Honduras

Dios le dio una vida nueva a hondureño

Permaneció dos décadas de su vida hundido en las drogas, el alcohol, los juegos de azar y la violencia. Hoy es el líder de un grupo cristiano de 90 jóvenes en el mercado Zonal Belén.

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07.04.2014

Durante más de 20 años, la calle, las bebidas alcohólicas y el falso placer de la droga fueron sus temibles y falsos compañeros.

Arriesgar el soplo de vida al destino imaginario de la alucinación y a la práctica de juegos de azar, lo llevó con el tiempo a desembocar en un callejón frío y oscuro del que pensó que nunca podría escapar.

Líder por naturaleza, inseparable compañero de la violencia y de malas amistades, golpear y sacar un susto a más de algún capitalino fue parte de su quehacer cotidiano en esta etapa oscura de su vida.

Así fue la vida de Juan Carlos Cruz, de 38 años, vecino de la aldea El Lolo, quien se dedica en la actualidad a coordinar la recolección de basura en el mercado Zonal Belén.

Sin embargo, desde hace tres años de este humillante y trágico pasado, a Juan Carlos apenas le quedan los recuerdos y la fiel convicción de que nunca hay que regresar a él.

Necesidad de cambio

La vida de Juan Carlos no habría podido cambiar sin la intervención de una ayuda sobrenatural, los tratamientos en el Proyecto Victoria fueron constantes y los resultados poco fructíferos.

Cruz recordó el pésimo estado en que se encontraba, nadando en el fango del vicio, cuando en medio de sus sueños una voz tierna y apacible endulzaba sus oídos.

“Ya basta hijo, tu vida tiene que cambiar, este domingo entrarás y te quedarás en mi casa”, recordó.

Sumergido en un mar de problemas y un tanto confundido por la experiencia que vivía, el consumo de alucinógenos fue mayor.

Las alucinaciones de las voces y el llamado de un ser sobrenatural y totalmente desconocido en la existencia de Juan aumentaron.

Una mañana de domingo, luego de una intensa noche de consumo de alcohol y droga, sus pasos lo llevaron hacia una cantina del barrio Belén.

Sin embargo, una fuerza extraña impidió que pudiera ingresar en aquel lugar donde antes acudía con frecuencia y sin problemas.

Desde aquella mañana su vida se transformó, la llegada a la iglesia y el poder de Dios cambiaron su vida por completo.

Desde aquel día, la iglesia El Buen Samaritano de la colonia Monseñor Fiallos se convirtió en su lugar de convivencia y refugio preferido.

Transformación

Hace tres años, el portón de salida del mercado Zonal Belén era el sitio preferido de aquellos que encuentran en el pegamento, el “thinner” y la mariguana una salida ficticia a los problemas.

Sin embargo, la conversión de Juan Carlos Cruz trajo una historia y un ambiente diferente al lugar.

Aunque las circunstancias no son las mejores, en este espacio todos los jueves en horas del mediodía se adora y se agradece a Dios por el favor de la vida.

El ejemplo de Cruz fue la punta de lanza para que hoy en día unos 90 jóvenes recolectores de basura que operan en el sector hayan entregado su vida a Jesucristo como su único salvador.

“Antes las personas me tenían miedo, era el más destructor de todos. Hoy mi corazón se humilla y pide perdón. Jesucristo cambió mi vida, tengo a Jesús en mi corazón y mi vida es diferente. En Cristo hay motivos para vivir”, apuntó.

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