Estoy sorprendida del incremento en los últimos días de los casos de violencia intrafamiliar. Hace un par de semanas leí que una madre quiso matar a su hijo recién nacido con un cuchillo allá en el departamento de Lempira, días después que un hombre borracho mató a machetazos a un niño en La Paz y que una madre atacó con un cuchillo a su hijo de 16 años en el mismo departamento.
Esta semana vuelvo a escuchar las noticias y me encuentro conque un bolo atacó a machetazo limpio a dos mujeres mayores de edad en Santa Bárbara. Me llama mucho la atención que todos estos casos que les relato se han registrado en la zona rural y no quiero ni pensar que está pasando en la zona urbana. También creo que estos son casos que han ido en aumento con el paso del tiempo y que deberían llamar la atención de las autoridades, porque si nos damos cuenta las víctimas siempre son los grupos más débiles de la sociedad, es decir los niños y las mujeres.
Otra cosa es que en todos los casos está de por medio el consumo de alcohol. Los agresores estaban bolos, según las informaciones que dan los noticieros. Lo que pasa es el reflejo de la ausencia de valores en nuestra sociedad. Ya no tenemos respeto por nuestros mayores. Ya ni siquiera enseñan a dar los buenos días y mucho menos a pedir las cosas de por favor. Esas palabras ya no existen en el vocabulario de nuestros jóvenes de hoy.
Yo quiero que ustedes me publiquen este pequeño llamado a la reflexión. La violencia es un problema que nos está alcanzando a todos y solo nosotros podemos pararlo enseñando a nuestros hijos en nuestras casas los principios básicos de la familia: el respeto para con nuestros semejantes y el temor a Dios y que las autoridades hagan algo para controlar la venta de alcohol.