Columnistas

Un tema complejo para la escuela

La ideología de género es de esos temas que hay que tomar con pinzas, y elegir las palabras adecuadas para transmitir las ideas con claridad al respecto y a la vez evitar un texto que se preste a malinterpretaciones.

De las disociaciones fundamentales de la ideología de género me referiré a la identidad de género y a la orientación sexual. Pasa que en estos tiempos de hipercomunicación y en los cuales se confunde la opinión con la información, y casi cualquiera es capaz de hacer notar su posición y pronunciar su discurso sobre temas tan polémicos, existe una gran confusión de ideas debido a la poca formación en estos terrenos. Sin contar con toda la manipulación que permite la posverdad a favor del que genera un discurso. Es evidente que cada persona tiene derecho a percibir su sexualidad y la sexualidad en general como guste, siempre y cuando no contenga una contradicción moral (como la pedofilia o la zoofilia), y los demás deben respetar esa decisión, sin embargo, esa decisión particular y privada así como no puede ser invadida por nadie más tampoco puede ser invasora, es decir, que no debe transgredir los derechos y creencias de las personas que no perciben la sexualidad de esa manera. No percibir la sexualidad como una elección o como una mera orientación con relación a la atracción de un determinado sexo, no tiene por qué significar que quien piense así es una persona homofóbica, porque detrás de este elección positiva de como interpretar la sexualidad no tiene que haber odio, solo diferencia de criterios. Y detrás de esa diferencia de criterios, por supuesto, que puede haber paz.

Gran parte del discurso de los defensores y promotores de la ideología de género, así como de sus detractores, está basado en el falso dilema de creer que, si no se está a favor, se está en contra de. Surgen temas como la educación en ideología de género en las escuelas, ¿se debe o no enseñar en las escuelas a percibir la sexualidad de una determinada manera? ¿Dónde queda en un espíritu democrático la parte que no se enseñaría? ¿Si se respeta a las minorías por qué no se ha de respetar a las mayorías? Mi experiencia en educación me dice que en las escuelas no se enseña odio contra las demás orientaciones sexuales. Pienso que debe ser una tema de casa y a su debido momento un tema de cada individuo. A quien se debe preparar es a los padres para que ellos decidan cómo orientar en sus hogares con relación a estos temas. Si se introduce, por ejemplo, en el marco de una clase de Educación Cívica entra en juego el componente moral, lo que ya coloca en una situación complicada al sistema educativo, a la institución, a los profesores, padres de familia y estudiantes. ¿Quién distingue lo bueno y lo malo del tema y bajo qué criterios? Nótese que no estoy hablando de educación sexual. Pienso que la ideología de género debe tratarse en las escuelas así cómo se debe tratar a la religión en las escuelas laicas, desde la más seca neutralidad. Creo que como su nombre lo indica se trata de una ideología, no de una disciplina ni de una ciencia y como tal puede estar contaminada de extremos, de opiniones basadas no en el buen espíritu, sino en la posición ideológica de las personas que estén al frente enseñando. Necesitamos de ambas partes verdadero respeto y verdadera tolerancia.