Editorial

Jorge Bueso Arias

Honduras despidió ayer a uno de sus hijos más connotados, un hombre que amó entrañablemente a su patria, patria por la cual, desde las diferentes posiciones públicas y privadas que ocupó a lo largo de su vida, trabajó sin descanso en busca del bien común.

Jorge Bueso Arias fue un banquero, un empresario visionario; un político, un hombre que creyó en el ser humano, en los hondureños de a pie. Un empresario que le apostó al pequeño y al mediano productor, al comerciante, a la pequeña y mediana empresa y que sin dudarlo puso en práctica el eslogan del banco que gerenció por años: “Apoyando al pequeño de hoy, se hace el grande del mañana”.

Quizás una de las facetas menos conocidas fue su amor por Centroamérica, lo que le llevó a impulsar la integración regional, a trabajar por la creación y el fortalecimiento de instituciones como el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y a luchar porque la sede del organismo regional fuera Tegucigalpa. Don Jorge ha partido, sin embargo, nos ha dejado un ejemplo de trabajo honesto, de amor por la patria, de respeto por las instituciones democráticas y la democracia, y de lucha por la justicia.

Su legado de amor a la patria, de integridad, trabajo y sacrificio no debe ser olvidado, sino más bien recogido por todos aquellos que aspiramos a forjar una sociedad más inclusiva en la que flameen las banderas de la honradez y el trabajo, dejando de lado la corrupción y los sobornos; una sociedad más equitativa, más justa, en la que todos y todas las hondureñas puedan desarrollarse y forjar vidas dignas.

En estos momentos de agitación política Honduras, requiere de muchos Jorge Bueso Arias que con sus principios marquen el camino al desarrollo de su amada patria.