El ejército del régimen de Bashar al Asad recuperó el miércoles el control total de la ciudad rebelde de Idleb, en el noroeste de Siria, pero sufrió un revés de su aliado ruso, quien deploró los 'importantes retrasos' en el proceso de reformas prometido.
En momentos en que el conflicto entra en su segundo año, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo que Asad debía renunciar.
'Bashar al Asad va a dejar el poder. La cuestión no es saber si lo va a dejar, sino cuándo. Y para prepararnos para ese día, vamos a seguir apoyando los planes para respaldar las aspiraciones legítimas del pueblo sirio', señaló el mandatario estadounidense.
El primer ministro británico, David Cameron, estimó que si el presidente sirio Bashar al Asad 'continúa' con la represión, enfrentará 'una guerra civil y una revolución', en una rueda de prensa conjunta con el presidente Barack Obama en Washington.
Un año después del inicio de la revuelta violentamente reprimida, el régimen sacó provecho de la falta de armamento de los rebeldes, de la fragmentación de la oposición y sobre todo de las divisiones de la comunidad internacional para reafirmar su autoridad en importantes bastiones rebeldes.
La toma de Idleb, cerca de la frontera turca, ocurrió dos semanas después de recuperar el control, el 1 de marzo, de Baba Amr, barrio rebelde de Homs (centro), tras un mes de bombardeos mortíferos.
'Desde ayer (martes) ya no hay combates, el Ejército Sirio Libre (ESL) se ha retirado y las tropas regulares tomaron toda la ciudad y realizan allanamientos casa por casa', dijo Nuredin al-Abdo, militante local de oposición en esa localidad, quien precisó que el ejército seguía el miércoles con las detenciones.
Ante la reticencia de la comunidad internacional a armar a los rebeldes, los militantes mencionaron de nuevo la falta de equipamiento para explicar el revés. 'El ESL prefirió retirarse. Todo el mundo sabe que es incapaz de enfrentar al ejército', agregó Abdo.
'Las armas llegaban en grandes cantidades a Baba Amr, sobre todo desde el vecino Líbano', mientras que los rebeldes de Idleb disponían 'esencialmente de armas que los desertores habían traído con ellos', precisó el militante.
En la provincia de Idleb, los combates seguían en el distrito de Jabal al Zauia, según la entidad opositora Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), dejando cuatro muertos (dos civiles y dos rebeldes).
El diario privado Al Watan, cercano al poder, confirmó operaciones de envergadura en varias localidades de la región.
En el ámbito político, el régimen anunció el martes la convocatoria de legislativas el 7 de mayo. Estas elecciones, previstas inicialmente en septiembre de 2011, fueron aplazadas debido a las reformas anunciadas por Asad, incluido una nueva Constitución que ponía fin a la primacía del partido Baas en el poder y que fue aprobada en referéndum a finales de febrero.
Estados Unidos consideró 'ridícula' la convocatoria de elecciones 'en plena violencia'.
Incluso Rusia, que hasta ahora apoyó sin fisuras a Damasco y bloqueó dos resoluciones de condena de la ONU, manifestó su frustración.
El régimen del presidente Asad ha 'introducido buenas reformas que renuevan el sistema y abren al pluralismo, pero se está haciendo con un gran retraso', lamentó el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, ante la cámara baja del Parlamento.
'Por desgracia, todos nuestros consejos (...) no han generado efectos, y no siempre se han puesto en práctica en los tiempos deseados, lejos de ello', añadió.
En el plano diplomático Arabia Saudí cerró su embajada en Damasco y retiró de Siria a su personal destacado en ese país, anunció la cancillería saudí este miércoles, según la agencia oficial SPA.
'Dado lo que está ocurriendo en Siria, el reino saudí cerró su embajada en Damasco y retiró a todos los diplomáticos' de ese país, declaró un portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, sin brindar mayores precisiones.
El lunes, el ministro sirio de Información, Adnán Mahmud, había afirmado a la AFP que Arabia Saudí y Catar eran 'cómplices' de 'bandas terroristas' en Siria, por lo cual eran responsables del derramamiento de sangre en el país.
El ministro había atribuido la muerte de 47 mujeres y niños en Homs (centro) a 'bandas terroristas'.
También en el ámbito diplomático, el enviado especial internacional para Siria, Kofi Annan, quien se reunió con el presidente Asad el pasado fin de semana, recibió una respuesta incompleta de las autoridades sirias a unas propuestas que le habían sido sometidas, según dio a entender la ONU en un comunicado.
Annan presionó al presidente Bashar al Asad para que responda con rapidez a las propuestas para poner fin a los enfrentamientos en el país, antes de un nuevo esfuerzo diplomático destinado a aprobar una resolución del Consejo de Seguridad sobre la crisis.
El enviado internacional 'tiene preguntas y busca respuestas', dijo su portavoz, Ahmad Fawzi, en un comunicado.
'Pero teniendo en cuenta la situación grave y trágica en la zona, todo el mundo debe comprender que el tiempo apremia. Como dijo en la región, no puede permitirse que esta crisis se prolongue'.
Por su parte, el Consejo Nacional Sirio (CNS), que reúne a los principales movimientos de la oposición, sufría el abandono de tres de sus personalidades.
Haitham al-Maleh, Kamal al-Labwani y Catherine al-Talli anunciaron en su página en Facebook que dejaban el consejo debido a su 'ineficiencia' y a 'divergencias'.
Amnistía Internacional denunció por su parte una 'tortura sistemática' de los detenidos.
