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Botero, alma y corazón

Una colección de 123 obras del pintor y escultor, donadas al Banco de la República, se exhiben al público de forma gratuita en su museo en Bogotá

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28.10.2017

Bogotá, Colombia
Los gordos de Fernando Botero cobran vida en Bogotá. Desde la enorme escultura en bronce “Hombre a caballo”, que da la bienvenida a la entrada del Cementerio Central, hasta el Museo Botero del Banco de la República, que custodia 123 piezas del pintor y escultor, la capital colombiana transpira por los poros el talento de su artista más insigne.

El contenido
Localizada en el centro histórico de Bogotá, la vieja casona de corte colonial que antes era la Hemeroteca Luis López de Mesa, custodia además de las obras donadas por el autor en el año 2000, un total de 85 cuadros y esculturas de algunos de los más representativos creadores de la historia del arte de fines del siglo XIX y la primera mitad del XX, entre ellos: Picasso, Renoir, Dalí, Matisse, Monet, Degas, Chagall, Giacometti y Bonnard.

La entrada al museo, que está abierto toda la semana, excepto los martes, es gratuita y recibe a diario decenas de visitantes locales, del interior del país y turistas internacionales.

La colección incluye numerosos óleos, acuarelas, dibujos, pasteles, sanguinas y esculturas realizadas por Botero, especialmente durante los últimos veinte años.

Cada obra de Botero que el visitante descubre durante el recorrido por las diversas salas es atrayente. Sin embargo, entre las piezas más destacadas está una versión de la “Monalisa” de Leonardo da Vinci y una parte de la primera serie sobre la violencia en Colombia (“Pablo Escobar”, “Tirofijo”, “Carrobomba” y “La masacre de Mejor Esquina”), entre otras.

Y en el segundo piso hay una sala dedicada a esculturas de pequeño y mediano formato en bronce y mármol, entre las que destacan esculturas como “Adán y Eva”, “Maternidad”, “Mujer sentada con fruta” y “Mujer reclinada”.

Las colección está valorada en 200 millones de dólares y en un inicio iba a ser donada al Museo de Antioquia con sede en Medellín.

En apariencia ingenua pero increíblemente artística, la obra del colombiano Fernando Botero es reconocida internacionalmente. En la pintura del artista autodidacta, hay influencias florentinas y una fuerte presencia de la pintura colonial y popular de la Colombia del siglo XIX, además del muralismo.

El pintor y escultor nació en Medellín en 1932, en el seno del matrimonio conformado por David Botero Mejía y Flora Angulo.

El resto de las salas
La visita a las salas no solo es un recorrido por la obra más emblemática de Botero. Además de las esculturas y los cuadros del artista, hay un espacio dedicado a artistas europeos de fines del siglo XIX e inicios del siglo XX. Ahí, en medio de una oleada de viento preimpresionista e impresionista, está “Gitana con pandereta” de Jean-Baptiste-Camille Corot, la obra más antigua de la colección, también hay dos óleos de Pierre Auguste Renoir y una escultura de Edgar Degas.

Si de impresionismo se trata, el recorrido por esa sala lo lleva a un desnudo de Pierre Bonnard adquirido por Botero luego de una negociación con el célebre coleccionista de arte Ernst Beyeler.

El paseo por el museo, en el que los visitantes se toman selfies con las pinturas de fondo o algunos aprendices de dibujantes intentan plasmar en papel, continúa en una sala encabezada por una escultura de Salvador Dalí, que data de 1933 y que tiene una versión en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

En el resto del espacio de piso de madera hay óleos de gran formato de artistas que navegan entre el surrealismo, el expresionismo, la nueva objetividad alemana y el cubismo. Ahí, el amante del arte descubre dos óleos tardíos de Picasso, un óleo de Joan Miró (1953) y un óleo de Giacometti.

El recorrido lleva al visitante a la sala dedicada a dibujos del siglo XX y casi al cierre, está la colección internacional en el segundo piso dedicado a las vanguardias americanas de mediados del siglo XX y donde comparten el espacio artistas como Wifredo Lam o Roberto Matta.

Y la siguiente sala es de Francis Bacon, Jean Dubuffet, Joaquín Torres García y Antoni Tàpies. Aunque el museo tenga artistas invitados, cada espacio lo llenan los gordos del artista que en su obra también ha levantado la voz contra la guerra, la discriminación, la violencia, la injusticia y los desposeídos.

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