Santa Ana, la cárcel convertida en granja, carpintería y pastelería en El Salvador
-
Un cerco de mallas divide la granja penal de Santa Ana de la carretera, como si adentro no hubieran miles de reos que todos los días acuden a esa zona para realizar diferentes trabajos y no hubiera riesgo de fuga. ¿Cómo hizo El Salvador para convertir una cárcel en un centro de producción? Aquí los detalles.
Foto: Alex Pérez/ EL HERALDO 10/05/2023 - 08:141 / 16 -
El cerco que se divisa al fondo es lo que separa a la cárcel de la libertad, donde se escucha el ruido de los vendedores y de los vehículos. De este lado, decenas de reos trabajan cosechando hortalizas.
Foto: Alex Pérez/ EL HERALDO 10/05/2023 - 08:142 / 16 -
Otros trabajan en lagunas para la crianza de tilapias, pues según el gobierno, todos deben trabajar mientras están recluidos.
Foto: Alex Pérez/ EL HERALDO 10/05/2023 - 08:143 / 16 -
EL HERALDO Plus recorrió dos cárceles en El Salvador donde se ha implementado el plan “Cero Ocio”, impulsado por el presidente Nayib Bukele y que busca enseñar oficios a los reclusos de menos peligrosidad para reinsertarlos al mundo.
Foto: Alex Pérez/ EL HERALDO 10/05/2023 - 08:144 / 16 -
Para ser parte del programa debía cumplir un requisito principal: no ser pandillero. Además de poseer un buen comportamiento y tener más de la mitad de la pena cumplida.
Foto: Alex Pérez/ EL HERALDO 10/05/2023 - 08:145 / 16 -
En este lugar también se crían cerdos, gallinas, conejos, patos y todos los animales que una granja posee.
Foto: Alex Pérez/ EL HERALDO 10/05/2023 - 08:146 / 16 -
Y por si fuera poco, se elaboran 1,000 pupitres al día en un centro de carpintería, con el objetivo de distribuirlos en los centros escolares.
Foto: Alex Pérez/ EL HERALDO 10/05/2023 - 08:147 / 16 -
La producción también comprende camas para los hospitales del país.
Foto: Alex Pérez/ EL HERALDO 10/05/2023 - 08:148 / 16 -
Según datos brindados por las autoridades, son 8,000 reos salvadoreños los que han sido escogidos en la cárcel de Santa Ana para participar en el programa.
Foto: Alex Pérez/ EL HERALDO 10/05/2023 - 08:149 / 16 -
“Me siento útil, me quedan cinco años pero ahora solo será la mitad”, dijo a EL HERALDO Martín Nieto, quien tenía una condena de 10 años.
Foto: Alex Pérez/ EL HERALDO 10/05/2023 - 08:1410 / 16 -
Al parecer, al ser reclusos de baja peligrosidad y al estar ocupados en aprender oficios, no piensan en escapar. Al contrario, se sienten agradecidos por la oportunidad de aprender y se sienten útiles en la prisión.
Foto: Alex Pérez/ EL HERALDO 10/05/2023 - 08:1411 / 16 -
También existe una cadena de aprendizaje, pues los privados de libertad más experimentados se vuelven maestros del resto.
Foto: Alex Pérez/ EL HERALDO 10/05/2023 - 08:1412 / 16 -
Por otro lado, las cosechas también sirven para alimentar a la población carcelaria y la comida es elaborada por ellos mismos.
Foto: Alex Pérez/ EL HERALDO 10/05/2023 - 08:1413 / 16 -
La cárcel también cuenta con talleres de arte, para que de ese modo no haya excusa para no aprender un oficio con el que puedan ganarse la vida y ocuparse al salir.
Foto: Alex Pérez/ EL HERALDO 10/05/2023 - 08:1414 / 16 -
Los reos incluso tienen herramientas para realizar los trabajos y los insumos de seguridad que necesitan. A ellos se les permite manipular herramientas, ya que no son peligrosos ni pertenecen a pandillas, llegaron ahí por otros delitos.
Foto: Alex Pérez/ EL HERALDO 10/05/2023 - 08:1415 / 16 -
EL HERALDO conoció que son tres turnos de ocho horas cada uno los que trabajan en la granja penal de Santa Ana, como si se tratara de cualquier empresa o institución afuera del predio.
Foto: Alex Pérez/ EL HERALDO 10/05/2023 - 08:1416 / 16