Opinión

Made in China

Le puedo asegurar que por lo menos el 40% de los artículos, productos y adminículos que tiene en su casa son fabricados en China. Busque las etiquetas y marcas de fabricación en estos productos y se dará cuenta de que lo que sostengo en este artículo es cierto. Honduras no tiene, hasta ahora, relaciones comerciales formales con la República Popular China. Sin embargo, los productos chinos de mala calidad literalmente inundan los distintos mercados hondureños. ¿Cómo sucede esto? Sabrá Dios…

En las investigaciones de Artículo 19 Honduras hemos encontrado algunos datos interesantes que pienso es necesario revelar para que el consumidor y la consumidora estén mejor apercibidos cuando lean la etiqueta “Made in China”. Trataré de resumir:

1. PRODUCTOS: En la República Popular China se han de fabricar buenos productos en todas las áreas comerciales. Lo malo es que lo que nos llega a Honduras no siempre cumple con los estándares de calidad, etiquetado, seguridad, derechos de autor e incluso precios. Los comerciantes en Honduras compran productos chinos baratos y de baja calidad y los venden al comprador hondureño a precios sumamente alejados del costo real, sacrificando como siempre al consumidor final.

2. PROPIEDAD INTELECTUAL. China se ha vuelto notoria por violar derechos de autor en todo el mundo: desde equipo médico, software para computadoras, ropa de marca, equipo electrónico y repuestos de vehículos hasta juguetes de marcas reconocidas. Miles de productos han sido “clonados” y vendidos por los chinos en nuestros insulsos mercados latinoamericanos. Los comerciantes hondureños saben esto pero igual les da estafar al público vendiendo imitaciones.

3. HIPOCRESÍA COMERCIAL: Compré un recuerdo en Miami y cuando llegué a Honduras me enteré de la realidad: “Made in China”. ¿Cómo es eso? ¿No es que los chinos por ser un régimen comunista son antagonistas del gobierno estadounidense? ¿Cómo es que los obreros chinos les fabrican los “recuerditos” a sus antagonistas? ¿Cómo es que ahora se aboga por libertad de hacer negocios formales desde el estado hondureño con los chinos y nadie hace preguntas o cuestionamientos políticos al respecto? ¿Quién supervisa la calidad, inocuidad y la rastreabilidad de lo traído desde aquél régimen? ¿Por qué hay tanto producto chino de mala calidad en Honduras? Si nuestras prácticas comerciales van a apoyar o fortalecer algún régimen político y socialmente cuestionable, entonces no hagamos negocios con ellos y punto.

4. ÉTICA COMERCIAL: Bien sabido es que un gran porcentaje de las manufactureras chinas tienen prácticas laborales muy cuestionadas internacionalmente y que estas nocivas prácticas son defendidas con uñas y dientes por las asociaciones de maquiladores. La vida y fuerzas de miles de obreros y obreras se queda en esas fábricas y aun así se habla de “incentivar la inversión extranjera” para desincentivar los derechos laborales locales. Un buen ejemplo de ética comercial son las compañías meloneras hondureñas que terminaron con la práctica de contratar mano de obra infantil porque esta práctica les imposibilitaba exportar a ciertos mercados más conscientes y más cultos. Esto demuestra que el impacto social, económico y hasta ambiental de nuestras prácticas comerciales y de consumo abarcan mucho más que el simple acto de la compraventa.

5. ¿QUÉ HACER AL RESPECTO? Debemos exigir productos de buena calidad a precios justos, una mayor variedad para ampliar el espectro de elección y conocer el contexto social, ambiental y aún político en que los productos o servicios son elaborados y ofrecidos al consumidor. Combatir el contrabando descarado en las aduanas también puede ayudar y hacer un simple ejercicio de vez en cuando nos vendría bien: voltear el producto antes de comprarlo y ver por debajo si dice “Made in China”, esto para poder decidir si sacrificamos calidad por precio o nos volvemos compradores y compradoras más inteligentes.

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