Opinión

Migración y Extranjería en SPS

El día 14 de febrero me tocó acudir a cita con la Dirección General de Migración y Extranjería en SPS para tramitar la renovación de pasaporte de mi hija menor. Viví seis horas de las más desesperantes, indignantes y bochornosas de mi vida. Nunca en mis trámites pasados fue tan evidente y descarada la corrupción con la que operan aquí.

Fueron seis largas horas desde las 10:00 AM hasta las 4:00 PM, sin almorzar, con mi hija menor y mi esposa, sobreviviendo a puros refrescos y chucherías. Observamos junto con la multitud de personas honestas y de escasos recursos el desfile interminable de personas y grupos de hasta seis personas que no hacían fila para el trámite en los tres únicos cubículos disponibles para el mismo y para rematar las encargadas coludidas para retrasar el proceso con el fin de conseguir más clientes que desesperados puedan pagar la mordida para evitar hacer fila. No es un secreto a voces, es la verdad: cobran entre dos mil y tres mil lempiras por pasar frente a la multitud descaradamente sin hacer fila. Puede que se defiendan diciendo que no hay pruebas, pero basta con acercarse a la entrada y allí están muchos tramitadores ofreciendo sus servicios, una tarea de cinco minutos para el periodismo investigativo, que a mi juicio debe ser más proactivo en todos los medios de comunicación para aportar a la erradicación de esta práctica común que lleva décadas en mi hermoso país.

A las pocas personas que les conté lo sucedido ayer me dijeron que por qué no había pagado y les conteste: ¡No! Porque tan corrupto es el que da como el que recibe, porque cada vez que fomentamos la corrupción se vuelve más grande la mafia y afecta a los honestos, que hacen fila; afecta a los pobres que apenas pudieron pagar los 35 dólares…