Analistas han señalado que la no suscripción de un convenio con el Fondo Monetario Internacional ha tornado aun más difícil la situación económica porque no se recibió el apoyo financiero de esa institución ni de las otras fuentes de financiamiento que condicionan a dichos acuerdos su apoyo presupuestario. Siendo eso así, la población debe conocer más sobre esa institución, qué significan dichos acuerdos y su relación con el país.
Al concluir la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos de América impulsaron la instauración de un sistema económico internacional que reflejara el nuevo balance de poder. Para el manejo de los temas económicos crearon dos instituciones: El Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, conocido como Banco Mundial que financiara proyectos y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para atender los temas de balanza de pagos y tipos de cambio.
El FMI tenía como objetivo crear un sistema financiero internacional que ofreciera estabilidad y normas claras para evitar las prácticas de devaluación monetarias arbitrarias como las que precipitaron la Gran Depresión de los años treinta. La norma general era que los países mantuvieran monedas con tipo de cambio fijo, como lo fue el lempira en relación al dólar durante varias décadas. Y que el FMI apoyaría con financiamiento a los países en situación de desequilibrios temporales en su balanza de pago. Lo anterior a cambio de que adoptaran medidas acordadas conjuntamente con las que revertir la situación. Cuando el desequilibrio era considerado fundamental, es decir, no reversible, la medida propuesta era la devaluación.
El sustento teórico era que el mercado, las fuerzas de oferta y demanda determinaran el valor de una moneda en relación a las otras. El precio del dólar se fijó en relación al oro y ese metal precioso era el respaldo final de todas las monedas en el sistema. A este esquema se le conoce como patrón oro. Eso cambio en 1971 cuando el gobierno de Estados Unidos, que había impreso más dólares de los que podía respaldar con oro, declaró que ya no estaba dispuesto a dar oro a cambio de sus billetes, quedando así el dólar de facto como la moneda de referencia del sistema financiero mundial.
Esta situación es proclive a cambio porque Estados Unidos ha perdido su posición económica hegemónica ante el crecimiento de otras economías más dinámicas, tiene una elevada deuda pública y déficit fiscal. Sin embargo, lo más relevante en términos del sistema financiero es la emisión incontrolable de dólares que eventualmente hará que pierdan su valor y requerirá la creación de un nuevo instrumento financiero que lo sustituya como la moneda de referencia en las finanzas y el comercio mundial. Los gobiernos de Estados Unidos, con sus excesivos déficits e impresión de billetes, están socavando el sistema que ellos mismos crearon.
Estados Unidos es un caso excepcional. Mientras el sistema financiero mundial evoluciona, países como Italia, España Grecia y Honduras están sujetos a las normativas vigentes para poder acceder a los recursos que necesitan del FMI y otras fuentes de financiamiento. Eso significa que el apoyo se recibirá si se cumple con metas de déficit fiscal y nivel de reservas internacionales.
Honduras, dada la incapacidad del gobierno para controlar el déficit fiscal, es improbable que logre suscribir un nuevo convenio con el FMI. Esa difícil tarea, que a medida el estado continúa endeudándose se complica más, quedará para el próximo gobierno y requerirá medidas de ajuste fiscal y monetario que golpearán las finanzas de la población y reducirán su nivel de vida.
