Honduras

¿Cuándo comenzaron los desfiles en Honduras?

Desfilaban colegios, escuelas primarias, instituciones del Estado, militares, ministro de cultura, ministro de Gobernación, general Carías y todas las autoridades del gobierno porque era de carácter obligatorio

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14.09.2016

Tegucigalpa, Honduras
Cada 15 de septiembre a partir de las 6:00 de la mañana se escucha a lo lejos los siete cañonazos desde el cerro Juana Laínez que da inicio a las festividades de la patria en la capital de Honduras.

Los colegios se alistan para dar sus mejores presentaciones luego de varios meses de prácticas, las palillonas se preparan desde muy temprano con sus exóticos vestidos y las bandas cívicas afinan sus instrumentos para entonar las canciones del momento.

Pero, ¿desde cuándo inician estas actividades en Honduras? Según el historiador hondureño Albany Flores, estas actividades toman su auge a partir de las primeras décadas del siglo XX, en específico en Tegucigalpa.

En esta fecha los gobiernos comienzan a trabajar en la identidad de los hondureños, por lo que crean el Himno Nacional de Honduras, el Teatro Nacional Manuel Bonilla y el Estadio Nacional, precisó.

Foto: El Heraldo

Los desfiles celebraban la lucha de Francisco Morazán por la Independencia.
Según Flores, las fiestas patrias en sentido de festividad -tal y como se realizan ahora- empiezan en el gobierno de Tiburcio Carias Andino (1933-1949).

La primera muestra de querer celebrar cada aniversario de emancipación política se da en el gobierno de Dionisio de Herrera (1825-1827) y el Estado a través de las políticas públicas determina las celebraciones cívicas como una forma de hacer honor a la independencia que había ocurrido en Centroamérica.

Sin embargo, en el siglo XIX estas se vieron interrumpidas por los conflictos sociales y políticos de la época por lo que había que trabajar en otras urgencias como la guerra, definir el territorio y solidificar la economía, considera el también escritor.

Desfiles
Para el año de 1940, el fervor patrio ya se sentía en cada hondureño cuando comenzaban en septiembre, y es en el gobierno del expresidente Carías cuando inician las fiestas cívicas como tal e inician a llenarse de un nuevo color.

El punto de partida para las celebraciones era en la Calle Real de Comayagüela, donde los pocos colegios que había en la capital y la población se reunían para caminar hacia la Plaza Central Francisco Morazán de Tegucigalpa, donde se le rendía honor al héroe de Centroamérica.

Seguidamente se movían a la Catedral Metropolitana para agradecer a Dios. El desfile continuaba y pasaba por la antigua Casa Presidencial, ubicada en el centro de la capital de Honduras.

Ahí el mandatario saludaba a la comitiva y generalmente había un discurso presidencial que en ningún año fue pronunciado por el presidente Carias, indicó el historiador, ya que se presume que no era un hombre carismático.

El escenario principal por muchos años de los desfiles fue la Calle Real de Comayagüela. Foto: Archivo de Elpulso.hn
Sin embargo, junto a él estaban las personas que se encargaban de dirigirse al público, entre ellos Marcos Carías Reyes, reconocido escritor y quien fue secretario de la Presidencia y el poeta Eliseo Pérez Cadalso, quien era el que casi siempre elaboraba el discurso.

Para ese momento eran muy pocas las instituciones educativas que desfilaban en el país, entre ellos estaban el Instituto Central de Varones, Salesiano San Miguel, Sagrado Corazón, Instituto Álvaro Contreras, Escuela de Artes y Oficios y Correccional de Menores.

A partir de este momento los colegios ya presentaban bordados coloridos en sus uniformes, usaban el quepí, las botas, es decir, elementos más decorativos, en

trajes más carnavalescos como los que se usan en estos tiempos.

Palillonas
En 1946, la directora del Instituto Sagrado Corazón, Estela Pineda de Ugarte, introdujo por primera vez a las palillonas en las festividades patrias.

Las bastoneras siempre eran elegidas por su belleza y el vestuario era moderado, pues utilizar prendas hasta la rodilla era provocativo y desafiante para la sociedad para el concepto de pudor que se tenía en ese tiempo.

Su aparición hizo que se convirtieran en el atractivo principal de la celebración cívica.

Es en la década de los cincuenta donde los desfiles adquirieron otros elementos y hubo mayor libertad para las jóvenes.

Desde entonces tomaron relevancia por su belleza, movimientos y sus coloridos trajes.

Foto: El Heraldo

Las palillonas siempre se han destacado por su belleza.
Por su parte, en ese mismo año la renovación de las bandas cívicas o de guerra, como se conocen en la actualidad, fueron las de los institutos Central Vicente Cáceres y el Salesiano San Miguel.

El historiador relató que en aquellas décadas los miembros del ejército eran los encargados de entrenar a las bandas, por lo que adquieren el término de bandas marciales.

El entrenamiento que recibían se llamaba calistenia, que en jerga militar se conoce como calentamiento.

Foto: El Heraldo

Militares mostrando las armas modernas en desfiles del 15 de septiembre.
Estadio
En 1948 se inauguró el Estadio Nacional Tiburcio Carias Andino con motivo de las celebraciones patrias, de manera que fue en este año que el monumento comenzó a figurar en las festividades.

El historiador consideró que la construcción del recinto deporivo no solo reinventó los desfiles, sino que también fue parte de la demostración de Carias del poder de su gobierno sobre la nación.

No cabe duda que de aquel a la actual época entonces quedan pocos elementos que rescatar, entre ellos, el objetivo principal: Celebrar la independencia de Honduras.

¡Feliz 195 aniversario de independencia!

Foto: El Heraldo

Juan Manuel Gálvez cuando era candidato a la presidencia rodeado de sus seguidores. Foto:diario La Época