Ciudad del Vaticano, Roma.- Aunque muchos creyentes asocian el término "papa" con la figura paternal de los religiosos y se ha utilizado como un término de afecto y respeto hacia ellos, en realidad, la palabra tiene un origen. ¿Cuál es su verdadero significado?
La palabra "papa" proviene de un antiguo acrónimo en latín: Petrí Apostoli Potestatem Accipiens, que se traduce como “el que recibe la potestad del Apóstol Pedro”.
San Pedro fue uno de los apóstoles más cercanos a Jesucristo y, según el Evangelio, fue a quien Cristo le confirió el liderazgo sobre su Iglesia. En Mateo 16:18, Jesús le dice a Pedro: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia". Este acto se interpreta como el establecimiento de Pedro como la roca sobre la cual se construiría la Iglesia, lo que da lugar a la sucesión apostólica que llega hasta el papa en la actualidad.
Con el tiempo, este título fue reservado exclusivamente al obispo de Roma, es decir, al líder de la Iglesia católica.
Cuando un cardenal es elegido como sucesor de San Pedro, adquiere automáticamente el título de "papa", convirtiéndose en el jefe supremo de la Iglesia católica y su guía espiritual a nivel mundial.
Elección de su nuevo nombre
Además del título, el nuevo pontífice elige un nuevo nombre, una tradición que simboliza una nueva misión, similar al cambio de nombre que experimentaron figuras bíblicas como Simón (Pedro) o Saulo (Pablo).
Este nuevo nombre suele rendir homenaje a un santo, a un papa anterior o refleja el tipo de liderazgo que desea ejercer.
Por ejemplo, el papa Francisco eligió su nombre en honor a San Francisco de Asís, destacando su deseo de una Iglesia pobre y cercana a los más necesitados.
Así, el nombre pontificio, acompañado del título de papa, no es solo un identificador, sino una declaración simbólica del legado y estilo pastoral que cada nuevo líder desea representar. Tradicionalmente, los papas eligen su nombre al momento de su elección, y este nombre es utilizado oficialmente durante todo su papado.
La costumbre de elegir un nombre papal comenzó con el papa Juan II (533-535), quien fue el primer papa en tomar un nombre distinto al de su nacimiento, para así evitar que se conociera su verdadero nombre, que en su caso era "Mercurio", el cual estaba asociado a la divinidad romana y, por tanto, no era apropiado para un papa cristiano.
