“Hagamos de todo, menos lo que debemos hacer”. Este podría ser un buen eslogan para definir como han sido los últimos gobiernos de Honduras, aquí se han efectuado obras que han quedado inconclusas, otras que ni siquiera se han comenzado y han sido pagadas con todo y la sobrevaloración, no se han abastecido permanentemente los hospitales, mientras tanto, los lujos para los altos funcionarios no han hecho falta.
En vez de promover la unidad familiar y nacional, se fomenta una división entre los propios hondureños, como si fuésemos enemigos entre nosotros. Entendemos que este discurso forma parte de una estrategia política barata que busca inventar adversarios para posicionarse como la solución a los problemas.
Pero lo que realmente necesita el pueblo hondureño es que los gobernantes cumplan con su deber: encontrar soluciones concretas.Lamentablemente, los únicos problemas que los políticos suelen resolver son los propios y los de su círculo cercano.
Basta con ver el caso de algunos “compas” de confianza en Copán: personas que, gracias a su paso por la administración pública, mejoraron sustancialmente su nivel de vida, olvidando las causas que antes defendían. Ese es el verdadero problema de esta clase política: usar las mieles del poder para satisfacer intereses personales, en nombre de un pueblo que, desesperado, sigue esperando los cambios que por décadas se han prometido.
Es llamativo tener un gobierno que, aun en el poder, mantiene un discurso de oposición, buscando culpables y justificando que necesita cuatro años más para culminar su proyecto de “refundación”.
Hacen de todo, menos lo que deben hacer. La tarea no es fácil, pero identificar nuestros problemas si: salud, educación, seguridad, empleo y corrupción. No obstante, los gobiernos en el camino terminan enriqueciendo a sus funcionarios y empobreciendo al pueblo hondureño.
Lo que en estas líneas describo, puede verse tosco, fuerte, y quizá exaltado, pero únicamente describe la radiografía de una nación altamente corrupta y empobrecida por quienes la han gobernado, es urgente que elijamos políticos que tengan clara la tarea para rescatar a Honduras, que tengan las manos limpias y sobre todo la capacidad de salvarnos.