Cuando quedaban pocos días para que naciera su segundo hijo, Saint West, Kim Kardshian aseguró en su reality show «Keeping Up with the Kardashian» que se sometería a alguna operación de cirugía estética para recuperar su figura de siempre.
Lo que nadie sabía es que Kardashian entrará en quirófamo no una, sino siete veces.
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Estas sesiones prometen un cambio radical en su imagen, ya que se someterá a una liposucción con láser frío, levantamiento de pecho, eliminación de grasa del trasero y la tripa y se inyectará bótox.
Además, la esposa de Kanye West volverá a hacerse un «lifting vampírico», para ello se inyectará en la cara sus propias plaquetas para conseguir un rejuvenecimiento facial.
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El trasero voluptuoso, el pecho firme, las piernas delgadas y las facciones tan marcadas son la seña de identidad de la estrella televisiva que, como cualquier mujer que ha vivido dos embarazos, empezaban a no ser tan firmes como de costumbre. Razón por la que Kardashian habría decidido programar estas operaciones.
Estas siete operaciones son los primeros propósitos que Kardashian ha apuntado en su agenda para el 2016.
