Honduras está más expuesta a ciclones: se han intensificado en los últimos 30 años

En los últimos 173 añas hubo 233 ciclones que afectaron al país, dejando daños, principalmente, en Francisco Morazán y Cortés. 6 de los 10 años con más eventos se dieron en este siglo; solo en 2020 hubo 9

  • 28 de agosto de 2025 a las 00:00

Tegucigalpa, Honduras.- El impacto de dos tormentas tropicales en un lapso de 15 días no es mala suerte ni casualidad, es la prueba de que Honduras cada vez es más vulnerable a fenómenos hidrometeorológicos (transferencia de agua y energía entre la superficie y la atmósfera).

En los últimos 173 años, el país ha reportado 233 tormentas, depresiones tropicales, ondas tropicales y hasta huracanes, sin embargo, han sido más constantes en los últimos 30 años, de acuerdo con el estudio “Base de datos histórica de fenómenos hidrometeorológicos en Honduras”, realizado por el Instituto Hondureño de Ciencias de la Tierra (IHCIT) de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).

La Unidad de Datos de EL HERALDO Plus analizó los registros recopilados en el estudio, constatando que 6 de los 10 años con más eventos fueron de este siglo (desde el 2000). Es más, de los 233 ciclones reportados, el 17% fueron en los últimos 24 años.

De acuerdo con Edgar Josué Mejía, coordinador de la carrera de meteorología en la Facultad de Ciencias de la UNAH, quien participó en la investigación, en los últimos 30 ha han reportado un aumento en la media, pues “antes se esperaba que hubiera 12 tormentas tropicales con nombre al año, en promedio, y ahora subió a 14”.

Francisco Argeñal, director Centro Nacional de Estudios Atmosféricos Oceánicos y Sísmicos (Cenaos), coincidió con el experto, al mencionar que “ahora hay 13 tormentas tropicales más cada año que las que teníamos entre 1981 y 2010”.

El huracán Mitch también está en la lista de los fenómenos que más daños dejaron en Honduras, solo después de las tormentas Eta y Iota.

Los años con más eventos

Según el estudio, el 2020, justo cuando ingresó la pandemia del covid-19, se convirtió en el año con más tormentas tropicales y huracanes registrados en la historia de Honduras, pues hubo al menos 9 fenómenos.

Dentro de ese conteo están las tormentas tropicales Eta y Iota, que golpearon al país con una diferencia de apenas una semana. Ambas tormentas provocaron que todas las zonas bajas del Valle de Sula quedaran bajo el agua. Se reportó la afectación de 1.5 millones de personas en todo el país.

El segundo año con más fenómenos registrados fue 2005, con 8 eventos, mientras que en 1971 hubo 6. En 1996 también hubo otros 6 eventos y el mismo número se contabilizó en 2010. Un año después, justo en 2011, la cifra se mantuvo, al igual que en 2011 y 2017.

En estos 10 años hubo 62 tormentas, depresiones tropicales o huracanes, pero el 65% (un total de 40) ocurrieron desde el inicio de los 2000 hasta finales de 2024, cuando se concluyó el estudio.

En 1998, solamente hubo dos eventos: el huracán Mitch, que golpeó severamente a Honduras, y otro fenómeno de menor densidad. En la lista con más reportes no aparece este año, aunque las personas lo recuerdan con mucho temor y dolor debido a las víctimas mortales y caos que dejó.

De acuerdo con Mejía, estos datos no muestran que las tormentas o huracanes sean más frecuentes, pero sí que el país cuenta con la tecnología para medir su impacto, algo que no ocurrió en el siglo pasado.

“Lo que sí se ha visto es que ahora se intensifican más rápido. Hay estudios en donde se menciona que debido a la energía que hay ahora por el cambio climático se ha observado un incremento y rápido se intensificación de los fenómenos”, dijo, al explicar que eso pasó con Eta y Iota, que pasó rápidamente de una categoría a otra.

Para el coordinador de la carrera de meteorología, las zonas que están en el norte son las más afectadas por ciclones debido a la forma en cómo interactúan los vientos con las montañas.

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“Las montañas de nuestro territorio hondureño están casi de manera paralela en la zona norte con respecto a la playa, con respecto al mar, y entonces esa interacción cuando el ciclón tropical pasa cerca con las montañas hace que las cantidades de lluvias sean mayores y eso genera entonces que los caudales de los ríos crezcan”, explicó.

Añadió que “las afectaciones por vientos se dan en la costa, pero ya las afectaciones por inundaciones son aquellos lugares en donde las cuencas del río, como el Ulúa, como el Chamelecón, pues al llover tanto se incrementa ese caudal, se incrementa ese nivel de agua y termina generando inundaciones repentinas aguas abajo”.

Precisamente eso fue lo que pasó con varios ciclones en el país, ya que las fuertes lluvias provocaron inundaciones en las zonas bajas de ciertos municipios, pero también deslizamientos por la saturación de suelo.

Esto, en gran parte, se debe al aumento de población y la edificación de casas en zonas cercanas a ríos. Para Mejía, por eso es que la gente está más expuesta porque viven en lugares vulnerables y “al haber más exposición, vamos a tener un mayor impacto a estos fenómenos”.

Francisco Argeñal, director de Cenaos, destacó que los científicos están de acuerdo de que “los ciclones tropicales se están volviendo más intensos en la medida en que pasa el tiempo, porque el calentamiento global está dejando su huella”.

Recordó que un estudio de la Universidad de Colorado muestra que Honduras es el país que históricamente tiene más probabilidad de afectación por ciclones tropicales en Centroamérica.

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En este este 2025 el porcentaje es del 73%, mientras que el país que le sigue, Belice, es del 50%. En Guatemala es del 46% y Nicaragua 43%. En el caso de huracanes, la probabilidad de afectación en Honduras es del 34%, en Belice del 24% y en Guatemala 19%.

Argeñal advirtió que el país tiene un 9% más de probabilidades de tener afectación por ciclones tropicales, ya que “de ser un 64% es un 73% para este año y que sea un huracán, que normalmente es de 28%, para este año es de 34%; que sea un huracán peligroso, que normalmente es un 11% la probabilidad, para este año es de 13%. O sea, tenemos mayor probabilidad de un año promedio de tener afectaciones por ciclones tropicales", dijo.

Los pronósticos, según dijo, muestran que podría ocurrir entre la segunda quincena de octubre y los primeros días de noviembre, es decir, que "podríamos tener de nuevo un caso parecido a Sara, que tuvimos el año pasado, cuando tuvimos un frente frío interactuando con un ciclón tropical que nos dejó mucha lluvia en el norte y ese es el escenario que parece como más probable".

El experto tampoco descartó que en la segunda semana de septiembre pueda pasar un ciclón tropical por el Caribe que deje fuertes lluvias.

Según expertos, el impacto de las tormentas también se debe al mal ordenamiento territorial, pues la gente construye sus viviendas en sectores vulnerables.

Vulnerabilidad de la población

Al cruzar los datos de ciclones tropicales con el impacto en el país, el estudio revela que hay puntos bastante marcados en donde los datos son mayores.

Esto, según explicó Mejía, se debe a la cantidad de lluvias y ordenamiento territorial, aunque también se agregaría un tercer y cuarto elemento: las medidas de adaptación y la degradación ambiental en las cuencas.

Según el estudio, analizado por este rotativo, los departamentos con mayor afectación también son los que tienen mayor población a nivel nacional, es decir, Francisco Morazán y Cortés.

Los registros muestran que de los 233 fenómenos registrados, Francisco Morazán reportó 61 zonas afectadas, la mayoría reincidentes tras un evento y otro. El Distrito Central es el municipio reincidente.

En el caso de Cortés, ubicado al norte de Honduras, la zonas afectadas fueron 56, algunas ubicadas en San Pedro Sula, Villanueva y Choloma.

Islas de la Bahía, justo en el Caribe hondureño, también registró 51 lugares afectados, mientras que en Atlántida fueron 43 y en Colón 42. El punto geográfico con menos registros de daños fue Ocotepeque en el occidente, aunque los datos pueden variar debido a la falta de información y el proceso de recopilación, según los investigadores.

Para Francisco Argeñal, la afectación en las zonas depende del ciclón tropical, la velocidad con que se desplaza y la proximidad con que pasa por el país.

Por ejemplo, si el ciclón se encuentra al noreste de Honduras, donde más afectación tendrá es en la parte del litoral Caribe; si se encuentra cerca del Golfo de Honduras o en la península de Yucatán, pero pegado a Belice, dejará más lluvia en la parte norte de Copán, en el norte de Santa Bárbara y en el sur, centro y suroriente. En cambio, si el ciclón tropical se encuentra en el Golfo de México, afectará el suroccidente del país.

Sobre la velocidad de trayectoria, aseguró que “si va muy lento nos produce más lluvias, si se para, si como cuando interactúan con frente frío, principalmente, se vuelve más peligroso”.

Recordó que eso fue lo que pasó con el huracán Mitch, con la tormenta Eta y Sara, que un frente frío las desvió y dejó lluvias en varios departamentos que aparecen en la lista de los más afectados.

Por eso, las tormentas Eta y Iota, así como el huracán Mitch, fueron los fenómenos hidrometeorológicos que más zonas dañadas dejaron, según los registros del IHTCI.

Para Argeñal, esto también se debe porque el país necesita aplicar la ley del ordenamiento territorial porque muchas de las colonias que se inundaron con el huracán Mitch no existían en la década de los 30 cuando también se reportaron otros ciclones.

“No podemos seguir permitiendo que la gente se vaya a meter a la orilla del río, un río que en cualquier momento cuando pase un huracán se va a desbordar; no podemos seguir permitiendo que la gente se esté metiendo en lugares de deslizamiento, porque cada vez que tenemos lluvias el suelo se humedece mucho y se satura, se activan deslizamientos”, advirtió.

El Valle de Sula es una de las zonas más golpeadas por las inundaciones. Con Eta y Iota, el 75% de la zona resultó afectada.

Lamentó que muchas personas no tienen opción de comprar terrenos en un lugar seguro, entonces lo que les queda es “irse a meter a esos lugares y eso es lo que nos está causando mayor cantidad de afectación ahora por el paso de estos ciclones tropicales”.

Además, pidió tomar y crear medidas de adaptación al cambio climático para que ayuden a minimizar el impacto de los eventos extremos, pero no solo por ciclones sino por temperaturas altas.

“Necesitamos sistemas que nos ayuden a regular las crecidas que se dan en los ríos de manera que nos ayuden a controlar inundaciones en la parte baja y que también cuando estamos en la estación seca, o cuando tenemos una sequía en todo el país, no nos impacte tanto”, recomendó.

Otra de las cosas que se deben mejorar, de acuerdo con Argeñal, es la reforestación en las cuencas, ya que se han cortado árboles y hasta destruido montañas, lo que provoca que el agua baje más rápido hacia los ríos y quebradas y provoque inundaciones.

Un ejemplo claro es lo que ocurre en el Valle de Sula, donde solo el huracán Mitch afectó el 25% de la zona, mientras que con Eta y Iota dejaron daños en el 75%, según un análisis del Centro de Estudio para la Democracia (Cespad).

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Haydi Carrasco
Haydi Carrasco
Periodista

Periodista por la UNAH. Coeditora y redactora de la sección de Datos e Investigación de El Heraldo Plus. Cubre temas relacionados con salud, educación, migración, medioambiente, derechos humanos y género. Con experiencia en periodismo de datos y visualización.