Marc Lawrence fue experto en la Biblia y una de sus preguntas constantes fue por Lucifer previo a ser ángel caído, según la mitología judaica... Y halló que no existió, nunca fue ángel sino invento de san Jerónimo cuando tradujo del hebreo al latín vía el griego, tales las complejidades de las lenguas de textos “sagrados” en dichas épocas.
En la Biblia el nombre Lucifer se refiere al rey de Babilonia, Nabucodonosor II: “12 ¡Cómo caíste del cielo, Lucero, hijo de la mañana! 13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; 14 sobre las alturas de las nubes subiré y seré semejante al Altísimo (...) 16 y te contemplarán, diciendo: ¿Es este aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos; 17 que puso al mundo como desierto, que asoló ciudades, que a sus presos nunca abrió la cárcel? 18 Todos los reyes de las naciones, todos ellos yacen con honra cada uno en su morada; 19 pero tú echado eres de tu sepulcro como vástago abominable (...) 20 porque destruiste tu tierra, mataste a tu pueblo” (Isaías 14:4).
Se le confunde con Satanás, pero este no es nombre sino título, palabra antigua que significa adversario o que resiste (Job 1 y 2). Eusebio Hierónimo (Dalmacia, ca. 340 - Belén, septiembre 420), conocido como san Jerónimo, trasladó la Biblia del griego y por eso en su honor se celebra, a fin de septiembre, el Día Internacional de la Traducción.
Nabucodonosor, por su parte (630-562 a. C.), es el gobernante más conocido de la dinastía caldea. Conquistó Judá y destruyó el templo de Jerusalén, si bien es admirada su actividad constructora monumental, ejemplo los jardines colgantes de Babilonia. De allí que toda mención suya antigua tenga mala imagen. Por lo opuesto, en el actual Irak es líder histórico. Una ópera de Giuseppe Verdi se titula Nabucco.
Lucifer es Venus lucero (“Su cola arrastraba la tercia parte de estrellas del cielo y las lanzó sobre la tierra. Apoc. 12) pero los judíos lo imaginan un bello e inteligente ángel caído, excepto que tal historia contradice la esencia filosófica de un dios supremo pues su grandeza no puede tener rivales o enemigos, peor que lo amenacen. En Grecia las estrellas representaban a los ángeles y de allí que Venus (Lucifer) suba de mañana y baje al crepúsculo.
Esta anécdota fue elaborada por la mente humana y sus reducciones, no por la Revelación (“su manto era de rubí, topacio, diamante, crisólito, piedra de ónice, jaspe, zafiro, malaquita, esmeralda; en oro labrados los aretes y pinjantes que llevaba”). La Biblia de Jerusalén traduce “Lucero, hijo de la aurora”, mientras que la versión Reina-Valera traduce “oh lucero, hijo de la mañana”. Adicional a que dios aparece allí como rey cercado por enemigos, gran absurdo, a lo que se agrega que si los ángeles carecen de libre albedrío, ¿cómo escogieron rebelarse?... Folclore, literatura, imaginación, tradición verbal, poesía y ficción
.En la mitología romana, Lucifer es equivalente al dios griego Fósforo (lucero de amanecer, hermano de Héspero o el vespertino). Pero tú, ingenuo y dulce creyente, ¿por qué desvelas temiendo en el insomnio que ya te tienta y te consigue Lucifer... ¿No podrías ser más lúcido?