Opinión

Ni FUUD ni FRU ni FUR

Hubo un tiempo en la UNAH en el que se justificaba en todos los sentidos la lucha ideológica de los frentes estudiantiles. Quienes fueron estudiantes en los ochentas no dejan de recordar aquellos años en que, la militancia era un asunto de importancia social e incluso reflejaba una actitud cívica.

Pero ya desde aquellos años, los frentes estudiantiles (para dejar claro, el FUUD, FRU y FUR) fueron perdiendo sentido de ser, no porque desaparecieran las luchas ideológicas –de hecho han revivido con cierta fuerza– o no se necesiten agrupaciones de lucha por los estudiantes, sino porque se convirtieron en clientes de los partidos políticos tradicionales.

En muchos sentidos, los frentes vendieron sus principios a la conveniencia del partidismo tradicional hondureño; es decir, le dieron un giro total a la militancia estudiantil, al menos en la “izquierda”. Sobre la derecha en la UNAH era ya conocida la relación histórica con el Partido Nacional

Becas, dinero para propaganda, viajes y otras prebendas más han sido el pago a la prostitución de los frentes cuyo objetivo debería ser luchar por el bien de los estudiantes universitarios.

Atrás quedaron las luchas por la reivindicación de los derechos estudiantiles, las exigencias por resolver los problemas de país, la búsqueda de un estado de bienestar social en el estudiantado de la UNAH. De hecho, e irónicamente, son las autoridades universitarias quienes han promovido ciertas iniciativas que otrora eran exclusivas de los frentes; este año y el anterior por ejemplo, la lucha por la exclusividad del Estado para administrar y controlar las políticas de la educación superior del país a través de la UNAH, fue organizada por las autoridades mismas.

En un discurso rayano en la hipocresía, los frentes “izquierdistas” –sí, la izquierda de la UNAH al igual que en el resto del país está dividida– viven criticando todo lo que las autoridades universitarias promueven, pero sí apoyan los conciertos, mitines y marchas por la defensa de la UNAH para dirigir la educación superior, que el alma máter emprende.

Es sencillo imaginar por qué lo hacen: salen en las noticias, pueden ondear sus banderas en las calles y sus miembros –en su mayoría jóvenes que no saben siquiera un 1% de ideología política– corean sincronizadas consignas, etc. Pura propaganda gastada y poco coherente.

Es un grave problema que se suspendan las elecciones en la UNAH por vergonzosas luchas de poder, y lo que es peor aún, se está dando un pésimo ejemplo. Por un lado le están enseñando a la juventud que los frentes son grupos innecesarios, lo cual es un error, dado que el estudiantado debe estar representado en los espacios de toma de decisiones.

Por otra parte, la violencia, las prácticas amañadas –como las trabas e intimidación a los movimientos independientes para que participen en notoria desventaja–, está dando una pésima cátedra de antivalores.

En realidad, a la mayoría del estudiantado le importa poco la política, dado que, o no saben nada al respecto –estadísticas dicen que los reglamentos universitarios son prácticamente desconocidos por la mayoría de los alumnos–, o bien están enfocados solamente en terminar sus carreras, una señal del poco compromiso social y político de los jóvenes en la actualidad.

Quizá necesitan ser estimulados por nuevas ideas, nuevos frentes, que sí funcionen y luchen en verdad por el bien de todos. ¿Es tan difícil de entender?