Opinión

El error de las ganancias de capital

Una de las cosas más extrañas del comercio, aparte de usar las deudas como activos, es el mal hábito de generar riqueza esperando que la moneda, la economía, o cierto azar eleven precios para lograr la prosperidad.

Es increíble ver que una batería puede costar cuarenta lempiras pero un plato de comida valga más de ochenta lempiras.

O por ejemplo que se guarden frijoles para elevar precios cuando sabemos que son inalcanzables para muchos hondureños, lamentando que siempre después suben los precios y pocos los consumen. Esta falta de consumo genera más adelante gran cantidad de reserva de frijoles en otra temporada cercana y los comerciantes ven con pavor que no hay ganancia en ventas futuras al igual que el petróleo.

¿Porque el aumento de precios del petróleo en frente de una segunda recesión por el desastre financiero europeo? La respuesta puede ser por levantar burbujas y levantar codicias. Al igual que con el proceso de ventas de casas pasa lo mismo y hasta los mismos bancos no pueden creer que al haber destruido las finanzas personales promoviendo el consumo salvaje de tarjetas se formó la hecatombe de casas sin pago o viviendas sin comprador.

¿Que está fallando? ¿Existe mucha codicia o realmente falta hacer rectificaciones en la estructura económica del mundo? ¿Es un buen negocio traficar con el endeudamiento de la gentes? O peor aún ¿es legal prestar con dinero ajeno en proyectos quebrados?

Estamos presenciando algo más que una crisis; es un síndrome que afectará todos los conceptos básicos de la economía y la administración de cada nación. Es imprescindible enseñar que si seguimos con este tipo de negocios formaremos batallones de hondureños sin activos, con ingresos empeñados, sin acciones, sin casa y, peor aún, con un futuro incierto.

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