El triunfalismo de los Libre y Nasrallas como el de los nacionalistas, desalienta. A ellos mismos. La euforia pasa, la realidad se impondrá. El único candidato con capacidad para gobernar con éxito nuestro país, Yani Rosenthal, no tiene posibilidad de ganar. Los votos duros que le demos serán insuficientes. Solo queda actuar con dignidad. Sí, ya sabemos que una campana electoral acertada hace ganar, pero es que nadie está haciendo campañas electorales estratégicas. La decisión estará polarizada. Así es el agobio que enfrentamos. Mix de preocupaciones: Bien sabido lo carismático y trabajador que es Nasry Asfura, pero al margen de todas sus buenas intenciones, las circunstancias y su entorno lo atraparían. La corrupción institucionalizada de un sector de su partido no se lo permitiría. Claro que querríamos ver a una mujer en el solio presidencial! Claro que sabemos de los atributos de Xiomara Castro. Conocemos la grandeza que le corre por las venas, la misma de Olga Doris Sarmiento y de Mambita. Pero es que no gobernaría sola. Al final el mismo caos del gobierno de Mel se impondría. Y también las circunstancias y su entorno la atraparían. Terminaría colocando personas bien intencionadas pero sin capacidad gerencial en la mayoría de los puestos. Y otra vez el desastre. El sectarismo excluiría toda posibilidad de alcanzar el gobierno de integración que necesita nuestro país. Aunque diga lo contrario Pedro Barquero. Eso no va a pasar. Prevalecería el odio que sembró Mel, no por convicción, le sabemos buen fondo, sino por conveniencia. Una irresponsable que oscurece el futuro. Ve. Manuel Matheu va a ser buen diputado, no debe pelearse con Barquero. Este es otro gran talento que genera esperanza. Trabajen unidos. Comparten similar propósito, el que compartimos muchos. El Congreso es vital para la vida nacional. Y que no se engañe, si Barquero fuera candidato a diputado, obtendría tantos o más votos que él. Una extendida masa crítica le daríamos el voto a uno como a otro.