Opinión

La corrupción, principal problema de Honduras

Por mucho que le busquemos en otros lados, el principal problema en Honduras es la corrupción. Y llegar a esa conclusión no requiere de grandes disquisiciones filosóficas ya que, simplemente, los males que los corruptos no causan en forma directa al país son generados por las secuelas de sus abominables acciones.

Salta a la vista que las carencias que existen en el deteriorado sistema de salud y educación públicos, la exigua inversión social y hasta los obstáculos que en muchos campos representa el aparato burocrático es obra directa de funcionarios corruptos que saquearon ministerios, instituciones y empresas estatales; que sobrecargaron las planillas estatales con activistas, parientes y correligionarios; que compraron productos y servicios de pésima calidad, con precios sobrevalorados, incluyendo alquileres de edificios.

Son los corruptos, entonces, los culpables de que no hayan medicinas, equipos, insumos y personal suficiente en los hospitales y centros públicos de salud. A ellos es atribuible también la pésima educación en las escuelas y colegios públicos porque han estado interesados más en manipular los recursos económicos disponibles, en culpar a los docentes del desastre, porque de ese caos resultan siempre los principales beneficiarios. Para eso no han dudado en aliarse a las también corruptas dirigencias magisteriales.

Incluso los problemas de inseguridad y hasta la emigración de nuestros compatriotas es fruto también de la corrupción. Policías corruptos han asesinato a más de mil jóvenes, como lo ha denunciado la propia fiscal especial de Derechos Humanos y también han estado al servicio de la delincuencia organizada o directamente han formado bandas criminales. Los hondureños se van del país por la violencia generada por los corruptos, por la pobreza y la falta de oportunidades que ellos mismos han provocado.

El más reciente y perturbador acto de corrupción en Honduras es el saqueo de los fondos del Instituto Hondureño de Seguridad Social en el gobierno anterior, también nacionalista. Mientras los derechohabientes de esa institución son víctimas de todo tipo de carencias a la hora de ser atendidos, porque no hay medicinas –ni las más elementales-- no hay equipo, no hay insumos, los corruptos se quedaron con unos mil millones de lempiras. Y, para colmo, la cabeza visible del multimillonario robo, el exdirector Mario Zelaya, sigue siendo inalcanzable para la también cuestionada justicia catracha.

No hay duda. La impunidad acompaña a la corrupción como el principal problema de Honduras.