Tegucigalpa

A cuatro años de la tragedia, Upare no olvida a sus héroes

En el monumento de “las nueve cruces” se celebró una eucaristía como tributo a los mártires del bosque. Entidades aseguran estar comprometidas con la protección de los recursos forestales

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10.03.2012

“Aquel que entrega la vida por servir o por el bienestar de los demás es bien visto ante los ojos de Dios”.

Así se refirió el sacerdote Felipe Santiago Jiménez, capellán de las Fuerzas Armadas, en la eucaristía en honor a los Héroes de Upare.

En un evento especial en la jurisdicción de La Sabana, Distrito Central, estuvieron familiares, amigos y excompañeros de trabajo de los nueve capitalinos que ofrendaron su vida para proteger los bosques.

Con una misa se conmemoró el cuarto aniversario de la muerte de quienes la historia registra como los “mártires del bosque”.

El oficio religioso se realizó en presencia de los familiares dolientes, autoridades de las Fuerzas Armadas, del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA) y entidades gubernamentales encargadas del patrimonio forestal, como la Serna y el Instituto de Conservación Forestal (ICF), además de los miembros del Comité Interinstitucional Ambiental y la presencia de los alumnos de la escuela urbana mixta Rubén Barahona.

El capellán señaló que imposible es olvidar que el 9 de marzo de 2008 los cabos Selvin Omar Martínez, Julio César Suazo, José Emerito Reconco y Gumercindo Sánchez murieron abrasados por un voraz incendio forestal en el cerro de Upare.

Junto a ellos perecieron cinco empleados del SANAA: Máximo Zerón, Euloio Escoto, Evelio Reconco, Enrique Escoto y Julián Santos Amador.

“A parte de ser héroes, estas nueve personas son santos porque ofrendaron su vida por cuidar el medio ambiente”, manifestó Jiménez, quien aprovechó la ocasión para hacer un llamado a los niños y jóvenes a seguir el ejemplo de los Héroes de Upare y preocuparse por el cuidado de las fuentes de agua.
No hay resignación

A cuatro años de esta tragedia, el dolor sigue latente y la ausencia se hace cada vez más grande.

Aunque pasa el tiempo, los familiares echan de menos a sus seres queridos que partieron en cumplimiento del deber por evitar que el patrimonio forestal del Distrito Central quedara reducido a cenizas.

Cada vez que recuerda aquel trágico día, la tristeza y la desesperación doblegan a Felina Zerón.

A su mente regresa el recuerdo imborrable de su padre Máximo Zerón, una de las nueve víctimas mortales del 9 de marzo de 2008.

Ella y sus hermanas Silvia Sabina y Sara Vicenta quedaron desamparadas sin la protección paterna.

“Nuestro padre era un hombre luchador, nos cuidaba y protegía, era muy entregado a su trabajo y el deber por cuidar el bosque de esta zona lo llevó a la muerte”, recordó entre lágrimas.

La jovencita agregó que desde que su padre no está las cosas no han sido fáciles para ella y sus hermanas.
Señaló que lo que más dolor le causa es que su progenitor no tuvo la oportunidad de conocer a su nieta Miriam Audelina Escoto, de apenas un año de edad.

Aseguró que el SANAA les ha brindado ayuda y que gracias a un compromiso de apoyo logró un empleo en los viveros ubicados en el sector de Los Laureles.

Igual situación vive Santos Yolanda Martínez, quien debido a la muerte de su esposo Eligio Escoto ha visto cambiar su vida considerablemente.

Prácticamente sola ha tenido que luchar por sacar adelante a sus hijos Roque Reynaldo y Santos David Escoto Martínez.

“Yo no voy a negar que se nos han dado ayuda, se han hecho varias mejoras en la comunidad, como la instalación de la luz, tenemos escuela, hay agua potable, pero hace falta el compañero de hogar, a mis hijos les hace falta su papá”, aseveró Santos mientras trataba de evitar que el llanto asomara por sus ojos.
Protección del bosque

En aras de evitar que este acto de heroísmo, de amor a la patria y sus recursos naturales pase desapercibido, el Calendario Cívico Ambiental dedica cada 9 de marzo a la memoria de los mártires del bosque. Así quedó establecido por el Congreso Nacional mediante decreto 116-2009.

Asimismo, el compromiso quedó pactado en las entidades de protección de recursos.

Mario Murillo, jefe del Departamento de Cuencas Hidrográficas del (SANAA), manifestó que existe el compromiso de proteger las cuencas que abastecen de agua para darle vida a las comunidades y a la ciudad capital.

“Nos encargamos de proteger este pulmón natural que nos brinda oxígeno. Hay un compromiso de que esto se cumpla”, manifestó Murillo.

Mientras tanto las Fuerzas Armadas, en tributo a los cuatro jóvenes soldados que donaron sus vidas en favor del recurso forestal, empeñan sus esfuerzos en la protección de los bosques. La Fuerza Conjunta Upare es la responsable de mantener el cuidado de las áreas forestales en el departamento de Francisco Morazán.

El general José Enrique Hernández, director de Operaciones y Adiestramiento del Estado Mayor Conjunto, expresó que a lo largo de cuatro años han asumido el reto de mantener viva la memoria de estos héroes.

“Capacitamos a nuestro personal para que se involucre en la protección de las zonas que el mismo ICF ha destinado como protegidas”, afirmó Hernández.

Proteger el bosque es imperante, ya que el departamento de Francisco Morazán reporta el 50 por ciento de los incendios a nivel nacional.

Pese a los esfuerzos de las entidades encargadas de proteger el bosque, la cifra no ha variado en los últimos seis años, ya que se han sofocado más de 5,000 siniestros en los bosques nacionales.

En el caso puntual de la capital, según el Cuerpo de Bomberos, el año anterior se registraron 248 incendios forestales. La tendencia de este año, en el que ya se registran 32, es preocupante.