Tegucigalpa, Honduras.- Los capitalinos que circulan a diario por el anillo periférico, a inmediaciones de la salida hacia Mateo, enfrentan todos los días tráfico lento debido a los trabajos que se realizan en la construcción del paso elevado Papa Francisco.
Desde que comenzaron los trabajos en mayo de 2024, la esperanza de los conductores era que la obra aliviaría el tránsito, pero con el paso de los meses, lo que ha traído son más complicaciones.
El avance actual solo alcanza un 37.20 %, menos de la mitad del proyecto, que originalmente debía estar finalizado en junio de este mismo año.
A simple vista, el progreso es mínimo. Las labores actuales se concentran en la estructura del puente elevado, principalmente en el armado de vigas y el encofrado. Sin embargo, no hay presencia continua de trabajadores ni maquinaria, lo que incrementa la molestia de quienes transitan por la zona o viven cerca del proyecto.
Uno de los afectados es Héctor Maradiaga, comerciante con un negocio cercano a la obra. “Nosotros ya no soportamos el polvo que produce ese tramo, es una obra que va demasiado lenta”, manifestó con evidente frustración.
“El personal de ahí viene un día sí, dos semanas no, y con poco personal, por eso no avanzan nada”, se quejó Maradiaga, mientras limpiaba con una franela el polvo de un tanque para almacenar agua.
Por su parte, Benjamín Bustamante, dateoirector de Control y Seguimiento de la Alcaldía, expuso que “los trabajos se han enfocado exclusivamente en la construcción del puente”.
En cuanto al mantenimiento del tramo, mencionó que “se corren riesgos permanentes en la zona. Se ha solicitado la conformación del tramo hacia la salida al norte”, indicó.
Los conductores que transitan por esta vía durante las horas pico suelen quedar atrapados en largas filas sin avanzar, con el estrés y la pérdida de tiempo que ello conlleva.
Benjamín indicó que en la actualidad el proyecto ha avanzado un 37.20 % y que se está trabajando en la obra para terminar lo antes posible.
La población espera que el proyecto se acelere y se concluya. No solo se trata de mejorar el tránsito, sino de recuperar la seguridad, la salud y la tranquilidad de miles de personas que, a diario, deben enfrentar esta odisea.
