dios va a salir de esta, se va a recuperar y darle mucha fuerza', dijo Rubilio. Diego estuvo en sintonía con Roruca y se mostró sorprendido por ver 'cómo se identifica con el equipo, a pesar de la dificultad' que atraviesa.

'Dios va a estar sobre su vida, Dios va a ser el milagro en su vida, para El no hay nada imposible, Nos ha pedido ganar y esa va a ser una de las metas para este domingo ante Honduras de El Progreso', cerró Mayorquín. No hay duda, el guerrero tuvo un día inolvidable...



SÉPALO
Andrea Atala, gerente de mercadeo de Motagua, adelantó que quieren que Luisito sea el niño símbolo del equipo. Además, informó que Luis y su madre tendrán entrada gratis de por vida al sector de silla del Nacional y que tratarán de apoyar al pequeño con pasajes para viajar a Tegucigalpa a sus citas y otros gastos referentes al tratamiento.