Editorial

Esta admirable pequeña gran nación, poblada por 24 millones de habitantes, conmemora el día 10 de cada año otro aniversario de la Revolución de Octubre iniciada por Sun Yat-sen en 1910, padre fundador de la República de China, con el lema: solidaridad, poder y prosperidad del pueblo.

Años de guerra civil, invasiones extranjeras, pobreza y refugiados marcaron las décadas posteriores.

Hoy, Taiwan es líder en vigencia y respeto a los derechos humanos, posicionándose como el tercer país asiático más democrático, calificado por el Foro Económico Mundial como el más innovador en ese continente, el duodécimo más competitivo del planeta.

Honduras no solo mantiene sólidas relaciones diplomáticas y comerciales con la hermana nación insular, las fortalecen asiduamente. Nuestro pueblo se beneficia con múltiples programas asistenciales del sector público y privado taiwanés: educativos, culturales, sanitarios, técnicos, que contribuyen a la formación del recurso humano, la diversificación y dinamismo económico.

El apoyo irrestricto al derecho inalienable de Taiwán a participar en la ONU y sus diversas agencias, bajo el principio de la autodeterminación, es una forma directa de decirle: Estamos siempre solidarios con ustedes.

Una relación de firme amistad entre las naciones como entre las personas implica, para consolidarla, estar prestos a brindar asistencia de manera espontánea y sostenida en todo momento y circunstancia, sin que medie de por medio el ventajismo ni el oportunismo.

Ambas naciones, Honduras y Taiwán, mantienen un muy alto nivel cualitativo y cuantitativo de relaciones bilaterales. Ambas deben incrementarlas aún más, para recíproco beneficio de las dos hermanas repúblicas, cuyos vínculos progresivamente van creciendo con el paso de los años.