¿Altas temperaturas favorecen la propagación del gusano barrenador en Honduras?

En cuatro décadas, la temperatura máxima en Honduras aumentó 1.5 grados, lo que coincide con la reaparición del gusano barrenador casi 30 años después de su erradicación en Centroamérica

  • Actualizado: 16 de diciembre de 2025 a las 13:37

Tegucigalpa, Honduras.- La mosca Cochliomyia Hominivorax, responsable de propagar el gusano barrenador, reapareció en territorio hondureño 28 años después de que se declaró que el país había erradicado ese insecto.

Su regreso surge en un contexto en el que la temperatura promedio en Honduras aumentó 1.5 grados centígrados, siendo el calor un factor que las moscas valoran para reproducirse, según el estudio "Ecología y epidemiología del gusano barrenador del ganado", publicado en la Revista de Medicina Veterinaria en Colombia.

Este rotativo analizó las temperaturas máximas en el país desde 1981 hasta 2025 con información proporcionada por el Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos) y la Agencia Hondureña de Aeronáutica Civil (AHAC).

Hace 44 años, específicamente en 1981, la temperatura máxima en promedio en Honduras era de 29.6 grados centígrados. Para 2025, la temperatura ascendió a los 31.1 grados. Esto se traduce en que en más de cuatros décadas la temperatura máxima aumentó en 1.5 grados.

Esto, para muchos expertos, inciden en la reaparición del gusano barrenador, que desde febrero hasta mediados de agosto dejó 192 personas afectadas. Además, desde finales de 2024 hasta agosto de 2025 también se reportaron 199 animales afectados.

Los expertos relacionan este ciclo con varios factores, entre ellos la situación ambiental y de calentamiento global, pero debido al tiempo de análisis (menos de un año) este rotativo no pudo comprobar la incidencia de temperaturas en la reaparición de la enfermedad.

Lo que sí se evidenció es que a partir de 2015 las temperaturas promedio anuales superaron la brecha de los 30.5 grados, mientras que el 2023 se convirtió en el año más caluroso en Honduras desde el siglo XX, alcanzando los 31.3 grados centígrados.

Si bien la temperatura ha ido variando, no volvió a ser inferior a los 30 grados. Hasta septiembre de 2025, la media de la temperatura máxima fue de 31.3 grados, pero puede que al finalizar el año aumente o disminuya.

Las estaciones de El Carrizo y Choluteca, las cuales abarcan la zona sur del país, reportaron las temperaturas más altas entre 2017 y septiembre de 2025. Lo mismo ocurrió en las estaciones de Lepaguare y Catacamas, instaladas en el departamento de Olancho.

Precisamente estos departamentos (Choluteca y Olancho) fueron los corredores ganaderos que registraron más casos de miasis en animales: 2,155 casos contabilizados hasta el pasado 7 de julio. Solo Choluteca contabilizaba 447 reportes y Olancho 376.

El primer caso de miasis por gusano barrenador en un animal se registró el 12 de septiembre de 2024 en San José, en el departamento de Choluteca. Para ese momento, la temperatura máxima fue de 31.3 grados.

Ciclo de vida en altas temperaturas

Karla Cantarero, coordinadora del Museo de Entomología de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), consideró que los parámetros ambientales son uno de los factores que inciden en el ciclo de vida de la mosca del gusano barrenador.

"La temperatura puede acelerar o disminuir lo que es el desarrollo de su ciclo de vida. En la mayoría de los insectos, en altas temperaturas su ciclo de vida es mucho más rápido. En bajas temperaturas el ciclo de vida se vuelve un poco más lento", indicó la entomóloga.

La experta también explicó que su plasticidad genética facilita para que se vaya "adaptando a ciertas temperaturas, a ciertas condiciones de humedad, a ciertos organismos. De repente a veces solo la encontrábamos en una sola área y ahora la estamos encontrando en mayor hábitat y se está distribuyendo mucho más".

En cuanto a la contaminación, declaró que no es tan influyente para que las moscas del gusano barrenador se reproduzcan con mayor frecuencia en zonas urbanas y provoquen miasis. En lugar de ello, depende más de los organismos vulnerables que estén cercanos a los humanos, como perros, gatos o animales de ganado alrededor.

Esto coincide con el número de casos de afectación en humanos y animales domésticos. Hasta julio de 2025, el país reportaba 192 casos en personas, la misma cifra registrada en perros. También hubo reportes en cerdos, vacas, gatos, gallinas y hasta conejos.

El estudio de la Universidad de La Salle de Colombia se evidenció que la temperatura óptima para que las moscas del gusano barrenador se reproduzcan es de 25 grados centígrados.

En el documento se resaltó que en temperaturas entre los 26 a 30 grados, el ciclo de vida de la Cochliomyia Hominivorax se completa en 21 días.

Por otro lado, un artículo publicado en Medical and Veterinary Entomology bajo el nombre "Deconstruyendo la erradicación del gusano barrenador del nuevo mundo en América del Norte: análisis retrospectivo y efectos del calentamiento climático" destacó que las temperaturas aproximadas a los 27.5 grados Celsius aumentan su supervivencia y reproducción.

Al ser especies intolerantes a climas fríos, su vida se ve limitada en zonas donde la temperatura baja, principalmente en las estaciones de otoño e invierno (en Centroamérica sería solo invierno).

En el caso de Honduras, aun con las precipitaciones y la temporada de invierno, Cantarero declaró que en el país se percibe calor y humedad, por lo que la reproducción de la mosca se podría mantener, posiblemente en menores niveles. Dependerá mucho si la mosca tiene todavía fuentes de alimento.

Por otra parte, el director general de Senasa, Ángel Emilio Aguilar, indicó que se está a la espera de los resultados del estudio del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) sobre el resurgimiento del gusano barrenador en Panamá, primer país del istmo centroamericano en el que volvió a aparecer la larva.

"Está en proceso ese trabajo. Esperamos que en los próximos días o meses en el resto del año lo podamos conocer. Lo que sí yo puedo mencionar con conocimiento es que en Panamá se hacen permanentemente análisis del comportamiento de la mosca y a veces pareciera que no el mismo comportamiento de los años 90", resaltó Aguilar.

La doctora Cantarero concuerda en que este estudio es un importante punto de referencia. No obstante, enfatizó que es necesario realizar estudios a nivel nacional sobre el comportamiento de la mosca y el gusano barrenador ya que el hábitat en Honduras es distinto al de Panamá.

"Como país nosotros necesitamos hacer investigación y a veces tenemos que ver esa taxonomía, esa ecología, ese comportamiento de la especie", manifestó.

El estudiar a la especie a nivel local permitirá conocer el porqué en algunas áreas se propaga más el insecto. Con estos conocimientos se procedería a evaluar cual sería el método más efectivo para frenar su expansión.

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Las temperaturas que superan los 26 grados permiten que el ciclo del gusano barrenador se complete en 21 días.

Posible epidemia

La mosca se ha diseminado en gran parte del territorio nacional, llegando incluso a las zonas urbanas como San Pedro Sula y Distrito Central, siendo este municipio el que más casos de miasis reporta en seres humanos.

Son más de 100 casos de miasis en humanos que se han reportado desde el primer diagnóstico en febrero de este año, situación que causa preocupación en los pobladores. La mosca aprovecha cualquier herida abierta de un animal que sea de sangre caliente para depositar sus huevos, por lo que los humanos no son la excepción.

No obstante, a criterio del epidemiólogo Kenneth Rodríguez aún no se reúnen las condiciones para declarar una epidemia por miasis por gusano barrenador.

"Para que haya una declaratoria de epidemia necesitamos un aumento claro y seguido de casos en animales o humanos en varias localidades del país, pero durante varias semanas que no lo podamos controlar. Deben haber casos en gran magnitud o muertes vinculadas directamente a la miasis cutánea", puntualizó.

Por su parte, Karla Cantarero mencionó que las evaluaciones científicas sobre la mosca son importantes para determinar si todos los casos de miasis son por gusano barrenador o si se trata de tórsalos u otras especies. Los tórsalos son moscas que también depositan huevos en humanos y animales, con la diferencia de que se alimentan de tejido muerto, contrario al gusano barrenador que subsiste de tejido vivo.

El epidemiólogo Manuel Sierra enfatizó que la responsabilidad en erradicar el gusano barrenador debe ser coordinada por la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), en conjunto con la Secretaría de Salud, pues si no se atiende el problema a partir de los ganados y otros animales infectados, los casos se seguirán extendiendo en humanos.

El epidemiólogo coincidió en que se debe evaluar las zonas de municipios donde hay movimientos de ganados sin control, lo cual incrementaría la propagación de la enfermedad.

El doctor Sierra instó a las autoridades a trabajar en conjunto con los demás países para mitigar la miasis en animales y humanos. Recordó que una alternativa es la liberación de moscas machos estériles.

Sin embargo, considerando que las moscas puedan comportarse de distintas maneras como lo expuso la entomóloga Cantarero, se sugiere que primero se estudie a la mosca antes de tomar una decisión, pues en algún país las moscas machos podrían ayudar a reducir la reproducción, pero en otras naciones podría ser menos efectiva.

Hasta el momento, no se ha confirmado si las moscas hembras son capaces de detectar a los machos esterilizados. Cantarero manifestó que las moscas hembras del gusano barrenador priorizan mucho su reproducción y si bien son capaces de distinguir a otras especies, es muy complejo afirmar que estas especies saben si un macho les permitirá reproducirse o no.

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Angelo Avila
Angelo Avila
Periodista

Periodista egresado de la UNAH. Con formación en periodismo digital, datos, profundidad y Fact-checking. Disfruta contar narrativas a través de infografías y visualizaciones interactivas y le apuesta a un periodismo de soluciones.