En escuelas de Nicaragua se educan niños hondureños

La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus evidenció cómo decenas de niños hondureños reciben educación en escuelas de Nicaragua debido a que en Honduras la cobertura educativa no abarca a cientos de comunidades asentadas en los alrededores del río Coco o Segovia

La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus llegó hasta el centro educativo San Andrés de Wiwilí de Jinotega en Nicaragua para ver cómo educan a los niños hondureños. Foto: Emilio Flores

lun 5 de junio de 2023 a las 0:0

6:43 min. de lectura

SAN ANDRÉS, NICARAGUA.- ¡Buenos días, niños!

-Buenos días, señor director.

-Este día tenemos una visita especial desde nuestro hermano país de Honduras, por lo que les pido un fuerte aplauso.

-¡Plas, plas!, ¡plas, plas!, ¡plas, plas!

-Él tiene una pregunta para ustedes, respóndanle con la verdad

-Buen día, niños, ¿quiénes de ustedes son hondureños?

$!Con un fuerte aplauso recibieron los niños a la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus en Nicaragua.

El salón de clases enmudeció, los pequeños comenzaron a verse unos a otros con sonrisas de cómplices, mientras otros agachaban sus caras entre los pupitres un poco avergonzados.

Al fondo una pequeña mano se levantó.

-Ya salió uno-, dijo el director

Luego otra mano más en la parte delantera, dos más en los laterales, uno que fue delatado por sus compañeros hasta llegar a ocho u nueve menores hondureños en el salón de segundo grado.

La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus recorrió la cuenca del río Coco o Segovia -el más extenso de Centroamérica- en la frontera entre Honduras y Nicaragua, donde evidenció cómo decenas de niños hondureños están siendo educados por el vecino país ante la falta de atención del gobierno hondureño.

$!La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus recorrió por cuatro días la cuenca del río Coco o Segovia para evidenciar la falta de cobertura educativa que obliga a los niños hondureños a educarse en Nicaragua

Visita sorpresa

Practicando un canto para el día de la madre encontró la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus a los alumnos de segundo grado del centro educativo San Andrés de Wiwilí de Jinotega en la cuenca del río Coco o Segovia, del lado de Nicaragua.

El centro es parte de un núcleo educativo -es una escuela y colegio base- que atiende seis escuelas en la mismo cantidad de comunidades.

Las voces de los pequeños sonaban en armonía, tenían que tener todo listo para el 30 de mayo, cuando se celebra el Día de la Madre en Nicaragua, a diferencia que en Honduras que es el segundo domingo de mayo.

Antes de llegar al aula donde sonaban a flor de piel las canciones se pudo recorrer la escuela que fue remodelada en el 2018 -tiene una población estudiantil de 644 niños- bajo el mandato del régimen de Daniel Ortega, según la información plasmada en un inmenso rótulo que detalla que se gastaron 37.7 millones de córdobas (25.3 millones de lempiras al cambio actual).

$!Al centro educativo San Andrés en Nicaragua le invirtieron 37.7 millones de córdobas. A pesar de estar en un lugar inhóspito, presenta mejores condiciones que muchas escuelas públicas de Honduras.

El dinero a simple vista se puede ver bien ejecutado, pues para ser una escuela ubicada a la orilla de un río en la mitad de la nada podría competir fácilmente con cualquier escuela privada de Tegucigalpa y sobresalir por encima de la mayoría de las escuelas públicas de Honduras.

El centro educativo tiene las aulas con cerámica y encielado, pizarras, pupitres y mobiliario, canchas de futbol y baloncesto, preciosos jardines, rodeada por estructuras de hierro, cocina para la merienda escolar y oficinas para los docentes.

No solo eso, imparten primaria y secundaria presencial y modalidad a distancia para los niños que no solo pueden acudir el fin de semana, convirtiendo la escuela en una verdadera joya de la educación en una zona fronteriza.

Solo para prescolar tienen cinco maestros, nueve más para primaria y el mismo número para secundaria, contrario a lo que se ve en las escuelas en zonas inhóspitas de Honduras, donde una maestra brinda clases a todos los grados.

En el recorrido por la escuela acompañó a la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus su director, Luis Gómez, quien explicó que en las mismas condiciones de su centro educativo están la mayoría de la cuenca del río Coco o Segovia que recorre 750 kilómetros.

$!Luis Gómez, director del centro educativo San Andrés en Nicaragua, acompañó a la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus durante el recorrido.

En el caso de Honduras para los departamentos de Choluteca, El Paraíso, Olancho y Gracias a Dios y en toda la ribera del lado catracho no hay ninguna escuela habilitada para los miles de connacionales.

A este joven educador, quien no solo es responsable de ese centro educativo, sino de seis más como director, se le consultó sobre la presencia de menores de edad hondureños recibiendo clases en las escuelas de Nicaragua y rápidamente acertó que es una realidad que se vive a diario a lo largo y ancho de la cuenca del río Coco o Segovia.

El problemas es sencillo: en Honduras no hay cobertura educativa y de salud para las personas que viven en la cuenca, así que lo más común es que Nicaragua brinde estas atenciones.

Para el caso hay dos comunidades San Andrés, una del lado de Honduras y otra del lado del río en Nicaragua, pero solo de la región pinolera hay escuelas; lo mismo pasa en la comunidad de Pueblo Nuevo, Plis y Yapankanani, por mencionar algunas.

$!Esta pequeña hondureña recibe educación en una escuela de Nicaragua.

¿Entonces estos niños no saben nada de Honduras?, preguntó el periodista.

El director sonrió. Gómez ejemplificó que Francisco Morazán, el prócer de mayor trascendencia y dimensión para Honduras, no significa nada para ellos... ni los demás paladines. Tampoco estudian los ríos o lagos hondureños, canciones y costumbres. Nada, pues el plan de estudio es nicaragüense.

”Son nuestros héroes, nuestra extensión territorial, departamentos, municipios, ríos, lo mismo que en Honduras, pero de Nicaragua. Ejemplo hoy practican para el Día de la Madre, que es el 30 de mayo (en Nicaragua), no sé en Honduras cuándo lo celebran, pero así es la educación”, expuso.

Durante el recorrido, antes de visitar la primera aula de clases, el maestro reveló que la matrícula de niños hondureños ha disminuido considerablemente en Nicaragua, pero no se debe a la construcción de alguna escuela del lado catracho, sino a la distancia que deben recorrer que los aleja cada vez más de las aulas de clases.

El director explicó que años anteriores entre el 15 y 20 por ciento de los alumnos llegaban desde el otro lado del río en Honduras, pero supo que una maestra ahora brinda clases a todos en una casa.

$!Un grupo de jóvenes espera ingresar a la escuela en la jornada vespertina.

La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus se cruzó casualmente con esa maestra en un viaje sobre el río Coco o Segovia en pipante y explicó que ella le da clases a 20 niños de primero a cuarto grado en un solo salón, por lo que los dividía en grupos en cada esquina.

Lamentablemente la deserción escolar era impresionante y muchas veces solo asistían a clases dos veces por semana debido a los trabajos que realizan y las grandes distancias que recorren para llegar hasta donde ella, una de las pocas maestras en la zona de Honduras.

Otro de los fenómenos que se puede evidenciar es que a los niños hondureños los ven como nicaragüenses, debido a que sus madres tuvieron su parto en Nicaragua, tiene certificado de nacimiento pinolero y, bajo la idea de protegerlos con la cobertura de salud y educación, son registrados en Jinotega, municipio fronterizo con Honduras, como nicas.

$!La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus logró conversar con una de las pocas maestras hondureñas brevemente en un pipante y explicó que ella le da clases a todos los grados en su comunidad.

El problema radica cuando esos niños realizan toda su secundaria del lado de Nicaragua y por algún motivo emigran a las ciudades de Honduras: su título de Bachiller en Ciencias y Letras no es avalado.

Llegaba el momento de entrar a la primera de las tres aulas visitadas, los niños continuaban cantando cuando fueron sorprendidos por su director y la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus.

Se les pidió a los menores de edad hondureños que levantaran la mano y poco a poco fueron apareciendo con un poco de pena, pues se percibió que prefieren ser considerados con la nacionalidad del certificado nicaragüense y no por la sangre de sus padres.

El director explicó que no hay distinción de ningún tipo y que la situación es muy estrecha, pues muchas veces los menores tienen familia de los dos lados del río. Eso sí, la educación y la salud corren por cuenta de las autoridades de Nicaragua.

Se dejó atrás el aula de segundo grado y se visitó las de kinder y preparatoria, ahí no se consultó sobre la nacionalidad debido a que los niños están muy pequeños, aunque las maestras acertaron que habían niños con la doble nacionalidad.

$!Esta pequeña menor de edad avanza por las calles de la comunidad de San Andrés, Nicaragua, para asistir a sus clases presenciales.

Llegó el momento de abandonar la escuela justo cuando estaban entrando los muchachos de la jornada de la tarde, andaban de ropa de color pues no es obligatorio que los padres gasten en uniformes.

Uno a uno fueron entrando, no había distinción y tampoco manera de saber cuáles eran los pinoleros y los catrachos. Todos iban juntos a recibir clases de costumbres y estudios sobre Nicaragua, pues de Honduras en términos educativos nunca sabrán nada.

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