Para 1992, Koresh ya tenía a cientos de seguidores, por lo que decidió retomar el control de la secta de la había sido expulsado, pero esta vez regresó alentado por el uso de armas y predicando sobre la profecía apocalíptica, mencionó que cumpliendo una misión que Dios le había encomendado, además que aseguró que era el único que podía interpretar correctamente la Biblia.