Esta 'novela', como dicen los guardaespaldas de Hernández, no se desarrolló en las bóvedas de la Corte Suprema de Justicia en Tegucigalpa, sino en la Corte del Distrito Sur de Nueva York, que sin ambages acusa al gobernante de Honduras de recibir sobornos del narcotráfico, donde fiscales aseguran que, hasta el criminal más buscado del mundo, el 'Chapo' Guzmán, encontró y sobornó al presidente con dinero a cambio de protección.
La Fiscalía de Nueva York destapó la alcantarilla de la podredumbre política, en una semana de largas y dramáticas escenas y pataleos con tuits urgentes, conferencias de prensa y anuncios televisivos de lucha contra el crimen, vendiendo la 'inocencia', como si fuera un producto de jabón, aunque en verdad, hay razón en ello por eso del lavado de activos.
El investigador Jason Richman realizó las imputaciones durante el primer día del juicio contra «Tony», acusado de negociar con narcos de siete países para traficar toneladas de cocaína a Estados Unidos. —El acusado era protegido por el actual presidente que ha recibido millones de dólares en coimas de narcotraficantes, —dijo el fiscal federal Richman al jurado en el momento de arrancar el proceso, mismo que durará de diez a doce días hábiles, es decir, dos semanas de vergüenza en los escenarios del mundo, donde cada hora se publica el desenlace de una maraña de historias escalofriantes que inició con el primer capítulo de 'Tony' Hernández, quien está preso desde hace más de dos años en Estados Unidos —arrestado el 23 de noviembre de 2018 en el aeropuerto de Miami (InSight Crime, 2020, párr. 14)—, porque con orgullo y militancia política, pertenecía a 'una organización' asistida por el mismísimo Estado que distribuyó cocaína durante años, la cual era protegida por una red de funcionarios corruptos, entre ellos: alcaldes, diputados, militares y policías, quienes en una macabra piñata se repartían el dinero de la droga para financiar campañas de varios candidatos del Partido Nacional y Liberal, incluidas las del expresidente Manuel Zelaya, Porfirio Lobo y las de Hernández, electo en 2013 y reelecto en un dilatado escrutinio, marcado por acusaciones de fraude, en los comicios del 2017.
Sin embargo, no se han presentado cargos en contra de ningún mandatario, aunque la Fiscalía ha dicho que probará que todos los políticos fueron coconspiradores de cargamento blanco, con personajes de conciencia negra, que pulverizó el Estado de una nación pulcra e inocente, hundida en una pobreza monstruosa, con familias enteras que sobreviven con un dólar diario, mientras los que gobiernan inundaron toneladas de droga, donde un kilo de cocaína rinde 8000 dosis individuales y se vende a 30.000 dólares. De forma confabulada, esta gente producía cientos de kilos al mes, transportándose libremente por el país hacia el norte.
La crónica de esta 'novela' presidencial se ha negado en un melodrama gastado y ensayado en todo momento, donde casi rezando se niega cualquier implicación, en su descorazonado Twitter, con una serie de mensajes en los que, además, lanzó una cruda advertencia a Washington, pues Hernández aseguró que mantendrá la 'alianza internacional en una lucha antinarcotráfico' hasta el final de su mandato, pero advirtió que si los narcotraficantes, 'con la llave mágica de mentiras ganan beneficios de EE. UU. por falsos testimonios, la alianza internacional colapsaría con Honduras y luego con varios países'.
En fin, esta es una turbulenta desesperación para un presidente que ha sido un estrecho aliado de Estados Unidos desde el 2014. Luego, ya sabemos que sus compinches son tan pocos, tan anquilosados y tan adictos a la mentira.