Tegucigalpa, Honduras.- Andrea Tróchez esperó 11 horas para votar el pasado 9 de marzo de 2025 en las elecciones primarias. No pensó que sería tanto tiempo, pero “el amor por mi partido me motivó”, dijo de forma eufórica, dejando claro que su voto sumaba a los resultados finales.
Llegó a las 9:30 de la mañana a la escuela Roberto Sosa de la colonia Kennedy pensando que saldría rápido, sin embargo, los miembros de las Fuerzas Armadas le dijeron que todavía no recibían el material electoral.
”Decidimos con mi hermano ir a desayunar y regresamos como a las 11:30, pero todavía no habían llegado las maletas electorales”, recordó.
Para no esperar, pues en ese momento ya habían escuchado en la noticias que las maletas andaban circulando por la capital en rapiditos contratados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) decidió regresar a su casa en la colonia Villa Vieja.
Casi a las 5:00 de la tarde, cuando se dio cuenta que en una colonia cercana ya tenían en su poder el material, decidió ir nuevamente a la escuela en la Kennedy. La noticia fue la misma: las papeletas aún no llegaban.
”Tomamos la decisión de quedarnos porque nos decían que ya venían las urnas... Las maletas electorales llegaron hasta las 7:00 de la noche, pero al centro de votación nos metieron hasta las 9:00 de la noche. Había un gentío”, comentó la hondureña, quien comentó que salió casi a las 10:00 de la noche.
Para ese entonces, el proceso electoral era un caos, el CNE aceptó que las maletas electorales no llegaban porque estaban “casi secuestradas” y culpó de no cumplir con el contrato a la empresa de transporte a la que le pagó 64 millones de lempiras.
Las Fuerzas Armadas de Honduras, por su parte, guardaba silencio, sobre todo cuando en videos y fotografía se veían buses que transportaban material electoral estacionados en la calle sin ser custodiados por las Fuerzas Armadas.
”Fue un horror, un desastre total... Fue una odisea horrible, pero al final pudimos votar”, contó Andrea, mientras su voz transmitía satisfacción.
La hondureña, de tez trigueña, cabello lacio y ojos oscuros, dijo a este rotativo que no se desmotivó de dejar de votar por el amor al Partido Libertad y Refundación (Libre), aunque también “hubo mucha gente que se desanimó y no llegó, sobre todo personas de tercera edad”.
Resaltó que muchos de los que estaban en la fila no se habían movido del centro de votación desde las 7:00 de la mañana, es decir, estuvieron 12 horas esperando a que llegaran las urnas.
En otros casos, “la gente que llegó en la mañana se fue y regresó, pero otros no llegaron” nuevamente, lamentó.

Esperar por la democracia
Muchas de las personas que esperaron hasta 15 horas para votar lo hicieron por amor a su partido, otros porque es un deber y derecho de los hondureños elegir a las autoridades que se someterán a las elecciones generales y de resultar ganadores “nos representarán en los próximos 4 años”.
Este fue el caso de Francisco, otro hondureño que esperó 9 horas para ejercer el sufragio en la colonia Villa Nueva y “sacar a este partido del poder”, dijo con tono firme.
A su criterio, Libre no ha hecho lo suficiente para mejorar la crisis de seguridad, salud, educación ni migratorio.
“Necesitamos un cambio”, aseguró, mientras decía que “votando masivamente es la única forma de lograrlo”.
Al igual que Andrea, él fue en más de una ocasión al centro de votación ubicado en la Escuela Jorge Roberto Maradiaga, en el sector #2 de la populosa colonia.
Las maletas electorales en ese centro de votación llegaron después del mediodía, pese a que el CNE había oficializado el inicio de las votaciones a las 7:00 de la mañana.
Ante esta situación, el ente electoral amplió el horario de votación hasta las 9:00 de la noche, aunque en muchos centros, sobre todo en la Kennedy, cerraron las urnas en la madrugada del lunes 10 de marzo.
Francisco, un hombre de aproximadamente 67 años, acudió a la escuela Maradiaga por la mañana, pero lo único que encontró fue el descontento de los votantes por la falta de material.
Dijo que en los procesos electorales que él había participado “nunca se vio cosa como esta, en la que el ente responsable y las Fuerzas Armadas no cumplieran su papel”.
Por eso, aseguró, que “nos corresponde a los hondureños asumir y exigir que se respete la decisión del pueblo”.
Contó que en su casa fue el único que votó, pues su esposa estaba fuera de la ciudad, mientras que sus hijos “probablemente están desanimados o no tienen esperanza en los políticos”.

Es culpa del actual gobierno
El caos que había el 9 de marzo, así como ver urnas botadas y sin custodia de las Fuerzas Armadas no desanimó a los hondureños para acudir a los centros de votación, al contrario, eso los motivó a ejercer el sufragio sin importar la hora.
Eso fue lo que opinó Dixiana Cárcamo, otra hondureña que también fue en tres ocasiones a la escuela Esteban Mendoza de la Kennedy para elegir a las autoridades que representarán a su partido político, el Nacional, de cara a las generales.
“Yo fui la segunda vez y dije que ya no iba a votar por el tiempo, porque lo hacen perder tiempo a uno y yo iba de largo, pero cuando miré las noticias que andaban las urnas perdidas dije yo ‘esta es obra del actual gobierno’, entonces dije yo ‘voy a ir a votar porque tenemos que sacar esa gente’”, afirmó la hondureña.
En su centro de votación las maletas electorales llegaron a las 7:00 de la noche, mientras que ella ejerció el sufragio a las 9:30 de la noche, porque ingresó primero al estar en el grupo de los adultos mayores.
A su criterio, la gente no está conforme con la actual gestión y “con el voto están hablando”.
”No les salió la jugada y más bien lo impulsó a uno a esperarse a votar. Tengo una amiga que vive en La Joya que votó a las 11:00 de la noche, porque allí también no llegaron las urnas, pero ella votó a las 11:00 de la noche y dice que había mucha gente esperando a votar allí”, comentó.
Dijo que se trató de una “experiencia horrible” y que esta es la segunda vez que vota allí. “En las elecciones pasadas (en 2021) voté allí sin ningún problema, pero en estas elecciones fue bastante tiempo el que esperé”, aseguró.
Y es que las elecciones primarias de 2025 se convirtieron en las más tardías para iniciar con las votaciones en el 100% de las mesas electorales, pues, como evidenciaron los hondureños a través de testimonios, videos y fotografías, el material llegó muy tarde, pero ellos esperaron porque votar es su deber y derecho para continuar con la democracia.