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Indira Murillo, in memoriam

Tuve el privilegio de ser su compañero de estudio en la Maestría en Demografía en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), era de las personas que en poco tiempo daba a conocer su pasión por la vida y su capacidad de establecer una relación amistosa en cualquier espacio familiar, de trabajo o de estudio. Solidaria ante el dolor ajeno, lo demostró creando la Fundación Amor, institución que por años ayudó a los niños con VIH-sida a convivir con esa enfermedad. Cuando por esas circunstancias de la vida tuve problemas de salud, ella se encargó de organizar al grupo de estudiantes para visitarme, gesto que me dejó impactado, sobre todo por los momentos en que vivimos donde los problemas hay que vivirlos y sufrirlos con estoicismo, a veces sin la solidaridad de los amigos.

Ya en sus postreros días, Diario EL HERALDO le pidió que hiciera un reportaje sobre el tema de los migrantes, concretamente sobre los hondureños que viven en la incertidumbre con respecto al destino del Estatus de Protección Temporal (TPS), con entusiasmo respondió y al hacerlo preguntaba “¿Cómo quedó? ¿Salió bien?”, para luego recomendar que “había que hacer algo por esta gente, no nos podemos quedar callados”. (EL HERALDO, 6 de enero de 2019).

Viviendo en el barrio El Bosque, se dedicó desde la escuela, colegio y universidad a promover el arte, cultura y deporte, actividad esta última que le dio triunfos personales y al país, su condición física le permitió convertirse en una extraordinaria basquetbolista, tanto que por algún tiempo fue considerada la mejor de Centroamérica. Era muy frecuente verla en las redes sociales en fotos familiares y con amistades practicando ese deporte en las instalaciones del viejo parque La Leona, lugar preferido y muy recordado para Indira.

Su vocación por la comunicación la llevaron a estudiar periodismo, carrera que una vez obtenida le permitió trabajar en distintos medios del país, llegando a formar parte del equipo de Telenoticias (TN5), de la corporación Televicentro, lugar en que se desempeñó con buen suceso al lado de periodistas muy experimentados en ese medio de comunicación. Sus éxitos la llevaron a ocupar funciones en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en Washington, capital federal de los Estados Unidos, donde laboró como productora y presentadora de reportajes institucionales.

En Honduras se identificó con todas las causas que defendieran a los sectores más vulnerables de la sociedad, denunciando todos aquellos actos de corrupción y de represión de los gobiernos de turno.

Indira falleció la noche del 4 de enero, su muerte era algo que ella sentía por la gravedad de su enfermedad, cuestión que ella percibía con dolor profundo, pero eso no la hizo retroceder en su esperanza sobre la vida, razón por la cual, como una exhortación para los mortales que todavía quedamos en este valle de lágrimas, nos dejó este mensaje: “Te invito a luchar hasta el último momento… a no tirar la toalla”.

Indira: el ser humano que, en medio del dolor, habla del fin de su vida, es porque ya superó el aguijón de la muerte. ¡Vivirás en el recuerdo de quienes te conocimos y compartimos tu amistad!.