Opinión

Mediocridad y cretinismo

Se define mediocridad como calidad baja, falta de valor o interés, falta de inteligencia o capacidad para realizar algo.
“Los espíritus mediocres suelen condenar lo que está fuera de su alcance… en esta vida algunos hombres nacen mediocres, otros logran mediocridad y a otros la mediocridad les cae encima.

Su causa es la ignorancia, desconocimiento e insensatez. Desconocemos algunas o muchas áreas, lo demostramos con nuestros actos. Se identifica en aquel que no se siente ignorante, o está orgulloso de serlo”.

Con esas luces nadie se pierde, a excepción de los mediocres, que como los pendejos abundan y provocan un cerco al grado de no dejar salida.

Unos menos que otros, pero los más tienen el poder, guste o no.

“La mediocridad, posiblemente, consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta” y es lo que sucede con la “clase política y social” que no sale del círculo improductivo, corruptor, totalmente ineficaz por retardatario y calculador para estar al servicio del capataz, no perder y mantenerse en la mediocridad que la sustenta.

No hay ningún sentimiento de patria. Iguales señalamientos para una empresa privada de verdadera fuerza emprendedora y competitiva, manteniendo dolosa vocación de esclava de sus propias actitudes y acciones. Hay que sopesar la diferencia con otros países.

Siempre en desventaja viendo lo que hacen los vecinos y responsabilizando a otros de no saber y poder hacer las cosas bien. Por mediocres.

La mediocridad sienta sus reales en el que vive el hoy sin mañana y de fiado.

Muchos funcionarios públicos son mediocres por falta de interés y disminuida capacidad. Pensar es un exceso que no va con ellos, porque tampoco se les exige calidad ni cantidad. Hacen poco y malo. Y es tanta la mediocridad que jefes y subalternos se enorgullecen del deber incumplido que es además premiado por quien nombra, que también tiene negado el don de la inteligencia hasta para escogerlos.

El jefe exitoso al rodearse de buenos consejeros evita la responsabilidad de ser señalado como irresponsable e improvisador. Mediocridad pura.

Los políticos exhiben orfandad intelectual que daña si tienen poder. Carentes de ideas propias, repiten el mismo tema de la inmediatez incumplida a los pueblos proclives a la demagogia y sin criterio de cómo debe ser un gobierno.

“La mediocridad pervive como enfermedad incurable. La única explicación parece centrarse en que tuvieron una caída populista que sembró la decadencia como una peste insuperable”.
Los discursos políticos son ejemplo de ese comportamiento nocivo y hasta cierto grado patológico.

Sin cultura o elemental educación no hay visión. “Soy socialista y terrateniente”. Incongruencia garrafal. Mediocridad y falta de talento: cretinismo. Cínico es el que sin ideología la fomenta para obtener provecho. “No encuentro al ministro de la vivienda, si lo ven díganle que venga”.

Solo el mediocre está siempre en su mejor momento. “Ahora me toca a mí, consultaré con él así como él me consultaba cuando fue presidente”. Eso explica todo el desastre. “Somos como Clinton y Hilary”. Insulsez y estupidez. “De la calle al poder porque esta democracia nos dio pobreza”. Carajos.

La miseria intelectual y política nos amenaza con mayor mediocridad y cretinismo.

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