COMIDA. Hombre, qué comerán esos diputados para que hayan gastado la “bicoca” de 11 millones solo en comida. Por qué mejor, piden unos chuscos, no se cuentan una de vaqueros. Si así como comen, trabajaran ¡Dios guarde!
GÉNERO. Vuelve la mula al trigo con la píldora aquella y las clases sobre sexo a los niños. Bienvenida cualquier ley que de verdad busque erradicar los embarazos de niñas. Con tal y después no quieran meter gol con la mentada ideología de género.
GUAYA. Hombre, le salió guaya el viaje a Venezuela al olanchano, porque resulta que el busero superado lo estaba esperando con el recibo de una vieja deuda.
OBRA. Ni porque el olanchano se deshizo en halagos con el fundador del Socialismo del Siglo XXI, y su “gran obra” de convertir a Venezuela en la nación más “próspera” del hemisferio, al extremo que ya no aguantan la migración de tantos colombianos, chilenos, ecuatorianos, bolivianos, en fin...
LIBRETA. Pero, como en esas redes nadie se escapa, allí están dele que dele que esa deuda no es de Petrocaribe, sino, del billete aquel que anduvieron repartiendo el “comandante Libreta”, César Ham y de la mochila que dejó botada la Rixi en un hotel de Choluteca. Será.
VIENTO. Hombre, parece que en el hemiciclo no hay ambiente -ni votos- para darle viento a la reforma tributaria, al menos, así como la ha mandado el “Nerón” del SAR.
MASACRE. El Urtecho -aunque Mateo no da la cara- califica la reforma fiscal de “trasnochada, peligrosa y populista”, mientras que Santiago apóstol anuncia una “masacre” a las empresas. A ver, dijo el cieguito.
BISAGRA. Bueno, así como está, esa reforma no pasará ni a cañonazos. Al menos, claro está, que la bisagra mayor -el Partido Liberal- se vuelva a dar vuelta en lo parejo por puro interés de sus dueños.
NADA. Ahora bien, que hay que volarse algunas exoneraciones, hay que volárselas, pero aquellas que no producen nada y que han sido usadas por picaritos para enriquecerse.
GUAPINOL. A ver si en el Conadeh le paran bola a las denuncian de los trabajadores de Guapinol, que sufren persecución y amenazas de muerte por parte de vagos disfrazados de ambientalistas.
EXTORSIÓN. Son los mismos “ambientalistas” que andan de mina en mina, o en los proyectos hidroeléctricos, extorsionando a sus promotores. Pregúnteles por qué nunca han aparecido “defendiendo” el Lago de Yojoa, La Tigra, los bosques de Olancho. Como allí no hay pisto.
