Editorial

Transparencia en el caso de La Tigra

En medio de la que es quizá la más grave crisis de falta de agua en Tegucigalpa, salta la denuncia alrededor de la construcción de un millonario proyecto habitacional que afectará a la zona protegida y de amortiguamiento del Parque Nacional La Tigra, el principal pulmón biológico y fuente de abastecimiento hídrica de la capital hondureña.

La controversia está servida. Las autoridades de la Secretaría de MiAmbiente aseguran que los permisos de construcción se han dado en el marco de la ley y que no afectarán la zona núcleo de la reserva, mientras que la AMDC alega que por ahora solo se han entregado los permisos de remoción de tierra, pero no de urbanización y construcción. Y aunque el tema de los permisos no esté claro todavía, lo que sí lo está es que los trabajos en la zona han iniciado y que más de 1,200 árboles que crecieron por años en la zona ya no están allí, causando con ello también un daño irremediable a la fauna.

Dos cosas más están claras en esta problemática. La primera, y quizá la más importante, es que las autoridades de la ciudad y sus ciudadanos estamos obligados a preservar nuestras principales fuentes de agua, porque de nada servirán las casas grandes y hermosas y los clubes ecuestres o de golf si mañana no tendremos acceso al vital líquido. Lo segundo es la necesaria transparencia de nuestras autoridades en su función pública.

Ellos no deben olvidar nunca que son, precisamente, servidores públicos, y que eso les obliga a trabajar en pro del bien común e informar a sus gobernados de cada una de sus acciones y, en este caso en especial, de lo actuado alrededor de la construcción del proyecto habitacional Bosques de Santa María y sus implicaciones o beneficios, si es que los hay. También que están obligados a abrir espacios de diálogo entre todos los actores de la problemática e integrar una comisión de especialistas en el tema que definan lo que se puede y lo que no se puede hacer en la zona de La Tigra, incluyendo la viabilidad del proyecto, sin afectar los intereses colectivos, y que todo se haga de la manera más transparente posible.

Por el bien común, seguro que lo pueden hacer.