Tegucigalpa, Honduras.- “Era un hombre tranquilo, trabajador y que no tenía problemas con nadie”, describió entre lágrimas la madre de Carlos Velásquez.
Carlos, quien trabajaba lavando carros, fue sorprendido por delincuentes en el carwash donde laboraba. Le preguntaron por su hermano, pero al negarse a dar detalles, lo asesinaron sin mediar palabra.
Carlos René Velásquez, de 24 años, perdió la vida en el barrio La Isla, en La Ceiba, Atlántida, al norte de Honduras.
La madre relató que antes del ataque, un hombre llegó a su casa buscando a uno de sus hijos. Aunque se marchó rápidamente, luego acudió al lugar de trabajo de Carlos, quien, desafortunadamente, respondió que su hermano no estaba. Esa respuesta bastó para sellar su destino.
“Yo no soy ningún delincuente, soy trabajador, no he hecho nada”, fueron las últimas palabras que, según su madre, Carlos le dijo al hombre que acabó con su vida.
La madre también confesó que su otro hijo ya había sido víctima de un atentado previo: “Ya me lo habían baleado”, relató. Sin embargo, él logró sobrevivir.
“¿Cómo pudieron quitarle la vida a mi pobre hijo, que no se metía con nadie?”, lamentó.