Cartas al editor

La calle de la sonata

Como ya era costumbre en Triunfo de la Cruz, cuando el sol se dejaba vencer por la luna, justo en ese preciso instante aquella tonada meliflua comenzaba a sonar y también a tener un efecto tranquilizador para los habitantes de aquella calle que terminaba en el horizonte cargado de palmeras y con un imponente y estampado mar en el paisaje.

No fue hasta el año 2019 cuando un profesor que apenas tenía siete meses de haber llegado empezó a interesarse por la procedencia de aquel misterioso y hermoso sonido, pues cuando indagó con los ancianos del pueblo desde el 93 o 92, no recordaban con exactitud el año, este sonido anunciaba la puesta del sol y de cierta manera llenaba de armonía a sus habitantes, quizás por eso a nadie le importaba saber de dónde venía ese sonido, incluso el mismo profesor al inicio pasó desapercibido el mismo, no fue sino hasta una tarde que caminaba sin darse cuenta por la calle de la sonata, cuando perdida su mirada en aquel hermoso horizonte vio cómo el sol le daba paso a la luna y llegó a sus oídos una melodía que lo hizo entrar en una especie de trance, y nadie se iba a imaginar que casi 26 años después alguien que no había nacido a la orilla del mar iba a descifrar aquel misterio que a oído de todos no era algo que los mantuviera en el asombro, al parecer en el Triunfo nadie se había interesado por saber el origen de ese suceso, quizás no tenían curiosidad, tal vez les daba lo mismo, pero el profesor estuvo tres meses caminando por las tardes esperando la puesta de sol y queriendo saber por qué el sonido solo inundaba la calle que iba a dar al mar.

Y fue cuando un día después de estar en el mar unos minutos según contaron los niños de la comunidad que en ocasiones seguían al profesor, después de llegar a su casa se emitía el mismo sonido, cuentan que en barrio Independencia, en la Galería el Aura hay una pintura del profesor abrazado con una mujer cuya silueta está pintada solamente hasta la cintura. (Cuento).